tag:blogger.com,1999:blog-39556743193012975142024-03-17T22:07:22.386-03:00La Biblioteca de AsteriónEste es un blog sobre libros para amantes de los libros y las series. Se rige sólo por el hedonismo de un tal Guillermo Belcore.Guiasterionhttp://www.blogger.com/profile/08886414518064387248noreply@blogger.comBlogger1284125tag:blogger.com,1999:blog-3955674319301297514.post-63901392334684297342024-03-17T21:33:00.001-03:002024-03-17T21:33:21.043-03:00BlackBerry, el comienzo de la historia<p><span style="font-family: verdana;"> </span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: verdana;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiqpQzjX7lnOjchjg7ypML40zbMMz1jhLMDKBOtozb9AK_hIX4FGkZjwvmquv3kJVsO0ApOj6Z3vmfq6LHFvhcfRL9BEnig4WEJHM1gIvfUtz-d7m_7CcK_7jYl7PTUnNFLrqyuOM4meTFiGbJDK6DGI71Bg-0eGOMtGYAt1ZnT68GGcWTMi1LftSBnFHa1/s1500/BlackBerry.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1500" data-original-width="1000" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiqpQzjX7lnOjchjg7ypML40zbMMz1jhLMDKBOtozb9AK_hIX4FGkZjwvmquv3kJVsO0ApOj6Z3vmfq6LHFvhcfRL9BEnig4WEJHM1gIvfUtz-d7m_7CcK_7jYl7PTUnNFLrqyuOM4meTFiGbJDK6DGI71Bg-0eGOMtGYAt1ZnT68GGcWTMi1LftSBnFHa1/w266-h400/BlackBerry.jpg" width="266" /></a></span></div><span style="font-family: verdana;"><br />Una de las tantas traducciones de Proverbios 16: 18 al 19 dice así:<b> "Tras el orgullo viene la destrucción; tras la soberbia, el fracaso"</b>. En 2007, la altanería de dos constructores de imperios -el visionario<b><span style="color: red;"> Mike Lazaridis</span></b> y el vendedor implacable <b><span style="color: red;">Jim Balsillie</span></b>- dio inicio a la destrucción de la empresa canadiense que había causado una revolución en las telecomunicaciones y el universo laboral. BlackBerry pasó de controlar entre el 30 y 45% del mercado de telefonía móvil en los albores del siglo (difieren las fuentes) a cero en la actualidad. <b style="background-color: #fcff01;">Una película independiente filmada, justamente, en Canadá, narra esa apasionante historia de auge y decadencia.</b> Puede encontrarla en Amazon Prime.</span><p></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;"><b><i><span style="color: #274e13;">BlackBerry, el comienzo de la historia</span></i></b> es un drama biográfico, filmado en 2023. El guión adapta, con absoluta libertad, el libro <i><b><span style="color: #274e13;">Perdiendo la señal: la historia no contada del extraordinario crecimiento y la espectacular caída de BlackBerry</span></b></i> de <b><span style="color: #cc0000;">Jacquie McNish</span></b> y <b><span style="color: red;">Sean Silcoff.</span></b> Lazaridis es interpretado por Jay Baruchel; Balsillie, por Glenn Howerton. El director Matt Johnson también actúa: es Douglas Fregin, el mejor amigo de Mike y confundador en Waterloo (estado de Ontario) de Research In Motion, la empresa de software que lograría con una manufactura prodigiosa modificar la forma en que los influyentes trabajaban y se relacionaban con sus empleados, sus clientes y sus pares. <b>La tecnología nos hace. El medio es el mensaje, sentenció para siempre otro canadiense ilustre</b>, el profesor<b><span style="color: red;"> Marshall MacLuhan.</span></b></span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">RIM fue como un meteoro deslumbrante que cruza los cielos. El mismo Barack Obama llegó a decir que no se imaginaba su existencia sin el BlackBerry. Pero ya en 2013 su cuota de mercado había caído al 3% en América. El ingeniero talentoso Lazaridis y el tiburón de los negocios Balsillie fueron obligados a dejar el timón de una empresa que en pocos años pasó de ser la más valiosa del Canadá a perder el 90% de su capacitación bursátil.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">¿Qué pasó? ¿Qué error garrafal habían cometido? <b style="background-color: #01ffff;">Subestimaron la revolución iPhone.</b> Pantallas táctiles, desarrollo independiente de aplicaciones, prioridad al concepto blando de "experiencia del usuario", acceso ilimitado a las redes sociales, productos atractivos y accesibles para todo el pueblo no exclusivos para la casta, incremento constante de las prestaciones. Y, sobre todo, que las corporaciones telefónicas puedan aumentar su rentabilidad facturando al cliente por cantidad de datos, novedad que Lazaridis recibió como obstáculo no como oportunidad ("¡Cada iPhone gasta la misma cantidad de datos que 5.000 BlackBerry!", se queja en la película). "Tu problema es que un minuto es sólo un minuto", le espeta sin rodeos a Balsillie en un aeropuerto de Georgia un peso pesado de AT&T cuando le rogaba que no abandone el barco para saltar a la cubierta de una Apple que iba a convertirse en la firma más valiosa del planeta hasta el día de hoy.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">Como si fuera poco, la explosiva aparición del sistema operativo Android de Google que permite replicar las maravillas funcionales del iPhone en todos los aparatos que llegan de Oriente (algo similar a lo que había conseguido Microsoft con el Window en las computadoras domésticas) fue el último clavo en el ataúd de BlackBerry, cuya reacción a tan formidable desafío fue tardía, confusa y torpe. Dicen que lo peor que puede hacer un artista es enamorarse de sus ideas. Termina sacrificando la creatividad.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><h3 style="text-align: left;"><span style="color: #20124d; font-family: verdana;"><b>MUNDO GEEK</b></span></h3><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">La cinta comienza en 1996 cuando dos jóvenes nerds (Lazaridis y Fregin) intentan vender al buitre Balsillie su nuevo invento: el <i>PocketLink</i>. Los chicos habían logrado resolver una encrucijada de la transmisión inalámbrica de datos y diseñaron al antecesor del BlackBerry. Crearon "la oficina de correos más pequeña del mundo". Y portátil. Balsillie no les hace caso de momento, pero algo queda resonando en su cabeza. Después de ser despedido de la firma donde trabajaba por rebelde e inescrupuloso, se convierte en inversor independiente. Hipoteca su casa para comprar un tercio de RIM y el cargo de codirector ejecutivo. Aporta la cuota de racionalidad empresarial que necesitaban los frikis para el despegue. Le venden a Bell Atlantic (hoy Verizon) el primer dispositivo de mano que puede conectarse a una red a escala comercial. <b>El tándem Lazaridis-Balsillie -tan distintos el uno del otro- acelerará la revolución tecnológica en Occidente al comprender la importancia de la mensajería móvil.</b></span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">Resulta fascinante el contraste que plantea el falso documental entre el caótico mundo geek de los ingenieros, tan pueril como disruptivo, con los hombres de negocios tradicionales, contratados en RIM para mantenerlos a raya (gran papel de John Ironside, estereotipo del hombre duro, como Charles Purduy). En 2002, los smartphone BlackBerry salen a la arena del circo y conquistan a las élites con su elegante teclado QWERTY y su practicidad. Incluso, generaron una suerte de adicción que fue designada como <i>CrackBerry</i>, "palabra nueva del año 2006" e incorporada por el diccionario <i>Webster 's New World Dictionary</i>. Qué anacronismo, verdad.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">Vemos en la pantalla como Balsillie se las ingenia para frustrar en 2003 el intento de adquisición hostil de Carl Yankowski, director ejecutivo de Palm, otra pionera que terminó desapareciendo del mapa. Vemos como le roba mentes brillantes a otras empresas tecnológicas para resolver el colapso de la red telefónica. Para ello, usa opciones sobre acciones (a Paul Stannos de Google le promete diez millones de dólares de prima de ingreso), maniobra delictiva que arroja a los mastines de la Securities and Exchange Commission (SEC) al cuello de las autoridades de RIM (Balsillie casi termina en la cárcel).</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">Hasta que llega el año fatídico de 2007. Por entonces, sólo Nokia vende más smartphones en el mundo que Blackberry. La rutilante presentación de (suenan las trompetas) Steve Job encuentra a RIM distraída. Es el núcleo incandescente del film. Mike está acorralado por la SEC. Jim, obsesionado con la compra de algún equipo estadounidense de hockey sobre hielo para mudarlo a Canadá. Con una mezcla de admiración, miedo y perplejidad, los cerebros de la empresa canadiense reciben el lanzamiento del iPhone. Cambiaban las reglas del juego. La respuesta, como se dijo más arriba, nunca fue la apropiada y, como consecuencia, hoy ya no se fabrican más los teléfonos BlackBerry. Se convirtieron en una hermosa historia para ser contada con una valiosa enseñanza: si te dedicas al mercado tecnológico, innova permanentemente o perecerás.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">Como nota al pie de página, digamos que Fregin se convirtió en uno de los hombres más ricos del mundo al vender su paquete accionario de RIM en 2007, después de pelearse con su viejo amigo Mike.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><h3 style="text-align: left;"><span style="color: #20124d; font-family: verdana;">EL PRESENTE MODESTO</span></h3><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">Parece que los nuevos dueños de RIM (rebautizada BlackBerry Limited) siguen al pie de la letra el consejo del proverbio bíblico de perseguir la humildad. Veamos su derrotero (barranca abajo) en los últimos diez años.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">En 2016 anunciaron la subcontratación a los chinos de TLC de toda la producción de aparatos. La idea era que se encargaran del hardware, mientras los canadienses se centraban en el software. Ya no fabricarían más teléfonos. Pero la nueva camada no usaba el sistema operativo propio, sino que corrían sobre Android. Ni siquiera arañaron el mercado. En enero de 2022, ¡kaput! Todo los aparatos quedaron obsoletos cuando la firma dejó de darles soporte. Ahora, BlackBerry se dedica a producir software de ciberseguridad y ofrece otros servicios para empresas y gobiernos. Es muy apreciada en el segmento de comunicaciones seguras, incluso por la CIA.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">Qué es de la vida de Mike Lazaridis y Jim Balsillie, se preguntará usted. Bueno, los socios crearon un fondo de inversión para desarrollar las tecnologías cuánticas (palabrita de moda esta década), se abocaron a la filantropía en el área de la educación y a contar su mejor historia por todo el mundo. Con la perspectiva del paso de los años, uno no puede dejar de ver los últimos minutos sin gritarle a los protagonistas: "¿Qué están haciendo pedazos de tontos", escribió la crítica inglesa Wendy Ide.<b> Es la fatal arrogancia, amiga.<span style="background-color: #ffa400;"> ¡Ah, por cierto!, las dos horas de película se pasan volando.</span></b></span></p><p><b><span style="color: #cc0000; font-family: georgia;">Guillermo Belcore</span></b></p><p><br /></p><h3 style="text-align: left;"><span style="font-family: helvetica;"><span style="font-weight: normal;">Calificación:</span> <span style="background-color: #ead1dc; color: #741b47;">Muy buena</span></span></h3>Guiasterionhttp://www.blogger.com/profile/08886414518064387248noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3955674319301297514.post-48735058237051913842024-03-12T22:49:00.004-03:002024-03-12T22:49:36.449-03:00El cocinero de Alcyon<p><span style="color: #274e13; font-family: helvetica; font-size: large;"><b></b></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="color: #274e13; font-family: helvetica; font-size: large;"><b><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh0nTuMpnitloVknyhgugY6GY9giGI9GTvXUWq-Cr6GOOqAKWegDVmktOfQ3FNPEo6BGcqWGVLQlhBnYhR-NtV7a9EcF82iVLVvwSp1xN0Pzo_YrGZ2U53wlg0ygtJxPto8ncs-FUdybAYdNw_ykynlfLrRuGuSRofS9lMddMTp1tCTy6plaK7rim462cig/s2560/Alcyon.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2560" data-original-width="1594" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh0nTuMpnitloVknyhgugY6GY9giGI9GTvXUWq-Cr6GOOqAKWegDVmktOfQ3FNPEo6BGcqWGVLQlhBnYhR-NtV7a9EcF82iVLVvwSp1xN0Pzo_YrGZ2U53wlg0ygtJxPto8ncs-FUdybAYdNw_ykynlfLrRuGuSRofS9lMddMTp1tCTy6plaK7rim462cig/s320/Alcyon.jpg" width="199" /></a></b></span></div><span style="color: #274e13; font-family: helvetica; font-size: large;"><b><br />El cocinero del Alcyon</b></span><p></p><p><span style="color: #cc0000; font-family: helvetica;"><b>Por Andrea Camilleri</b></span></p><p><span style="font-family: helvetica;">Salamandra. 238 páginas</span></p><p><br /></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">En 2009, <b>Andrea Camilleri</b> (1925-2019) recibió un encargo de una productora italoestadounidense. "Maestro, necesitamos un guión con el comisario Montalbano". Quizás, le encargaron que incluya una o dos mujeres despampanantes, un empresario malo como un terremoto y una trama en la que nuestro héroe se enfrente a los esbirros de poderosos narcotraficantes.</span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">La película no se hizo. Don Andrea no quiso desperdiciar el argumento. Lo recicló unos años después para un nuevo libro de la saga de Salvo Montalbano, que consta de treinta y dos gemas y convirtió a su demiurgo en el escritor más leído de la Italia contemporánea. Así describe a la serie la eminente Enciclopedia Treccani:</span></p><p><span style="font-size: medium;"><i></i></span></p><blockquote><span style="font-size: medium;"><i><span style="color: #0b5394; font-family: georgia;">"En 1994, con La forma del agua, A.C. inauguró una serie de novelas y cuentos centrados en un personaje fijo: el comisario de policía Salvo Montalbano, que en la imaginaria (pero inequívocamente siciliana) ciudad de Vigàta debe desentrañar numerosos casos de asesinato y malversación, animado por un sentimiento de justicia tan sustancial como ajeno a las preocupaciones de su carrera y, en todo caso, propensos a procedimientos que no siempre son formalmente impecables".</span></i></span></blockquote><p></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Camilleri reconoce en la nota final que <i><b><span style="color: #274e13;">El cocinero de Alcyon</span></b></i> muestra sus costuras innobles, es decir <b>su origen no literario</b>. Se queja además de que los capítulos no se ajusten exactamente a su lecho de Procusto: las habituales diez páginas de computadora. Pero en la "nota a la nota" sentencia que la actualización redondeó una "buenísima novela de Montalbano". ¿Y quienes somos nosotros, modestos escribas del séquito, para desmentir a su majestad, el escritor talentoso? </span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Otra de las proezas de Don Andrea es que su ciudad natal -Porto Empedocle, provincia de Agrigento, en Sicilia- haya decidido agregar el término "Vigàta" a su nombre histórico, como consecuencia de la legión de admiradores de la serie que visitan todos los años la urbe para caminar por los mismos escenarios que fatigaba el comisario. <b>Sí, amigo lector, la literatura fomenta el turismo nacional. Ya es hora de que Pringles cambie su nombre por César Aira.</b></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">La historia comienza con un conflicto sindical en un astillero. Un obrero despedido se ahorca. El patrón -hijo del fundador de la empresa- es un canalla de primera categoría, de esos que desperdician la herencia familiar en gustos extravagantes, mientras descargan sobre los hombros de los trabajadores el peso del ajuste.</span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Los policías sicilianos, naturalmente, simpatizan con la rebeldía obrera (¿dijimos que A.C. tenía simpatías comunistas?). Uno de los deméritos de la novela y de la serie policial de esta época es que el detective y sus ayudantes suelen coincidir forzosamente con la ideología de sus creadores; es decir, por lo general pertenecen a la prometeica familia de la izquierda progresista. Por eso las llamamos “ficción”.</span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">La aparición en la soleada Vigàta de una escort texana, veintiañera, rubia, de más un metro ochenta de altura ("Llevaba unos vaqueros tan ajustados que más que una prenda de vestir parecían la piel de una fruta"), doce mil euros la noche, ofrece a Montalbano la punta de un ovillo. Descubrirá que el cretino de Giovanni Trincanato no es solamente el propietario de un astillero. Es alguien mucho más siniestro. Al mismo tiempo, los jefes de la policía intentan apartar al comisario del servicio. ¿Qué diabólico caldo se está cociendo en el sur de Sicilia?</span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><b>Si hay algo que puede criticarse del texto es cierta propensión al estereotipo. </b>El agente del FBI, por ejemplo, parece una marioneta, es indigno de un escritor de la talla de Camilleri. Todo hay que decirlo: el libro carece de profundidad psicológica. Pero es un entretenimiento formidable. Una última rareza. He aquí a un sicario argentino, un tal Juan Bartocelli. Tiene ojos de serpiente, más fríos que el Polo.</span></p><p><span style="color: red; font-family: georgia; font-size: medium;"><b>Guillermo Belcore</b></span></p>Guiasterionhttp://www.blogger.com/profile/08886414518064387248noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3955674319301297514.post-91875858487400793442024-02-25T10:54:00.000-03:002024-02-25T10:54:03.468-03:00El mamífero que ríe<p><span style="color: #274e13; font-family: helvetica; font-size: medium;"><i><b></b></i></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="color: #274e13; font-family: helvetica; font-size: medium;"><i><b><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhwHGNgGFt8hX3IfI89wQXwxtDta5m8e_kwaGZzNwVZU9TxQsqayHHoisdk2cI0fSTas1WPkKMniOKddezcausK5odsH-0CGXjcjRIQtZQvUCsboqBvyOZCI2yQ0WtVCTpvaNIL9Rmy3WcH-7c6JOXkrcEud6UmUef3KI1Xbuo7oDjihbnfwjjuZ39luoWr/s648/Ferreyra.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="648" data-original-width="423" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhwHGNgGFt8hX3IfI89wQXwxtDta5m8e_kwaGZzNwVZU9TxQsqayHHoisdk2cI0fSTas1WPkKMniOKddezcausK5odsH-0CGXjcjRIQtZQvUCsboqBvyOZCI2yQ0WtVCTpvaNIL9Rmy3WcH-7c6JOXkrcEud6UmUef3KI1Xbuo7oDjihbnfwjjuZ39luoWr/w261-h400/Ferreyra.jpg" width="261" /></a></b></i></span></div><span style="color: #274e13; font-family: helvetica; font-size: medium;"><i><b><br />El mamífero que ríe</b></i></span><p></p><p><span style="color: red; font-family: helvetica; font-size: medium;"><b>Gustavo Ferreyra</b></span></p><p><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;">215 páginas. Ediciones Godot</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">Desde que la humanidad leyó arrobada las andanzas de un hildalgo de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor, quedó establecido que <b>en una novela deben “pasar cosas”.</b> Claro, esta magnífica especie literaria ha ido mutado y hoy puede que nos atrape el acabado de los personajes, la profundidad de la mirada, la belleza del estilo o cierta originalidad… <b>Pero cuando estos vectores de la potencia estética brillan por su ausencia y al mismo tiempo no pasa prácticamente nada, la novela se instala definitivamente en un lecho de tedio e insustancialidad.</b></span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">Es una conclusión que deriva de la lectura de la obra más reciente de <b><span style="color: red;">Gustavo Ferreyra</span></b>, autor de vasta y reconocida trayectoria, de hecho se trata de su novela número once. <span style="background-color: white;"><span style="color: #274e13;"><b><i>El mamífero que ríe</i></b> </span></span>desarrolla un procedimiento que parece ser la seña de identidad del autor: <b style="background-color: #fcff01;">el soliloquio de un chiflado.</b></span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">En este caso, leemos los razonamientos desquiciados de Ricardo, psicólogo de profesión, anarquista borgeano, antikirchnerista recalcitrante (este rasgo es importante), separado con dos hijos pequeños, de claras ideas racistas, con cierta tendencia asesina y pederasta en potencia, enfermo de deseo por su empleada doméstica, Ceferina, la Paraguaya.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">Ricardo quiere ser un Zarathustra, la bestia rubia nietzscheana, pero no es más que un pobre tipo, con panza y 42 años que malvive con la consulta en su casa. Al principio, nos enteramos que el pelafustán ha encontrado su epifanía en Puerto Madryn, con la observación de una colonia de lobos marinos. Ve en los machos una suerte de pináculo, “la masculinidad con un vigor esplendente”, en contraste con una represión moderna que siente que lo ha castrado a él y a sus pares. “La civilización es femenina, toda la maldita cultura es femenina”, razona ofuscado. Nada del otro mundo. Es sólo otro auténtico reaccionario por sublimación de sus problemas con las mujeres.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="color: #0c343d; font-family: verdana;"><b>A MEDIAS</b></span></p><p><span style="font-family: verdana;"><b>La sublime mamifidad es el eje del relato. Pero es un eje que viene y va y se termina difumando.</b> He aquí uno de los inconvenientes del libro. Todo se hizo a medias, como si el autor hubiera temido dar un pasó más allá para adentrarse en lo singular. Por ejemplo, Ricardo decide conocer al marido de Ceferina, un carnicero medio ciego que trabaja en un supermercado chino de Villa Urquiza. Le compra unos bifes de costilla, no pasa nada. Puede que la anécdota sirva para ilustrar el carácter irresoluto del protagonista, pero un narrador experimentado y competente como Ferreyra debe saber que al lector no se lo deja con hambre.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">Da la impresión que las peripecias del psicólogo para no perder clientes, para lidiar con su malvada hermana, con su esposa tipo matrona y con sus vecinos que ocultan algo y para llevarse a la cama a su mucama son asuntos secundarios. Es posible que lo que Ferreyra haya querido construir -sobre cualquier otro deseo- sea una formidable máquina de opinar. Sobre todo para dejar establecido su ideario político en el que puede que se entremezclen las convicciones propias como las concesiones al público progresista, seguramente el grueso de sus lectores.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">Relucen aquí y allá algunas ideas inteligentes. Como ésta: “No existen hijos rebeldes, sido modos distintos de hacer las mismas cosas”. <b style="background-color: #01ffff;">Pero las consignas políticas no van más allá del cliché</b>. Macri y Trump son “estúpidos”. Carrió es “una protuberancia de Clarín”. Los intelectuales ‘progres’ son un hato de bienhechores. Cristina se ha empeñado en “que los perdedores no pierdan tanto”. La clase media argentina es una calamidad. Página 84: “A diferencia de la moral media del norteamericano: duro con los demás y consigo mismo, el clasemediero argentino es de moralidad completamente señoral: duro con los demás, blando y autoindulgente al extremo consigo mismo”.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">La historia que, ¡ay!, nunca llega<b> a ningún lado -el final es tan decepcionante como el resto</b>- se articula en capítulos mensuales de más o menos diez páginas entre enero de 2018 y julio de 2019. Sostiene Ferreyra que el macrismo fue un desastre. Al mismo tiempo, hilvana <b>una de las más desembozadas y entusiastas reivindicaciones de Cristina Kirchner que se puedan encontrar en la literatura argentina</b>. </span><span style="font-family: verdana;">Los que odian son locos malévolos como Ricardo, incluso perversos sexuales. Aquellos que la incomodaron, como Stornelli o el difunto Bonadío, son canallas de primera categoría. Hasta el Plan Qunita ensalza Ferreyra.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">El batidor de justa -esa institución porteña- nunca se detiene. Entregada a la imprenta en 2022, Ferreyra también tiene algo que decir sobre la guerra en Medio Oriente, aunque no venga a cuento en la trama. En la página 20, conjetura que los soldados israelíes no parecen humanos, “a lo sumo una combinación de carnes con maquinarias”, como Robocop. Y los parangona con las hordas de Hitler, un lugar común atroz de nuestros intelectuales: ...”buscan transmitir con sus uniformes lo mismo que los nazis: ¡atenti!, que no somos humanos”.</span></p><p><b><span style="color: red;">Guillermo Belcore</span></b></p><p><i>Publicado en el Suplemento Cultura de La Prensa</i></p><p><br /></p><h4 style="text-align: left;"><span style="color: #20124d; font-family: arial;">Calificación: <span style="background-color: #01ffff;">Regular</span></span></h4><div><span style="background-color: white; color: #20124d; font-family: arial;">PD: Aquí comentamos otras dos obras del Sr. Ferreyra:</span></div><div><span style="background-color: white; color: #20124d; font-family: arial;"><br /></span></div><div><span style="background-color: white; color: #20124d; font-family: arial;">1 </span><span style="color: #20124d; font-family: arial;"><a href="https://labibliotecadeasterion.blogspot.com/2022/06/piquito-en-las-sombras.html">https://labibliotecadeasterion.blogspot.com/2022/06/piquito-en-las-sombras.html</a></span></div><div><span style="background-color: white; color: #20124d; font-family: arial;"><br /></span></div><div><span style="background-color: white; color: #20124d; font-family: arial;">2 </span><span style="color: #20124d; font-family: arial;"><a href="https://labibliotecadeasterion.blogspot.com/2010/11/doberman.html">https://labibliotecadeasterion.blogspot.com/2010/11/doberman.html</a></span></div>Guiasterionhttp://www.blogger.com/profile/08886414518064387248noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3955674319301297514.post-306257250734241282024-02-19T23:07:00.004-03:002024-02-19T23:07:43.820-03:00Si te dicen que caí<div><span style="font-family: verdana;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhTt2zFphZ3bj2Yy68cI_AJnLhVX-G1bULZbKtD4gT21n_ufTZQ1HtNUESVQ9DEcSVrTJuvUWF2b7B8n9NfBImdrLj7EFyhHxrCnhyphenhyphenqkeTnCGcYHJuxUqlwQPaznsqkV5Ne9INqZG6nAN9R3xY1Pq97myrqOrKJ5q1MaFXhNlHWNiaatHUuPRBpjRpajkAe/s1002/cai.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="590" data-original-width="1002" height="235" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhTt2zFphZ3bj2Yy68cI_AJnLhVX-G1bULZbKtD4gT21n_ufTZQ1HtNUESVQ9DEcSVrTJuvUWF2b7B8n9NfBImdrLj7EFyhHxrCnhyphenhyphenqkeTnCGcYHJuxUqlwQPaznsqkV5Ne9INqZG6nAN9R3xY1Pq97myrqOrKJ5q1MaFXhNlHWNiaatHUuPRBpjRpajkAe/w400-h235/cai.jpg" width="400" /></a></div></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="text-align: left;"><br /></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="text-align: left;">Antes de que un hatajo de franceses ingeniosos y sin talento rebajaran el texto hasta lo insustancial, la novela de la Europa continental era una formidable maquinaria poética y filosófica que aspiraba a explorar el alma del mundo, de una época o de una comunidad, y los pliegues del alma individual. Ambición no faltaba. Incluso se experimentaba con la forma, en una especie literaria que se ha caracterizado, justamente, por su constante mutación, desde que un caballero de triste figura saliera a fatigar los caminos de La Mancha.</span></div></span></div><div><span style="font-family: verdana;"><br /></span></div><div><span style="font-family: verdana;">Buenas novelas oceánicas se siguen escribiendo, claro está. Allí están Michel Houllebecq y Mircea Cartarescu para atestiguarlo. Pero son cada vez más raras en el Viejo Continente. Ni hablar en la Argentina, donde el compromiso por un proyecto artístico brilla por su ausencia y donde un literato eminente, incluso, ha desarrollado una teoría ad hoc para justificar la novelita infinitesimal -liviana como una pluma- en nombre de "la dicha de la pincelada y de la escena", "de la felicidad del instante". El realismo pesado (en el buen sentido del término), la arquitectura compleja, la profundidad psicológica, la exuberancia verbal parecen fósiles, como el sombrero con plumas de avestruz de la tía Olga o el silencio de esa habitación en que una persona se sienta en su sillón favorito para leer un libro de más quinientas páginas.</span></div><div><span style="font-family: verdana;"><br /></span></div><div><span style="font-family: verdana;">Aquellos que aborrecemos la moda de lo fútil y nos gustan los escritores que se toman su papel en serio tenemos todo el pasado por delante, a Dios gracias. Se cumplieron en 2023 cincuenta años desde que <b><span style="color: #cc0000;">Juan Marsé </span></b>(Barcelona 1933-2020) presentará en un concurso literario de México un manuscrito que a la sazón se convertiría en una obra maestra de la literatura española contemporánea. Leer hoy <span style="background-color: white;"><span style="color: #274e13;"><i><b>Si te dicen que caí</b></i> </span></span>(Club Bruguera, 290 páginas) <b style="background-color: #fcff01;">es una experiencia extraordinaria y muy placentera</b>, claro, si usted no es un lector con prisas.</span></div><div><span style="font-family: verdana;"><br /></span></div><h3 style="text-align: left;"><span style="color: #4c1130; font-family: verdana;"><b style="background-color: white;">AÑOS TREMEBUNDOS</b></span></h3><div><span style="font-family: verdana;"><br /></span></div><div><span style="font-family: verdana;">Marsé nos lleva a la Barcelona de 1944 ("el año del trigo argentino"). A una sociedad oprimida por la miseria moral y material, por la arrogancia y la brutalidad de los triunfadores de la guerra civil, y por el rencor de los vencidos. Es un ajuste de cuentas con su infancia; una colección de historias en primera persona, pero desde un yo plural (va alternado las tramas, pero sin aviso tipográfico). <b>El núcleo incandescente es el asesinato de una prostituta rubia, un hecho que lo conmovió de pequeño y que aparece de manera recurrente en su vasta obra.</b></span></div><div><span style="font-family: verdana;"><br /></span></div><div><span style="font-family: verdana;">Los protagonistas son niños y adolescentes. Granujas que sobreviven aprovechando hasta la última migaja. Hace ochenta años, en El Guinardó (barrio desaparecido de Barcelona) se comían gatos y se reciclaban los condones usados, pero -al decir del autor- "nunca volvió a reír la primavera como entonces, nunca". La pandilla se reúne en la trapería de Daniel Javaloyes, Java para los amigotes. Cuentan historias, buscan tesoros entre los escombros y juegan al doctor con huerfanitas.</span></div><div><span style="font-family: verdana;"><br /></span></div><div><span style="font-family: verdana;">Java remueve cielo y tierra para encontrar a una furcia roja, Ramona o Aurora Nin, con quien había tenido sexo para complacer a Conrado, un alférez paralítico y mirón. Tiene sus razones secretas para hallarla, además del dinero que le promete una mujer rica deseosa de venganza.</span></div><div><span style="font-family: verdana;"><br /></span></div><div><span style="font-family: verdana;">Otro hilo narrativo lo transita la diezmada resistencia anarco-comunista. Son un puñado de perdedores, forjados en cien batallas, viviendo en una clandestinidad sin fin, devenidos en terroristas, atracadores y estafadores. Acecha entre las sombras un peligro para los chicos, el tuerto 'Flecha Negra', "sirviente de la Patria amanecida", con la excusa que recluta voluntarios para los campamentos juveniles de la Falange.</span></div><div><span style="font-family: verdana;"><br /></span></div><div><span style="font-family: verdana;">En rigor, todo el libro es una colosal rememoración a partir de la llegada de un cadáver a una sala de autopsias del Hospital. El ayudante de una monja conoce al muerto. O lo conoció hace treinta años, mejor dicho.</span></div><div><span style="font-family: verdana;"><br /></span></div><h3 style="text-align: left;"><span style="background-color: white; color: #4c1130; font-family: verdana;">LOS AVENTIS</span></h3><div><span style="font-family: verdana;"><br /></span></div><div><span style="font-family: verdana;">Para tejer los laberintos de la memoria, el novelista catalán emplea un procedimiento muy eficaz: "los aventis" de Sarnita, uno de los perdularios de la barra del Java. Son relatos construidos con desechos por un niño, supuestamente testigo pero que mayormente habla de oídas. Incluye rumores, confidencias, confesiones y ficciones. Hay saltos temporales y el sentido se va armando de a poco. <b style="background-color: #01ffff;">Es una lectura exigente en forma y contenido porque se trata de una obra magnífica.</b> Una segunda lectura de algunos pasajes, incluso, podría ser recomendable. En verdad, al final de la novela el lector se sentirá exhausto pero recompensado. Todos los puntos se unen.</span></div><div><span style="font-family: verdana;"><br /></span></div><div><span style="font-family: verdana;"><i><b><span style="color: #274e13;">Si te dicen que caí</span></b></i> <b>ha envejecido muy bien</b>. Qué envidia. Por cierto, hay una versión cinematográfica de la obra más rica de Juan Marsé. Dicen que la empobrece.</span></div><div><b><span style="color: #cc0000; font-family: georgia;">Guillermo Belcore</span></b></div><div><span style="font-family: verdana;"><br /></span></div><h3 style="text-align: left;"><span style="color: #783f04; font-family: verdana;"><span style="font-weight: normal;">Calificacion:</span> Excelente</span></h3>Guiasterionhttp://www.blogger.com/profile/08886414518064387248noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3955674319301297514.post-53367264161783713552024-02-06T22:45:00.000-03:002024-02-06T22:45:04.637-03:00Aniquilación<p><span style="font-family: georgia;"><i></i></span></p><blockquote><p><span style="color: #073763; font-family: georgia;"><i></i></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="color: #073763; font-family: georgia;"><i><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj_LJFdIh7anWN3nV8abMNjpPW5UAJoDIR1JQGusXJs5X7nb63Dh7yARKYAp-W913gkNGcIiV2hr61zmYSjcW2UmDSV_8PahVElqA-4n_kytqgHMdzsYTZhgIPhlRCvzcYbkUZ3aIzwf0GlYbo5SgRII3X7x3OgMQMgDN6Yj4Mb85ZBycMJUMA_Qw9Z5IKQ/s566/Aniquilacion.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="566" data-original-width="360" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj_LJFdIh7anWN3nV8abMNjpPW5UAJoDIR1JQGusXJs5X7nb63Dh7yARKYAp-W913gkNGcIiV2hr61zmYSjcW2UmDSV_8PahVElqA-4n_kytqgHMdzsYTZhgIPhlRCvzcYbkUZ3aIzwf0GlYbo5SgRII3X7x3OgMQMgDN6Yj4Mb85ZBycMJUMA_Qw9Z5IKQ/s320/Aniquilacion.jpg" width="204" /></a></i></span></div><span style="color: #073763; font-family: georgia;"><i><br /> "Una mejora en las condiciones de vida va emparejada, a menudo, con un deterioro de las razones de vivir, y en particular de vivir juntos.”</i></span><p></p><p style="text-align: right;"><i><b><span style="color: #073763;"><span style="font-family: georgia;">M.H</span>.</span></b></i></p></blockquote><p style="text-align: right;"><i><b></b></i></p><p><br /></p><p><span style="font-family: verdana;">Sin duda, uno de los pasajes más emocionantes de la saga cinematográfica de El señor de los anillos es la petición caballeresca de Aragorn frente a la Puerta Negra de Mordor. Viggo Mortensen intenta que sus tropas recuperen el coraje para detener a los ejércitos de las potencias maléficas:</span></p><p><span style="color: #073763; font-family: georgia;"><i></i></span></p><blockquote><p><span style="color: #073763; font-family: georgia;"><i>"...Hijos de Gondor y de Rohan, mis hermanos, veo en vuestros ojos el mismo miedo que encogería mi propio corazón.</i></span></p><p><span style="color: #073763; font-family: georgia;"><i>Pudiera llegar el día en que el valor de los hombres decayera, en el que olvidáramos a nuestros compañeros y se rompieran los lazos de nuestra comunidad. Pero hoy no es ese día.</i></span></p><p><span style="color: #073763; font-family: georgia;"><i>En que una hora de lobos y escudos rotos rubricaran la consumación de la edad de los hombres. Pero hoy no es ese día.</i></span></p><p><span style="color: #073763; font-family: georgia;"><i>En este día lucharemos. ¡Por todo aquello que vuestro corazón ama de esta buena tierra, os llamo a luchar, hombres del Oeste!..."</i></span></p></blockquote><p><span style="color: #073763; font-family: georgia;"><i></i></span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">La arenga de Aragorn -similar a la de William Wallace antes de la batalla de Stirling- es destacada en la novela más reciente de <b><span style="color: #cc0000;">Michel Houellebecq</span></b> (Saint Pierre, 1958). Justamente, el escritor-filósofo más interesante de la Francia contemporánea ha venido reprobando en su vasta obra con inusual valor las miserias y cobardías de los </span><span style="font-family: verdana;"><i>hombres del Oeste</i>, que signan una época líquida que, por pereza intelectual, hemos designado como<i> postmodernidad.</i></span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">En<i><b><span style="color: #274e13;"> Aniquilación</span></b></i> (Anagrama, edición 2022, 605 páginas) asume Houllebecq una vez más la defensa de la moral judeocristiana, y de la moral en general.<b style="background-color: #fcff01;"> Y lo hace con una lucidez y potencia narrativa que demuestra que puede resultar fascinante incluso la literatura con mensaje</b>, ese colmo de horrores, a priori, según Oscar Wilde y Borges. La potencia maléfica contra la que se alza el literato es el nihilismo europeo, que se manifiesta, por ejemplo, en sectas paganas, o panteístas, y politeístas, o que divinizan a la naturaleza.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">La novela ubica al lector ante<b> los grandes asuntos existenciales del presente.</b> El problema de la decrepitud de nuestros padres; el problema de la sexualidad en el matrimonio y fuera de él; el problema del trabajo después de los cincuenta; el problema de la representación política; el problema del orden y la seguridad pública; el problema de la salud quebrantada. Estos son sólo algunos de los temas abordados con inteligencia y elegancia. La respuesta de Houellebecq a los retos es nostálgica. Le gustaría recuperar, aunque sea una parte, del mundo pérdido de la infancia. Un mundo accesible, humano, donde aún tenían lugar la comida casera y los platos típicos; y los matrimonios cuidaban a sus hijos, mantenían una intensa vida sexual y creían en Dios.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><h3 style="text-align: left;"><span style="color: #4c1130; font-family: verdana;"><b>MONSIEUR RAISON</b></span></h3><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">El protagonista del libro se llama Paul Raison, quintaesencia de la "suficiencia burguesa", es decir un representante cabal de la casta gobernante. Trabaja en el Ministerio de Economía, es confidente y mano derecha del ministro, una suerte de Colbert del siglo XXI, tecnócrata que ha revivido a la industria francesa. Pero Paul, en la cincuentena, no es feliz. Su matrimonio ha fracasado; nunca se les ocurrió tener hijos. No tiene amigos y es distante la relación con sus hermanos y con su padre, un ex funcionario del Servicio de Inteligencia del más alto nivel.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">La trama va encadenando los duros golpes que recibe Paul hasta su aniquilación, pero que, paradójicamente, le permiten rehacer la relación con Prudence, su esposa. Al final, nos encontramos con una hermosa historia de amor. Al mismo tiempo, Houllebecq corre los cortinados y nos permite atisbar en el funcionamiento del Estado francés. El jefe de Paul se convierte en 2027 en el nuevo hombre fuerte del gobierno, bajo la presidencia de un telepresentador insustancial. El tercer hilo narrativo esclarece una serie de atentados, que han puesto de cabeza a los servicios de inteligencia de las potencias globales, "la mayor catástrofe en seguridad informática desde la aparición de las computadoras".</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">Los únicos pasajes que aburren en esta novela son las narraciones de un sueño; como siempre ocurre, un procedimiento que delata déficit de invención. No se entiende, con franqueza, la insistencia de los escritores -incluso de los buenos- con esta bobería. El resbalón, no obstante, se compensa largamente con <b style="background-color: #ffa400;">la hondura psicológica y social de los personajes (a su manera, Houellebecq es un Balzac) y con los juegos de ideas que circulan por el texto.</b></span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">Entramos en<i> la posdemocracia</i>, nos advierte Houllebecq, desde París. La democracia, tal como la conocíamos, ha muerto; "es demasiado lenta y demasiado pesada". Las relaciones personales y las redes es lo único que funciona, aunque "el idiota moderno vive intoxicado con la web, las teorías conspirativas y las noticias falsas". Caímos en una suerte de epicureísmo mustio; en una desesperación normalizada; "en un ambiente pseudolúdico, pero que realidad está regido por una normativa fascista que, poco a poco, ha ido infestando todos los recovecos de la vida cotidiana". Es la famosa corrección política.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">Tal como hizo hace unos días el Presidente de la Argentina en Davos,<span style="background-color: #01ffff; color: #444444;"> </span><b><span style="background-color: #01ffff; color: #444444;">el perspicaz escritor francés nos advierte que Occidente se suicida, por vestirse con una panoplia de ideas descabelladas</span><span style="color: #01ffff;">,</span></b> pero la admonición es aquí más cultural que económica. Houllebecq no cree en el librecambio, por cierto. Condena por ingenua la doxa liberal a lo Francis Fukuyama: "...la ingenua creencia de que el afán de lucro puede reemplazar cualquier motivación humana y proporcionar por sí sola la energía mental necesaria para mantener una organización compleja...". Por fin, <b>un escritor eminente que se preocupa por un estilo de vida que conduce a la destrucción de la familia y la vida conyugal.</b></span></p><p><b><span style="color: red; font-family: georgia;">Guillermo Belcore</span></b></p><p><i>Publicado en el Suplemento de Cultura de La Prensa.</i></p><h3 style="text-align: left;"><span style="font-family: helvetica;"><span style="font-weight: normal;">Calificación: </span><span style="background-color: #9fc5e8; color: #20124d;">Muy bueno</span></span></h3>Guiasterionhttp://www.blogger.com/profile/08886414518064387248noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3955674319301297514.post-43925912517099656152024-01-10T18:45:00.002-03:002024-01-10T18:45:41.361-03:00La ola que lee<p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><b></b></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><b><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh58a7ggwS3nHPZmM9siM87-_7dnR8hbBmU1G2kMWuDpPJYxjCQdelKisv8m5KY21UVrmf81_KWpwSBberia17U8QYAkotrLaaGgeMRXAnHSdMYrTBl3grLCNmplmHIxsZLAl5mWYtQBaJJd_uwvrhK2nj4SkK_Qeb173BrC_tMqPjFAK6h65_6PceVPwxB/s2717/la-ola-que-lee.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2717" data-original-width="1594" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh58a7ggwS3nHPZmM9siM87-_7dnR8hbBmU1G2kMWuDpPJYxjCQdelKisv8m5KY21UVrmf81_KWpwSBberia17U8QYAkotrLaaGgeMRXAnHSdMYrTBl3grLCNmplmHIxsZLAl5mWYtQBaJJd_uwvrhK2nj4SkK_Qeb173BrC_tMqPjFAK6h65_6PceVPwxB/s320/la-ola-que-lee.jpg" width="188" /></a></b></span></div><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><b><br /> La compilación de relatos y artículos periodísticos no ha cosechado aún la gratitud que merece</b>. Es injusto. <b>Hay volúmenes que son auténticas obras de arte.</b> No resulta difícil señalar ejemplos: <i><span style="color: #274e13;"><b>Textos recobrados</b></span></i>, de Jorge Luis Borges; <i><b><span style="color: #274e13;">George Steiner en The New Yorker</span></b></i>; <i><b><span style="color: #38761d;">Mea Cuba, antes y después</span></b></i>, de Guillermo Cabrera Infante; <i><b>Maestro de ceremonias</b></i> de G.K. Chesterton.</span><p></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><b>El sello Random House ha publicado otro compendio cuya calidad es pareja a los casos mencionados.</b> Involucra a uno de los mejores escritores argentinos; el único que ha elaborado una teoría de la novela para justificar su caudalosa empresa. <b><i><span style="color: #274e13;">La ola que lee</span></i></b> se titula el libro que hoy queremos recomendar. Atesora escritos de <b><span style="color: #cc0000;">César Aira</span></b> (Pringles, 1941) publicados entre 1981 y 2010.</span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">El volumen es el fruto del trabajo muy competente de la socióloga María Belén Riveiro. Le cedemos la palabra: </span></p><p><span style="color: #0b5394; font-family: georgia; font-size: medium;"><i>"Los textos que se transcriben a continuación nos permiten descubrir autores y libros, releer a aquellos que ya conocemos con el tamiz de la mirada de Aira, explorar los debates de cada época, así como conocer desde otros registros su obra".</i></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><h3 style="text-align: left;"><span style="color: #4c1130; font-family: verdana; font-size: medium;"><b>MAESTRO DE LECTURAS</b></span></h3><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">La señora Riveiro tiene razón. <b>Aira es un formidable maestro de lecturas.</b> Despierta el apetito. Por leer o releer a Cortazar, a Arlt, a Puig, a Copi, a Laiseca, a Saer, a Kafka, a Gombrowicz (pero no a Katchadjian), a Walter de la Mare, cuya obra Memorias de una enana, empalma con uno de los fetiches de la literatura airana: las miniaturas.</span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Es menester advertir que, como todo comentarista talentoso, <b>Aira no renuncia a la arbitrariedad e incluso al disparate</b>. Llega a decir que nadie debería considerar a Vargas Llosa o a Alejo Carpentier grandes escritores. O que "la novela larga no es arte, es consumo". <b>Las aporías de Aira son deliciosas; y el resto de su producción crítica a menudo da en el blanco.</b> Hay una poderosa reivindicación de la literatura brasileña; y una demoledora descripción del estado de la novela argentina de 1981, con argumentos sociológicos que aún hoy pueden explicar nuestra indigencia creativa.</span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Por desgracia, los narradores argentinos se ven obligados a escribir en sus ratos de ocio. <b>Establece Aira que el novelista debe comprometerse en serio, sin cálculos ni ironías, con la literatura. Debe jugarse por un proyecto artístico, por un método, incluso. </b>Que es lo que él hizo; lo prueban sus más de cien libritos regidos por un guante de acero al tungsteno que en sus intervenciones periodísticas se ha empeñado en defender.</span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Podríamos sostener entonces que <b>las reflexiones metafísicas sobre el arte de narrar son otra de las riquezas del libro.</b> Mostrando (o fingiendo) el fervor de los creyentes, Aira sostiene que lanzarse a la aventura de escribir sólo se justifica por la intención de inventar de nuevo la literatura sobre fórmulas desconocidas. Sin la calidad de nuevo, la obra de arte se queda en artesanía, que puede llegar a ser aceptable pero su propósito último no pasa más que por complacer a un público satisfecho, a un consumidor. El creador de paradigmas no necesita ser bueno, avisa incluso (¿y se justifica?).</span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">El creador "si se limita a usar un lenguaje ya inventado no es arte de verdad o, al menos, no se ajusta a la definición más exigente de arte", dispara en la página doscientos treinta y nueve. El vate de Pringles se ha tomado el trabajo de usar revistas y diarios (extranjeros o del interior de la Argentina) para desarrollar repetida, variada e interminablemente su peculiar teoría que le ha dado prestigio y polémica: </span></p><p><span style="color: #0b5394; font-family: georgia; font-size: medium;"><i>"La literatura debe ser extremista...; ...la libertad hace al escritor...; ...los géneros no tienen más función para el escritor que darle algo para abandonar...; ...la voluntad de preservar el statu quo resulta esencialmente antiliterario...; ...toda gran obra literaria es un experiencia con el estilo; ...la buena literatura vive al borde del fiasco...". </i></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Y así hasta el final. <b>Uno termina casi convencido, hasta el momento que recuerda la enorme cantidad de novelas esenciales que no pasarían por el ojo de la aguja airana.</b></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Con humoradas, Aira pide no ser juzgado por <i><b><span style="color: #38761d;"><a href="https://labibliotecadeasterion.blogspot.com/2011/10/la-liebre.html">La Liebre</a></span></b></i> (su mejor novela), o por <i><b><span style="color: #6aa84f;">La guerra de los gimnasios</span></b></i>, o por cualquiera de esas dos o tres nouvelles automáticas que compone año tras año: </span></p><p><span style="color: #0b5394; font-family: georgia; font-size: medium;"><i>"Me espanta que me juzguen por mis libros. Me siento vagamente insultado, siento el riesgo de una mutilación, cuando alguien se toma en serio algún libro mío. Querría prevenirlo contra ese error, y no encuentro otro modo de hacerlo que publicando un libro más...".</i></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Quiere que lo juzguen por su método. <b>"Preferiría que vieran en mí un procedimiento, como lo veo en mi amado Raymond Roussell"</b>. Y aquí llegamos al tema feraz de las influencias. Podría decirse que la literatura airana que tantos fanáticos, discípulos y detractores ha generado es <b>el penúltimo campanazo de la broma surrealista o del dadá.</b> Es "el reblandecimiento daliniano de los relojes".</span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">"He llegado a no corregir nada, a dejar todo tal como sale, a la completa improvisación definitiva", asegura el único escritor argentino que se menciona todos los años para el Nobel. ¿Podemos creerle? Hace unos años, Elvio Gandolfo estableció para siempre esta duda existencial: <b style="background-color: #fcff01;">“El método Aira sería el del viejísimo ¿es o se hace?".</b> Tampoco podemos tomar en serio su profesión de fe marxista de la página ciento ochenta y dos. Es un especulador que cultiva con fruición y destreza la paradoja y la broma. "El escritor debe ser enigmático y abierto a interpretaciones", afirma.</span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><p><span style="color: #4c1130; font-family: verdana; font-size: medium;"><b>LA FELICIDAD</b></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">A esta altura, uno debería preguntarse cuál es la apuesta estética de ese sistema general. Cuál es la felicidad que causa ("felicidad" es una palabra muy usada por Aira cuando opina sobre literatura). <b>La dicha del instante, de la escena, de la pincelada.<span style="background-color: #01ffff;"> La literatura debe ser la "eternización de un momento de felicidad"</span></b><span style="background-color: #01ffff;">.</span> Pero debe ser literatura pequeña, insiste: "...en los géneros breves no se escribe para ocupar el tiempo del lector, como en la novela, sino para ocupar su inteligencia. Y eso puede ser cuestión de un instante, o mejor dicho siempre lo es. Cuanto más breve, más eficaz".</span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">La grey airana quedará absolutamente saciada con esta obra. <b>A quienes nos gustan algunas novelitas de Aira pero la mayoría no, también disfrutamos una inteligencia superior, una prosa refinada, un juego de ideas cautivante.</b> <i><b><span style="color: #38761d;">La ola que lee</span></b></i> -como intentamos transmitir- <b style="background-color: #ffa400;">es un libro de muchas felicidades.</b> Como aquel párrafo de la página cincuenta y cuatro que consagra las obras de José Bianco. Es probable que nadie lo haya hecho mejor. El diccionario de autores latinoamericanos, por cierto, sigue siendo la obra maestra de Aira.</span></p><p><span style="color: red; font-family: georgia; font-size: medium;"><b>Guillermo Belcore</b></span></p><p><span style="font-family: times; font-size: medium;"><i>Publicado en el diario La Prensa</i></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><h3 style="text-align: left;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span style="font-weight: normal;">Calificación:</span> <span style="background-color: #ff00fe; color: #eeeeee;">Excelente</span></span></h3>Guiasterionhttp://www.blogger.com/profile/08886414518064387248noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3955674319301297514.post-43500351782387391812024-01-02T21:59:00.004-03:002024-01-02T21:59:56.937-03:00 La Constitución Nacional: Una historia política 1810-1853<p><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;"> </span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiVQj-V9mh790In1hUh5jYCwy3Q-fyo7_KBPefPlDdcrTYLKhZaDRXWLVJfzVP4viWzs85kZ1TQjsZtfkuJ9SXSCZ09PIMmWystglW4oDqpYc3ANdebT-9J2vQAIm-W8zvYi7wtBHuNEiO1oPaT08EWkV_L8G460593oCeI1R7nCWjfXOMB0-QrR1-Lwhvh/s523/Constitucion%20Nacional.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="523" data-original-width="334" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiVQj-V9mh790In1hUh5jYCwy3Q-fyo7_KBPefPlDdcrTYLKhZaDRXWLVJfzVP4viWzs85kZ1TQjsZtfkuJ9SXSCZ09PIMmWystglW4oDqpYc3ANdebT-9J2vQAIm-W8zvYi7wtBHuNEiO1oPaT08EWkV_L8G460593oCeI1R7nCWjfXOMB0-QrR1-Lwhvh/w255-h400/Constitucion%20Nacional.jpg" width="255" /></a></span></div><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;"><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><br />Por<b><span style="color: red;"> Bernardo Lozier Almazán</span></b></span><p></p><p><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;">Sammartino Ediciones. Libro de historia. 180 páginas.</span></p><p><br /></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><b><span style="background-color: #01ffff;">La grieta, por desgracia, está en los genes de los argentinos</span>.</b> La Revolución de Mayo, esa gesta cívico-militar tan improvisada como trascendente, plantó las semillas de una división fratricida que atrasó la creación y el progreso de la Patria. Así lo explica un nuevo ensayo que aquí venimos a elogiar:</span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><p><span style="font-size: medium;"><i></i></span></p><blockquote><span style="font-size: medium;"><i><span style="color: #073763; font-family: georgia;">"El juicio de Alberdi nos advierte que, por aquellos días, ya se gestaban las dos alternativas ideológicas que dominarían el futuro escenario político: la federal y la unitaria, y la confrontación entre porteños y provincianos, cuyas consecuencias se proyectarían durante más de medio siglo, postergando la tan necesaria como indispensable unidad nacional, para entonces consagrar la constitución que organizará los destinos de la Patria incipiente. Sin dicho consenso, todo intento constitutivo devenía utópico".</span></i></span></blockquote><p></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">El erudito <b><span style="color: red;">Bernardo Lozier Almazán</span></b> resume en su trabajo más reciente el derrotero político de nuestra Carta Magna. De la Primera Junta a la Presidencia de Bartolomé Mitre, cuando la República Argentina empezó a consolidarse como Estado soberano. Es un libro oportuno. La Constitución Nacional cumplió 170 años, en 2023. Y esa travesía en el desierto, con sus frustrados intentos de gobernabilidad, permite extraer enseñanzas para el presente. <b style="background-color: #fcff01;">Hoy también la falta de consensos, ahora económicos, es motivo de desdichas y nos ubica al borde del precipicio.</b> Ya volveremos sobre el punto.</span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Primero, es necesario describir el ensayo, avaro en páginas pero rico en sucesos, ideas y documentos. El académico Lozier Almazán es un virtuoso de la cita, pero escamotea su propia opinión. Podemos inferir simpatías rosistas: reivindica el Pacto Federal ("embrión de la Constitución de 1853") y exculpa a la dictadura punzó por no haber convocado nunca a un Congreso General Constituyente. Los egoístas unitarios le hicieron la vida imposible a Don Juan Manuel.</span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Hay que destacar que <b>la lectura del volumen siempre resulta amena e instructiva</b>. El libro es valioso. Fruto del talento del historiador, pero también del esfuerzo, dedicación y amor de la editora <b><span style="color: red;">Graciela Sammartino</span></b>, quien ha creado en 2009 un sello que se especializa en el patrimonio histórico, cultural y artístico de la Argentina.</span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Decíamos que vivimos hoy una circunstancia en cierto punto similar a la que sufrieron nuestros antepasados. Si la organización nacional tardó cincuenta años terribles para concretarse; y la democracia otros cincuenta y tres para establecerse definitivamente (entre 1930 y 1983), <b style="background-color: #01ffff;">aún no podemos encontrar un modelo sustentable de desarrollo económico para el mundo posmoderno, después de cuatro décadas de frustrantes y pauperizadores balbuceos.</b> De Alfonsín a los Fernández, la grieta entre populistas y antipopulistas parece habernos condenando a un vaivén que acelera la decadencia. <b>¿Será <span style="color: red;">Javier Milei</span> el Urquiza de nuestro tiempo, el estadista que encuentra la fórmula superadora?</b></span></p><p><b><span style="color: red; font-family: georgia; font-size: medium;">Guillermo Belcore</span></b></p><p><br /></p><h3 style="text-align: left;"><span style="font-family: helvetica;"><span style="font-weight: normal;">Calificación:</span> <span style="background-color: #ffa400;">Bueno</span></span></h3>Guiasterionhttp://www.blogger.com/profile/08886414518064387248noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-3955674319301297514.post-31047805432100865332023-12-12T16:47:00.002-03:002023-12-12T16:47:36.211-03:00La auto-sospecha<p><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;"><span style="text-align: left;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: verdana; text-align: left;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjvvEukfU2NYytj7vE7Kv4hRGOV0lICq6mb30SwYOTZVXoUqAc4Bhzglt37R9-IuRRDJ4LXRzH7ssRWPoNGQpJ5DCaUl_PWknzOybKk5Nbb36jnL5UDRhcXbqkR0ejfAMJsJN0nfgrVUdBDYEQjJ5gizBgK1SbK2hN5DTw1RIHd_T0xGCn0WFWWE7J9xMw1/s1002/Sospecha%20Cuatro.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="954" data-original-width="1002" height="305" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjvvEukfU2NYytj7vE7Kv4hRGOV0lICq6mb30SwYOTZVXoUqAc4Bhzglt37R9-IuRRDJ4LXRzH7ssRWPoNGQpJ5DCaUl_PWknzOybKk5Nbb36jnL5UDRhcXbqkR0ejfAMJsJN0nfgrVUdBDYEQjJ5gizBgK1SbK2hN5DTw1RIHd_T0xGCn0WFWWE7J9xMw1/w320-h305/Sospecha%20Cuatro.jpg" width="320" /></a><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjvvEukfU2NYytj7vE7Kv4hRGOV0lICq6mb30SwYOTZVXoUqAc4Bhzglt37R9-IuRRDJ4LXRzH7ssRWPoNGQpJ5DCaUl_PWknzOybKk5Nbb36jnL5UDRhcXbqkR0ejfAMJsJN0nfgrVUdBDYEQjJ5gizBgK1SbK2hN5DTw1RIHd_T0xGCn0WFWWE7J9xMw1/s1002/Sospecha%20Cuatro.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><span style="text-align: left;"><br /></span></a><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjvvEukfU2NYytj7vE7Kv4hRGOV0lICq6mb30SwYOTZVXoUqAc4Bhzglt37R9-IuRRDJ4LXRzH7ssRWPoNGQpJ5DCaUl_PWknzOybKk5Nbb36jnL5UDRhcXbqkR0ejfAMJsJN0nfgrVUdBDYEQjJ5gizBgK1SbK2hN5DTw1RIHd_T0xGCn0WFWWE7J9xMw1/s1002/Sospecha%20Cuatro.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><span style="text-align: left;"><br /></span></a><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjvvEukfU2NYytj7vE7Kv4hRGOV0lICq6mb30SwYOTZVXoUqAc4Bhzglt37R9-IuRRDJ4LXRzH7ssRWPoNGQpJ5DCaUl_PWknzOybKk5Nbb36jnL5UDRhcXbqkR0ejfAMJsJN0nfgrVUdBDYEQjJ5gizBgK1SbK2hN5DTw1RIHd_T0xGCn0WFWWE7J9xMw1/s1002/Sospecha%20Cuatro.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><span style="text-align: left;"><br /></span></a><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjvvEukfU2NYytj7vE7Kv4hRGOV0lICq6mb30SwYOTZVXoUqAc4Bhzglt37R9-IuRRDJ4LXRzH7ssRWPoNGQpJ5DCaUl_PWknzOybKk5Nbb36jnL5UDRhcXbqkR0ejfAMJsJN0nfgrVUdBDYEQjJ5gizBgK1SbK2hN5DTw1RIHd_T0xGCn0WFWWE7J9xMw1/s1002/Sospecha%20Cuatro.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><span style="text-align: left;"><br /></span></a><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjvvEukfU2NYytj7vE7Kv4hRGOV0lICq6mb30SwYOTZVXoUqAc4Bhzglt37R9-IuRRDJ4LXRzH7ssRWPoNGQpJ5DCaUl_PWknzOybKk5Nbb36jnL5UDRhcXbqkR0ejfAMJsJN0nfgrVUdBDYEQjJ5gizBgK1SbK2hN5DTw1RIHd_T0xGCn0WFWWE7J9xMw1/s1002/Sospecha%20Cuatro.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><span style="text-align: left;"><br /></span></a><br /></div></span></div></span></span></div><p></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span style="text-align: left;">El personaje literario es viejo como la máquina de vapor. </span><i style="text-align: left;">El hombre del subsuelo </i><span style="text-align: left;">(¿por qué no hay mujeres cumpliendo este papel en las novelas?). Un añoso viaje, pues, desde Akaki Akákievich hasta Neftalí de Montevideo, que hoy venimos a presentar.</span></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><b><span style="color: red;">Ana Grynbaum</span></b>, una de las voces más interesantes de la narrativa uruguaya actual, ha decidido recorrer en su más reciente<i> nouvelle</i> un sendero trillado pero no por eso menos encantador. <b>Es la clásica historia de un patético cero a la izquierda, sin un cobre en el bolsillo ni razones para vivir, que finalmente encuentra un sentido a la existencia</b>. A pesar de su mezquindad en páginas (ya volveremos sobre el punto), podría decirse que <b style="color: #274e13; font-style: italic;">La auto-sospecha </b>(180 páginas, Libros del inquisidor) es una especie de <i>bildungsroman.</i> Una diminuta novela de aprendizaje.</span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Neftalí vive en la casona de una vieja inválida, medio pariente, bajo un régimen de semiesclavitud. Mal atiende a la despótica mujer a cambio de un altillo mugriento para dormir y las sobras de la comida. Se somete también al escrutinio neurótico. Explica con el símil eficaz por qué ha dejado pudrir su talento en la desidia: </span></p><p><span style="font-size: medium;"></span></p><blockquote><span style="font-size: medium;"><span style="color: #073763; font-family: georgia;"><i>"Preferí no funcionar, devenir bolsa de nylon enredada en la copa de un árbol; por decisión propia no sirvo para nada... hubiera querido ser optimista, pero naufrago en la mierda".</i></span></span></blockquote><p></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Un día la señora se muere; más rápidos que un vencejo, familiares lejanos se presentan por la casa. Le dan venticuatro horas al inquilino para abandonarla; Neftalí tiene todo preparado para ahorcarse pero finalmente quien se queda con la propiedad es una sobrina nieta. Rocío, una muchacha tan ingenua como lastimada, planea abrir allí un comedero para pibes de la calle. "Por más indeseable que un hombre sea, siempre se le arrima alguna mujer", se establece. Así pues, la trama evoluciona como suelen hacerlo estas historias menudas.</span></p><h3 style="text-align: left;"><span style="color: #741b47; font-family: verdana; font-size: medium;"><b>BLOQUECITOS</b></span></h3><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">La urdimbre se construyó en bloquecitos. Hay una agradable alternancia entre el soliloquio de un Don Nadie y la narración en segunda persona del singular. Muestra la autora, además, una formidable destreza para acuñar sentencias. Cómo ésta de la página cuarenta y siente: </span></p><p><span style="font-size: medium;"><i></i></span></p><blockquote><span style="font-size: medium;"><i><span style="color: #073763; font-family: georgia;">"la verdad es frágil, exige acolchado... Me parece que todos compartimos la idea de que hay algo nuestro que no debemos revelar nunca, bajo ninguna circunstancia, incluso si desconocemos el contenido...".</span></i></span></blockquote><p></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">En el debe podría mencionarse la escasez de páginas. El lector voraz se queda con hambre. Sería necio acusar a la <i>nouvelle</i> de falta de ambición artística, la señora Grynbaum ha creado, nada menos, su propio sello editorial junto a su marido <b><span style="color: red;">Ércole Lissardi</span></b> (¡ah!, esos nombres uruguayos) para componer lo que les plazca, en especial para cultivar la literatura erótica, una apuesta sumamente audaz en estos tiempos de hipersexualidad mediática, que no es arte claro está. Hay un par de páginas eróticas, por cierto, en<i><b><span style="color: #274e13;"> La auto-sospecha</span></b></i> que son poesía pura, y muy buena.</span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Además, un comentarista nunca debería criticar a un perro porque no es un gato. Pero he aquí un chihuahua que tenía todas las condiciones para ser un gran danés, es decir una novela oceánica, con fascinantes personajes secundarios y un contexto de degradación moral y social que Ana Grynbaum prefirió esbozar al paso en lugar de desarrollarlos. Es una lástima, Onetti y Dostoievski están presentes en su escritura y se la da muy bien el retrato de Montevideo, la fea.</span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Una última extrañeza. Como si se tratara de burbujas ácidas, consignas de izquierda emergen cada tanto. Habla Neftalí de conciencia de clase y hay un par de menciones despectivas de la meritocracia, del consumismo y del descastamiento de las napas inferiores de la burguesía media "a las que todos suponemos pertenecer". <b style="background-color: #fcff01;">Pero la moraleja del libro no proviene de Marx, sino del Nuevo Testamento. Es Corintios 13, 1 al 7.</b></span></p><p><span style="color: red; font-family: georgia; font-size: medium;">Guillermo Belcore</span></p><p><span style="color: #741b47; font-family: times; font-size: x-small;">Publicado en el Suplemento Cultura del diario<b> La Prensa.</b></span></p>Guiasterionhttp://www.blogger.com/profile/08886414518064387248noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3955674319301297514.post-37270022029225504822023-12-03T12:21:00.000-03:002023-12-03T12:21:03.429-03:00Henry Kissinger en tres libros<p><span style="font-family: verdana;"><b><span style="color: red;">Henry Kissinger</span></b> no sólo fue el estadista que condujo la política exterior de Estados Unidos entre 1969 y 1977 (e influyó tras las bambalinas desde entonces) y en ese lapso consiguió la proeza de consolidar la fractura del mundo comunista; <b>también fue un pensador sofisticado que escribió colosales tratados con la Historia sentada en su regazo.</b></span></p><p><span style="font-family: verdana;">Dos libros del erudito puede recome</span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: verdana;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjP_NtcxrSUBZLMI6UKWyaSoZaYa_SbMwHvSgU_DgW_LyhjTAjeil_3QtqBWZ8mn_eBMS7KhKf3OM6yCZpV-1okOpdzZwbERtm3t4MsrpetMNdQlO-tFtaXC5NY_rykNWGMOchM1VzT1Gw7q6DAYe3JTkRb7IeSOnLETXuANS7T0J8mXvewDeNNtTa1qAD8/s500/Diplomacy.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="500" data-original-width="359" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjP_NtcxrSUBZLMI6UKWyaSoZaYa_SbMwHvSgU_DgW_LyhjTAjeil_3QtqBWZ8mn_eBMS7KhKf3OM6yCZpV-1okOpdzZwbERtm3t4MsrpetMNdQlO-tFtaXC5NY_rykNWGMOchM1VzT1Gw7q6DAYe3JTkRb7IeSOnLETXuANS7T0J8mXvewDeNNtTa1qAD8/w288-h400/Diplomacy.jpg" width="288" /></a></span></div><span style="font-family: verdana;"><br />ndar el autor de estas líneas. Son esenciales para el interesado en los asuntos mundiales. El primero es <i><b><span style="color: #38761d;">Diplomacia</span></b></i>, un ensayo majestuoso entregado a la imprenta en 1994 que abarca desde el cardenal Richeliu hasta Ronald Reagan, aunque se centra en los últimos doscientos años. Examina las relaciones internacionales desde el prisma de un teórico (y firme defensor) de la realpolitik y el balance de poder de las grandes potencias.</span><p></p><p><span style="font-family: verdana;">Kissinger era un amoral. <b style="background-color: #01ffff;">Admiró a Metternich, a Bismark, a Stalin y a Churchill pues siempre consideró que el interés nacional está por encima de cualquier consideración ética</b>. Si es necesario derramar sangre para servir a los intereses de la Nación, se hará.</span></p><p><span style="font-family: verdana;">Naturalmente, hay algo siniestro en la admiración que el señor Kissinger profesaba por los esos hombres de Estado que han demostrado una eficacia extraordinaria (y pocos escrúpulos) para ampliar el poder nacional. Como Mao Zedong. Desde cualquier perspectiva moral, fue un monstruo; sus decisiones causaron la muerte de millones de personas. Pero el apóstol de la revolución permanente sentó las bases para el resurgimiento de China, lo cual es motivo para que el ex secretario de Estado de Richard Nixon justifique, incluso, la infame Revolución Cultural en otro de sus ensayos imprescindibles: <i><b><span style="color: #274e13;">China</span></b></i>, publicado en español por la editorial Debate hace una década.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: verdana;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjRMMaIvsnF0B5zypuHnKkfQLCiJ67BLgeAtZ7kOc6HwjXvIz9XD_TlEdvW7-WnchQszTCql65MANCzjE7owohyphenhyphenK-1y1fzNmbxNHxdVR0B0zVMZnNrIsrfftLKPUzvcWLX_YXNTeTrWm00xRjvikszk1iXMNE4Re90ykRmUCQIcRPjX7QF3Uk0yqfu5LSoQ/s2337/On%20China.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2337" data-original-width="1524" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjRMMaIvsnF0B5zypuHnKkfQLCiJ67BLgeAtZ7kOc6HwjXvIz9XD_TlEdvW7-WnchQszTCql65MANCzjE7owohyphenhyphenK-1y1fzNmbxNHxdVR0B0zVMZnNrIsrfftLKPUzvcWLX_YXNTeTrWm00xRjvikszk1iXMNE4Re90ykRmUCQIcRPjX7QF3Uk0yqfu5LSoQ/s320/On%20China.jpg" width="209" /></a></span></div><span style="font-family: verdana;"><br />El libro narra el auge, la decadencia y el resurgimiento de una Nación-continente que en dieciocho de los últimos veinte siglos fue la más rica del globo. Es muy posible que la obra se convierta en un clásico. Se forjó con una impresionante bibliografía, documentos hasta ayer secretos y la experiencia personal de un hombre público que piloteó algunos de los acontecimientos más trascendentes de los últimos cuarenta años, en particular la sorprendente reconciliación (y alianza flexible y duradera) entre el paraíso del capitalismo y el país con el comunismo más virulento. El colosal caudal de información que aporte el ensayista es tamizado por una visión ideológica que -guste o no- da el conjunto una sólida coherencia. Como dijimos, Kissinger defiende como verdad manifiesta que <b style="background-color: #fcff01;">para el Príncipe no debe existir nada más importante que la Razón de Estado.</b></span><p></p><p><span style="font-family: verdana;">Confucio ha vuelto, es la segunda tesis de China, libro que recomendamos con firmeza. Pekín es de nuevo el centro del universo y la civilización oriental despierta, una vez más, respeto y admiración. Hoy, gran parte de la salud económica del mundo depende de los resultados del milenario Reino Medio, un lugar donde el tiempo tiene un significado distinto al de Occidente, nos advertía Kissinger que en los últimos años medió entre Joe Biden y Xi Jinping para que no se destruyese la alianza estratégica que él había forjado en los setenta.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><h3 style="text-align: left;"><span style="font-family: verdana;">EL TERCER LIBRO</span></h3><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">Nos gustaría señalar un tercer libro para explicar al colosal Kissinger, pero desde una perspectiva más pedestre, no despojada de rigor profesional y belleza expresiva. Nos referimos a <span style="color: #274e13;"><i style="font-weight: bold;">Entrevista con la historia </i>(1)</span>, una galería de retratos de estadistas que compuso la señora <b><span style="color: red;">Oriana Fallaci</span></b> (Florencia 1929-1986).</span></p><p><span style="font-family: verdana;">Uno de los capítulos de ese libro extraordinario está dedicado a <i>Superkraut.</i> Consta de una introducción de ocho páginas en las que se describe al personajón y la entrevista que una de las mejores periodistas de Occidente le hizo el jueves 2 de julio de 1972 en la Casa Blanca "a la nodriza mental de Nixon" (publicada íntegra en el semanario<i> New Republic</i>).</span></p><p><span style="font-family: verdana;">Fallaci concluyó que Kissinger "tiene los nervios y el cerebro de un jugador de ajedrez”. Se quejó de su voz monótona que casi no movía la aguja del magnetófono y su obsesión de pesar cada frase hasta el miligramo. Lo despacho con dos frases hermosas: </span></p><p><i></i></p><blockquote><i><span style="color: #0c343d; font-family: georgia;">"Desde mi punto de vista es el típico héroe de una sociedad donde todo es posible, hasta que un tímido profesor de Harvard, habituado a escribir aburridísimos libros de historia y ensayos sobre el control de la energía atómica, se convierta en una especie de divo que gobierna junto al presidente, una especie de playboy que regula las relaciones entre las grandes potencias e interrumpe las guerras, un enigma que intenta descifrar sin advertir que, probablemente, no hay nada o casi nada que descubrir. Como siempre que la aventura se viste de gris"</span></i></blockquote><span style="font-family: verdana;">.</span><p></p><p><span style="color: red; font-family: verdana;"><b>Guillermo Belcore</b></span></p><p><span style="color: red; font-family: verdana;"><b><br /></b></span></p><p><span style="font-family: verdana;">(1) Pinche aquí: <a href="https://labibliotecadeasterion.blogspot.com/2018/04/entrevista-con-la-historia.html">https://labibliotecadeasterion.blogspot.com/2018/04/entrevista-con-la-historia.html</a></span></p>Guiasterionhttp://www.blogger.com/profile/08886414518064387248noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3955674319301297514.post-31571296580558020012023-11-14T09:45:00.003-03:002023-11-14T09:45:49.964-03:00La sombra del mamut<p><span style="color: #741b47; font-family: helvetica; font-size: medium;">Por <b>Fabio Morábito</b></span></p><p><span style="color: #741b47; font-family: helvetica;">Cuentos. Edhasa. 235 páginas. Edición 2023</span></p><p><br /></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: verdana;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg9z22wMkEADrmuJF8If_iBUmbe9Mv-hfrdBnAhPKLas08r8IyZZBoyoddiF110Ttspk0q5MQaRuRvC7wSk4x1_iIl0p0hXwKoTaF_q0WvjcVjGi-NrDb-Fi4yAdOgYTXqakTk_rStxAA8JWnJxXdQjRgCabQJe_0Dmn3hrO3k1av9tswLcCg2MlBejNgs4/s1200/La%20sombra%20del%20mamut.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1200" data-original-width="747" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg9z22wMkEADrmuJF8If_iBUmbe9Mv-hfrdBnAhPKLas08r8IyZZBoyoddiF110Ttspk0q5MQaRuRvC7wSk4x1_iIl0p0hXwKoTaF_q0WvjcVjGi-NrDb-Fi4yAdOgYTXqakTk_rStxAA8JWnJxXdQjRgCabQJe_0Dmn3hrO3k1av9tswLcCg2MlBejNgs4/w249-h400/La%20sombra%20del%20mamut.jpg" width="249" /></a></span></div><span style="font-family: verdana;"><br />En octubre de 1929, Alberto Einstein declaró a un periodista: </span><p></p><p></p><blockquote style="text-align: center;"><i><span style="color: #073763; font-family: georgia;">“La imaginación es más importante que el conocimiento. El conocimiento es limitado pero la imaginación circunda el mundo”.</span></i></blockquote><p></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">Si el talento creativo es importante en la ciencia, qué decir del arte. <b>Cuando hay una imaginación poderosa al timón de una obra literaria -y cuando esa imaginación sabe expresarse- los resultados no pueden ser sino magníficos.</b></span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">Ésta es la impresión que suscita<i><b> <span style="color: #274e13;">La sombra del mamut</span></b></i><span style="color: #274e13;"> </span>un libro con veinte cuentos que acaba de ser impreso en nuestra Patria. Su autor es <b><span style="color: red;">Fabio Morábito</span></b> (1955), polígrafo ítalomexicano, aunque nacido en Alejandría, Egipto. <b style="background-color: #fcff01;">Es un escritor que trabaja con una inusual amplitud de estilos y destrezas.</b></span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">Por ejemplo, cultiva con igual talento tanto los relatos con final abierto como aquéllos con un desenlace redondito que nos deja con la boca abierta. O conmovidos, como <i>Danzón</i>, exquisita reivindicación de las pequeñas comunidades de intereses donde se forjan amistades entrañables; al tiempo que se nos advierte sobre los malos entendidos que envenenan la vida familiar.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">La mayoría de los seres humanos lee el diario para informarse, formarse y encontrar argumentos que confirmen su visión del mundo. Morábito se sirve de la realidad en letra impresa para encontrar esos temas que merecen ser amonedados en un relato. Por ejemplo, un accidente de Swiss Air le permite en <i>La hierba de los aeropuertos</i> contar las peripecias de un jardinero obsesionado (podría decirse que éste es el libro de las obsesiones). En <i>La llegada a la Luna</i> se las arregla para unir los primeros pasos de Armstrong con la muerte de la abuela y el debut delictivo de un niño.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="color: #4c1130; font-family: verdana;"><b>EL SEÑOR PENCROFF</b></span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;"><b><i><span style="color: #274e13;">La isla misteriosa</span></i></b> de Julio Verne fue, al parecer, el libro favorito de la infancia de Morábito. Boris Pencroff aparece varias veces en el volumen. En<i> Dédalo bajo Berlín</i> es un obrero de la construcción enloquecido por los celos en vísperas de la Caída del Muro. En <i>Persecución</i>, una presencia fantasmal que atormenta a un viajante de comercio. Boris, por otra parte, es un músico que interpreta en el flautín o pícolo una sola nota que nos vincula misteriosamente con la Antigua Grecia. También es un marido obsesionado con la supuesta infidelidad de la mujer, aunque el mismo sea el peor de los traidores. </span><span style="font-family: verdana;">En </span><i style="font-family: verdana;">Extras</i><span style="font-family: verdana;">, el apellido Pencroff designa a un comparsa de Hollywood que coloca a los lectores ante la terrible evidencia de que todos nosotros -los hombres a pie, los ciudadanos comunes- somos extras "de innumerables historias que transcurren a nuestro lado sin que seamos conscientes de ello". Somos polvo en el viento, amigos.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;"><b>Otra clave del libro es la alegoría, es decir la metáfora continuada en la que se representa una cosa para dar a entender otra</b>. <i>El Gran Camino Volado</i> tiene tintes borgeanos. Comienza con una hermosa frase: "No hay nada que no puedan hacer los chinos cuando los manda un rey". Narra la historia de un autócrata que manda construir una obra colosal para no mezclarse con su pueblo harapiento.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">Morábito comenzó su carrera profesional como traductor. Esa profesión indispensable colorea varias páginas. En la ciento trece, se establece que<b> "cada idioma, como cualquier ser vivo, tiene su temperamento, sus inclinaciones y sus preferencias".</b> Se reflexiona sobre Ungaretti y las dificultades que presentan los poemas pequeños y transparentes. "Todos los traductores nos preguntamos alguna vez si no somos unos impostores", establece uno de los personajes de un texto quizás con retazos autobiográficos.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">También merece ser destacado el cuento que da nombre al volumen. Enlaza dos tiempos remotos. En la era de las cavernas, el antepasado de todos los traductores busca compañía femenina. La tribu sospecha de sus intenciones. En nuestros tiempos, un traductor cuarentón y solitario tiene como distracción el footing y se desespera por vincularse con otros atletas. La sombra del mamut va y viene de la prehistoria al siglo XXI.<b style="background-color: #04ff00;"> ¡Vaya imaginación la de este tipo!</b></span></p><p><b><span style="color: #cc0000;">Guillermo Belcore</span></b></p><p><i>Publicado en el Suplemento de Cultura del diario La Prensa</i></p><p><br /></p><h3 style="text-align: left;"><span style="color: #274e13;">Calificación:<span style="font-family: helvetica;"> </span><span style="background-color: #fcff01; font-family: helvetica;">Bueno</span></span></h3><div><span style="color: #274e13;"><span style="background-color: #fcff01; font-family: helvetica;"><br /></span></span></div><div><span style="background-color: white; color: #274e13; font-family: verdana;">PD: En este blog se comentaron otras obras de Morábito. Pinche aquí:</span></div><div><span style="background-color: white; color: #274e13; font-family: verdana;"><br /></span></div><div><span style="background-color: white; color: #274e13; font-family: verdana;">1) </span><span style="color: #274e13; font-family: verdana;"><a href="https://labibliotecadeasterion.blogspot.com/2013/02/la-vida-ordenada.html">https://labibliotecadeasterion.blogspot.com/2013/02/la-vida-ordenada.html</a></span></div><div><span style="color: #274e13; font-family: verdana;"><br /></span></div><div><span style="color: #274e13; font-family: verdana;">2)<a href="https://labibliotecadeasterion.blogspot.com/2009/04/la-lenta-furia.html"> https://labibliotecadeasterion.blogspot.com/2009/04/la-lenta-furia.html</a></span></div><div><span style="color: #274e13; font-family: verdana;"><br /></span></div><div><span style="color: #274e13; font-family: verdana;">3) <a href="https://labibliotecadeasterion.blogspot.com/2010/03/grieta-de-fatiga.html">https://labibliotecadeasterion.blogspot.com/2010/03/grieta-de-fatiga.html</a></span></div>Guiasterionhttp://www.blogger.com/profile/08886414518064387248noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3955674319301297514.post-18083687662409272502023-10-30T21:43:00.003-03:002023-10-30T21:43:32.721-03:00De Mitre a Perón. Historia de la Argentina moderna<p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgwOzuEoWkeM9N86dbHYLdRmfROw7OLaGIFo4FUVJEiwIkc5y1Jb1TYEW2cLJcSkUlgaJ35UXeIGff4Y8DwqnPCFtpyGGRxiCYero_Q8rmkVd1FvI_NasBSDT9QbTLbJh3bb6IfWuCYj0dwATcw9_xwV_8yLUmnwP31_iD08-fG4p8VWn4ez8FNEOGH9nWV/s960/claudio%20dos.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="960" data-original-width="689" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgwOzuEoWkeM9N86dbHYLdRmfROw7OLaGIFo4FUVJEiwIkc5y1Jb1TYEW2cLJcSkUlgaJ35UXeIGff4Y8DwqnPCFtpyGGRxiCYero_Q8rmkVd1FvI_NasBSDT9QbTLbJh3bb6IfWuCYj0dwATcw9_xwV_8yLUmnwP31_iD08-fG4p8VWn4ez8FNEOGH9nWV/w288-h400/claudio%20dos.jpg" width="288" /></a></span></div><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br />Hace 34 años, caía el Muro de Berlín y se anunciaba el fin de la historia: la democracia liberal había triunfado para siempre. Sin embargo, un parásito a lo Alien no tardó en aparecer para roer las entrañas del mundo libre, dejando en claro que fue apresurado declarar el ocaso de las ideologías, es decir de los relatos que explican al mundo desde una perspectiva distinta a los triunfadores de 1989. Ese enemigo insidioso es una expresión neocomunista travestida de progresismo, que <b style="background-color: #fcff01;">dos intelectuales de fuste de la Argentina prefieren designar <i>nihilismo moderno</i>.</b></span><p></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">En Sudamérica, la viscosa corriente de pensamiento fue articulada políticamente en el Foro de San Pablo primero y en el Grupo de Puebla, después, aunque descafeinada después del fracaso del Socialismo del Siglo XXI. <b>El kirchnerismo hizo suyas las tácticas y premisas nihilistas</b>; se abocó de manera minuciosa desde hace veinte años a reescribir la historia nacional con el fin de quebrar los valores sobre los que se construyó la Patria. De ahí, por ejemplo, los ataques furiosos que han recibido próceres como Julio Argentino Roca. De ahí, la embestida indigenista, "con el claro propósito de resaltar minorías étnicas por encima de la nacionalidad argentina".</span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Sin embargo, puede que las tornas estén cambiando. "A los jinetes del daño y la destrucción", a una generación de intelectuales sin rumbo, le sale al paso, desde una perspectiva alberdiana, un libro de historia, útil para encarrilar un siglo con una profunda crisis de valores: <i><span style="color: #274e13;"><b>De Mitre a Perón. Historia de la Argentina moderna</b></span></i> (Ediciones SB, 358 páginas).</span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><b style="background-color: #01ffff;">"A la ciencia histórica le ha llegado la hora de una nueva revisión que cuestione al nihilismo moderno"</b>, proclaman el investigador <b><span style="color: red;">Claudio Cháves </span></b>y el politólogo <span style="color: red;"><b>Miguel Angel Iribarne.</b></span> Como saben los lectores del diario La Prensa (diario donde trabajo desde hace 35 años), son dos pensadores de probada inteligencia e independencia de criterio.</span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><b style="background-color: #ffa400;">El ensayo habla en nombre del revisionismo histórico liberal</b>, y por lo tanto es políticamente incorrecto. ¿Existe mejor carta de presentación? El contenido se despliega en dos secciones. En la primera (“Las etapas históricas”), Chaves hilvana el corpus historiográfico entre la batalla de Pavón y el advenimiento del peronismo. En la segunda (“Las culturas políticas”), Iribarne examina el espíritu de la época, el contexto global y local de ideas-fuerza en que se produjeron los hechos.</span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Se nos advierte que el libro es el primer tomo de un vasto trabajo que llegará hasta nuestros días. Iribarne lo anticipa en el Capítulo XVIII, en el que desmenuza la cultura política del radicalismo desde Alem hasta Alfonsín.</span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><h3 style="text-align: left;"><span style="color: #741b47; font-family: verdana; font-size: medium;">EJE VIRTUOSO</span></h3><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">En los primeros siete capítulos, Chaves nos plantea un eje virtuoso de la organización nacional y la integración con el mundo atlántico: <b>Urquiza-Sarmiento-Roca</b>. Conjetura que<b> la antinomia fundamental de nuestro siglo XIX fue el enfrentamiento entre porteños y provincianos</b>. A causa de esa grieta colosal, el General Paz nunca pudo acordar con Lavalle, ni Rosas con el correntino Farré. Doscientas cincuenta páginas más adelante, Iribarne, un erudito del <i>Zeitgeist</i>, establecerá que la creencia fundamental de la generación liberal-conservadora entre 1860-1916 fue la convicción de la excepcionalidad argentina dentro de Latinoamérica; nuestro país tenía condiciones para ser Europa en el Nuevo Continente. <b>Necesitamos, como el agua las plantas, otro mito fundante con similar potencia para revertir la decadencia, uno no puede dejar de pensar.</b></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Dijimos que el abordaje de la obra es alberdiano. En principio, porque sostiene que "toda nuestra historia deviene incompleta si no se estudia enmarcada en el acontecer mundial", tal como realizó el ilustre tucumano. De ahí, <b>la permanente preocupación de los expertos por el contexto</b>. El lector podrá encontrar, además, valiosos pasajes sobre la geopolítica de las personalidades (desde Mitre al Almirante Segundo Storni) y de los países.</span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Además del nihilismo contemporáneo, el fecundo tándem Chaves-Iribarne quiere refutar otras dos interpretaciones erradas de nuestra historia; a la sazón, las dos caras de una misma moneda: el revisionismo clásico (nacionalista o marxista) y la historiografía clásica del liberalismo iluminista: "...una mirada al pensamiento de Alberdi -se destaca en la página 83- nos abre un camino riquísimo y diferente, el de un liberalismo de arraigo, esto es criollo y popular, por historicista".</span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Este último adjetivo implica, en la praxis tanto del investigador como del estadista,<b> "pensar el país desde adentro mismo de la historia, como sujetos moldeados por ella, avanzando por ella".</b> Como la grandiosa Generación del Ochenta (heredera de la Generación del Paraná).</span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Es menester subrayar que no es el libro un mero ejercicio especulativo. Así nos advierte Chaves en otro párrafo luminoso. El futuro de la Patria, nada menos, está en juego: </span></p><p><span style="font-size: medium;"></span></p><blockquote><span style="font-size: medium;"><span style="color: #073763; font-family: georgia;"><i>"Estas distintas miradas de un período crucial de nuestra historia no son simplemente una discusión teórica o el devaneo intelectual de personas con inclinaciones librescas, de algo que, por otro lado, ya no tiene remedio. Sin dudas que lo pasado no puede modificarse, pero de cómo lo interpretemos estará fundado el presente".</i></span></span></blockquote><p></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><p><span style="color: #20124d; font-family: verdana; font-size: medium;"><b>PARANGONES</b></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Otro agrado del libro son los puentes que tiende entre el estudio del pasado y las desventuras del presente. Es decir, se trazan parangones.</span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">La refutación concienzuda de escritos de Fermín Chávez, por ejemplo, que justificaron el asesinato de Justo José Urquiza y sus hijos, desemboca en la conclusión de que José Hernández, otro excusador del sicariado, fue algo así como el Rodolfo Walsh o el Horacio Verbitsky ("el nihilista más lúcido") de fines del siglo XIX, en tanto que unos y otros intelectuales encarnan esas<b style="background-color: #fcff01;"> "minorías iluminadas que se arrogan el derecho de administrar justicia", mediante el uso de las armas.</b></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Por esa moral depravada, a Claudio Chaves no le sorprende que Hérnandez haya creado a Martín Fierro:</span></p><p><span style="font-size: medium;"></span></p><blockquote><span style="font-size: medium;"><span style="color: #0b5394; font-family: georgia;"><i> "...un personaje que, maltratado y devastado por las injusticias de un Estado arbitrario y una sociedad indolente, deviniera en un gaucho asesino, capaz de alzarse con dos muertes provocadas intencionadamente".</i></span></span></blockquote><p></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Asimismo, en el excelente capítulo sobre el problema del indio, la inseguridad en la pampa, y la Campaña del Desierto, Chaves también desgrana enseñanzas para un hoy en el que, de nuevo, existen espacios geográficos, en este caso urbanos, en donde el Estado se encuentra ausente: </span></p><p><span style="font-size: medium;"></span></p><blockquote><span style="font-size: medium;"><i><span style="color: #0b5394; font-family: georgia;">"...Ya no son indígenas los que se enseñorean desafiando a los poderes públicos, se trata de bandas dedicadas al delito y al tráfico de drogas que se han apoderado de vastos territorios, en barrios marginales. Hasta el momento, el combate ha sido defensivo. El general Roca es un buen espejo a mirarse para acabar o acorralar a su mínima expresión a los indígenas redivivos, en estos despreciables personajes".</span></i></span></blockquote><p></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Además de meterse en el barro de la llamada batalla cultural, Chaves e Iribarne quieren formular aquí una propuesta tan metodológica como ética a los investigadores del pasado y del presente: <b style="background-color: #01ffff;">priorizar la dimensión arquitectónica</b>, pues la Patria -enseñó Ortega- es un vasto proceso de incorporación.</span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Con este llamamiento, cierra un libro excepcional y muy recomendable:</span></p><p><span style="font-size: medium;"></span></p><blockquote><span style="font-size: medium;"><i><span style="color: #0b5394; font-family: georgia;"> "Las escuelas que hasta hoy polemizaron se esforzaban en exaltar o demonizar a nuestras personalidades históricas según se conformasen o no a sus respectivos modelos ideológicos. Lo nuestro, por el contrario, debe ser apreciar lo que, más allá y sin mengua de las diversidades, dichas figuras aportaron a la construcción de la casa común".</span></i></span></blockquote><p></p><p><span style="color: red; font-family: georgia;"><b>Guillermo Belcore</b></span></p><p><i>Publicado en el diario La Prensa</i></p><p><br /></p><p><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;">Calificación: <b><span style="background-color: #fcff01; color: #741b47;">Excelente</span></b></span></p>Guiasterionhttp://www.blogger.com/profile/08886414518064387248noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3955674319301297514.post-2130689509970902952023-10-02T21:49:00.000-03:002023-10-02T21:49:03.563-03:00El asunto<p><span style="font-family: verdana;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: verdana;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhLnSx-t0ds58SmEsktx8ByH3PPNwnfGrgVlTmukzD9eM-sCmUvnL6Jl4LOuKfjI5u_aPgKcLptd3N9Y1Jt1cJEpp9SXaERtM0zc8lCyROTR3X-pjjlqKtEBnVyrQTzKQfVLb4-wwvFOkcv2ivt67RCaFD63JKS2XkHOQsRso9m3k3GIpjVBlxBouLG2pyo/s2326/Lee-Child-El-asunto-web.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2326" data-original-width="1680" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhLnSx-t0ds58SmEsktx8ByH3PPNwnfGrgVlTmukzD9eM-sCmUvnL6Jl4LOuKfjI5u_aPgKcLptd3N9Y1Jt1cJEpp9SXaERtM0zc8lCyROTR3X-pjjlqKtEBnVyrQTzKQfVLb4-wwvFOkcv2ivt67RCaFD63JKS2XkHOQsRso9m3k3GIpjVBlxBouLG2pyo/w289-h400/Lee-Child-El-asunto-web.jpg" width="289" /></a></span></div><span style="font-family: verdana;"><br />Por <b><span style="color: red;">Lee Child</span></b></span><p></p><p><span style="color: #38761d; font-family: verdana;">Blatt & Ríos. 455 páginas</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">Desde que la musa cantó la cólera de Aquiles, el de los pies ligeros, los lectores occidentales hemos demostrado hasta el cansancio nuestra fascinación por las aventuras de un héroe. La magia continúa en el siglo XXI.<b> Siempre será un gusto rencontrarse con Jack Reacher</b>, la creatura que imaginó el inglés Lee Child (Conventry, 1954). Una combinación de Hércules y Sherlock Holmes, con un dejo de Jason Bourne.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">En esta ocasión, disfrutamos la última correría de Reacher como empleado del Tío Sam. Tiene 36 años, intuye que sus días en el Pentágono están contados y la División de Investigación Criminal de la Policía Militar le ordena viajar encubierto a Carter Crossing, una población rural en el profundo sur. Será un viaje trascendente para su espíritu fatigado.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">En ese rincón paupérrimo del estado de Mississippi funciona desde los años cincuenta Fort Kelham, una escuela de formación de Rangers. Opera con disimulo, pues allí despachan a los pelotones de irregulares que Washington infiltra en Kosovo, región en disputa entre serbios y albaneses. Estamos en 1997.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">Una noche aparece en el poblado una chica ligera de cascos limpiamente degollada, tal como le enseñan a los soldados de elite. Una luz roja se enciende en Washington. El caso puede convertirse en un desastre de relaciones públicas y sacar a la luz secretos militares. Estamos en los años gloriosos de Bill Clinton: los principales enemigos de las Fuerzas Armadas estadounidenses son los tipos que abren y cierran las canillas del presupuesto, entre ellos el senador Carlton Riley, presidente del Comité de Servicios Armados del Senado, y, para peor, padre del comandante de la Compañía Bravo de Fort Kelham. "Mierda", exclama Reacher cuando se entera del dato.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;"><b><i><span style="color: #274e13;">El asunto</span></i></b> narra, pues, los trabajos de Reacher en Mississippi y sus consecuencias. Debe esclarecer crímenes horrorosos. Ha recibido otro mandato perentorio: “Mantenga todo más cerrado que culo de muñeca”.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">Deberá lidiar en el terreno con un hueso duro de pelar: la sheriff Elizabeth Deveraux, retirada de la Infantería de Marina después de trece años de servicio. Es hermosa, si es que a usted le gustan las flacas mandonas. No tiene un pelo de tonta. El pendenciero de Jack también tendrá que enfrentar, a puño limpio, a los palurdos locales y a las víboras traicioneras del Departamento de Defensa.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">Como siempre, Child cumple con creces un mandato irrevocable de la industria editorial: enséñale algo al lector. Por ejemplo, cómo degollar a un semejante. Uno se entera, además, que el Chevy Caprice era en los noventa el automóvil favorito de los policías.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">Datos al margen, <b style="background-color: #fcff01;">la erótica del libro se concentra en la laboriosa búsqueda de la verdad en un ambiente hostil, con trampas a cada paso</b>. Se trata de una esas novelas que magnetizan los dedos.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">La prosa es clara y funcional a una trama brillante; no tiene ornamentos, con la excepción de esas comparaciones filosas y esos giros irónicos en los diálogos y en las cavilaciones que caracterizan a la buena novela negra estadounidense. Otro agrado del libro es la narración metódica y fría de las peleas; pero cuando el procedimiento se aplica al sexo, fracasa. Es como si a un profesor de física se le pidiera describir ese torbellino de los sentidos entre un hombre y una mujer.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;"><i><b><span style="color: #38761d;">El asunto</span></b></i> fue entregada por primera vez a la imprenta en 2011. Es la novela número dieciséis de la saga; la que explica por qué nuestro héroe perdió la fe en el Ejército y se convirtió en un vagabundo sin amarras. “Presenta el mito de creación de Reacher”, explicaba por entonces entusiasmada la comentarista de <i>The New York Times</i>.<b style="background-color: #01ffff;"> El texto resulta ideal para evadirse -aunque sea por un rato- de la desesperación argentina.</b></span></p><p><span style="color: red; font-family: georgia;"><b>Guillermo Belcore</b></span></p><p><br /></p><h3 style="text-align: left;"><span style="color: #073763; font-family: helvetica;"><span style="font-weight: normal;">Calificación:</span> <span style="background-color: #f9cb9c;">Bueno</span></span></h3><div><span style="background-color: white; color: #073763; font-family: helvetica;">PD: En este blog hemos elogiados otras novelas de la saga Reacher:</span></div><div><span style="background-color: white; color: #073763; font-family: helvetica;"><br /></span></div><div><span style="background-color: white; color: #073763; font-family: helvetica;">1 </span><span style="color: #073763; font-family: helvetica;"><a href="https://labibliotecadeasterion.blogspot.com/2022/10/escuela-nocturna.html">https://labibliotecadeasterion.blogspot.com/2022/10/escuela-nocturna.html</a></span></div><div><span style="background-color: white; color: #073763; font-family: helvetica;"><br /></span></div><div><span style="background-color: white; color: #073763; font-family: helvetica;">2 </span><span style="color: #073763; font-family: helvetica;"><a href="https://labibliotecadeasterion.blogspot.com/2023/02/sin-fallos.html">https://labibliotecadeasterion.blogspot.com/2023/02/sin-fallos.html</a></span></div><div><span style="background-color: white; color: #073763; font-family: helvetica;"><br /></span></div><div><span style="color: #073763; font-family: helvetica;"><span style="background-color: white;">3 </span><a href="https://labibliotecadeasterion.blogspot.com/2020/07/manana-no-estas.html">https://labibliotecadeasterion.blogspot.com/2020/07/manana-no-estas.html</a></span></div><div><span style="font-family: helvetica;"><br /></span></div><div><span style="font-family: helvetica;">4 <a href="https://labibliotecadeasterion.blogspot.com/2021/05/luna-azul.html">https://labibliotecadeasterion.blogspot.com/2021/05/luna-azul.html</a></span></div><div><span style="color: #073763; font-family: helvetica;"><span style="background-color: white;"><br /></span></span></div><div><span style="color: #073763; font-family: helvetica;"><span style="background-color: white;"><br /></span></span></div>Guiasterionhttp://www.blogger.com/profile/08886414518064387248noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3955674319301297514.post-9710704612862639262023-09-24T23:27:00.006-03:002023-09-24T23:27:42.416-03:00Un canon de la Sci-Fi<p><span style="font-family: verdana;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: verdana;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh6sqB7mxkarWnDYzMcejthqSZDNuCm2Fy4nPUVvJyecX1156gwGiSqigj90qjEZvBoSTkW90kcR1a0-7gfGDU7nKUSxitImWZnWjHnzz5FW_R_apms5JRfyFM6cTmZ4Elnr3N5-cmwWbH8kCdzJat-qwCEcXNqqu0tMPebFFhEZD14R9ompMbPkROeJ_sB/s640/the-man-in-the-high-castle-nazi-estatua-libertad-1565162618.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="321" data-original-width="640" height="201" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh6sqB7mxkarWnDYzMcejthqSZDNuCm2Fy4nPUVvJyecX1156gwGiSqigj90qjEZvBoSTkW90kcR1a0-7gfGDU7nKUSxitImWZnWjHnzz5FW_R_apms5JRfyFM6cTmZ4Elnr3N5-cmwWbH8kCdzJat-qwCEcXNqqu0tMPebFFhEZD14R9ompMbPkROeJ_sB/w400-h201/the-man-in-the-high-castle-nazi-estatua-libertad-1565162618.jpg" width="400" /></a></span></div><span style="font-family: verdana;"><br />Las mudanzas, esa experiencia tan desquiciante, obligan a ordenar (o, ¡ay!, a reducir) las bibliotecas personales. Y uno se demora, inevitablemente, con los recuerdos de los libros que nos han hecho felices. Algunos de ellos se incluyen en esa categoría, algo desdeñada por los eruditos, llamada ciencia ficción, aunque sería más correcto decir ficción científica. Viajes en el tiempo y en el espacio, civilizaciones alienígenas, ucronías y distopías conforman una urdimbre maravillosa. Ratifican que no hay géneros literarios mayores o menores, sino buenos o malos escritores. Aquí seleccionamos diez obras de Sci-Fi que corroboran la sentencia.</span><p></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;"><b>1) <i><span style="color: #274e13;">Pavana</span></i>. <span style="color: red;">Keith Roberts</span>. 1966. Editorial Minotauro.</b></span></p><p><span style="font-family: verdana;">Quizás sea la mejor ucronía que se ha escrito. El siglo XX vive como en el Medioevo, porque en 1588 un papista fanático asesinó a la reina Isabel I en el palacio real de Greenwich. España invadió, con éxito, las islas británicas, sumidas en la anarquía. La Iglesia militante se hizo con el poder en toda Europa. No hubo Revolución Industrial, pero todo comienza a cambiar de prisa.</span></p><p><br /></p><p><span style="font-family: verdana;"><b>2) <i><span style="color: #274e13;">Hacedor de estrellas</span></i>.<span style="color: red;"> Olaf Stapledon</span>. 1937 Editorial Minotauro.</b></span></p><p><span style="font-family: verdana;">A Borges, ese crítico infalible, le encantaba esta espléndida novela. Consideraba que la mayoría de las ideas fundamentales de la fantasía moderna proceden de aquí: razas simbióticas, imperios galácticos, nebulosas y estrellas inteligentes. Stapledon, el socialista libertario, relata toda la historia del universo, desde la creación a su fin. Deja una impresión de sinceridad, notaba nuestro querido Borges.</span></p><p><br /></p><p><span style="font-family: verdana;"><b>3) <i><span style="color: #38761d;">El libro del día del juicio final.</span></i> <span style="color: red;">Connie Willis</span>. 1992. Ediciones B</b></span></p><p><span style="font-family: verdana;">En 2054 es una práctica común que las universidades de renombre viajen al pasado para investigarlo. Ahora bien, el tiempo se protege a sí mismo: impide acciones, encuentros o colisiones que puedan modificar la Historia. Oxford envía a una estudiante al siglo XIV para estudiar sus hábitos, pero el operador de la máquina comete un tremendo error y la chica cae en plena epidemia de peste bubónica. He aquí una magnífica escenificación de la oscura Edad Media, es decir una gran novela histórica.</span></p><p><br /></p><p><span style="font-family: verdana;">4) <b><span style="color: #38761d;"><i>Diario de las estrellas</i></span></b>. <b><span style="color: red;">Stanislaw Lem</span>. 1971. Edhasa.</b></span></p><p><span style="font-family: verdana;">La más divertida comedia cósmica y obra maestra de un polaco genial que escribió sobre mundos alienígenas por la misma razón que Góngora eligió el culteranismo: para no tener problemas con la Inquisición. La obra tiene una primera parte de viajes y una segunda de diarios de un tal Ijon Tichy. El humor mana a raudales. La buena filosofía, también.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><b><span style="font-family: verdana;"> </span><span style="font-family: verdana;">5) <i><span style="color: #38761d;">Dune</span></i>. <span style="color: #cc0000;">Frank Herbert</span>. 1967. Random Mondadori.</span></b></p><p><span style="font-family: verdana;">Es una de las obras de ficción científica más vendidas. Inspiró una saga, dos películas (la primera versión de David Lynch es casi cómica), videojuegos, canciones, historietas, otras escrituras. Se la considera “la primera gran novela ecológica a escala planetaria de la historia". Viajamos al futuro, al planeta Arrakis, todo desierto, donde el agua es sagrada y se explota una especia crucial para los viajes interestelares. El emperador le regala el dominio de ese mundo a la Casa de Atreides, pero es un regalo envenenado.</span></p><p><span style="font-family: verdana;">Pinche aquí: <a href="https://labibliotecadeasterion.blogspot.com/2023/06/dune.html">https://labibliotecadeasterion.blogspot.com/2023/06/dune.html</a></span></p><p><br /></p><p><span style="font-family: verdana;"><b>6) <i><span style="color: #38761d;">Cell</span></i>. <span style="color: red;">Stephen King</span>. 2006. Plaza & Janes</b></span></p><p><span style="font-family: verdana;">Obvio. Algo del rey de lo espeluznante debe incluir este canon provisional. Imagínese que llega a través de los teléfonos celulares un pulso electromagnético (o lo que fuera) que nos resetea y nos transforma en bestias. Esos subhumanos evolucionan en una forma de inteligencia colectiva que intenta captar al resto de la humanidad que no usa móvil. ¡Cómo sobrevivir en tan terrible Apocalípsis! King lo narra con sus frases sencillas y sus agradables expresiones populares.</span></p><p><span style="font-family: verdana;">Pinche aquí: <a href="https://labibliotecadeasterion.blogspot.com/2008/04/cell.html">https://labibliotecadeasterion.blogspot.com/2008/04/cell.html</a></span></p><p><br /></p><p><span style="font-family: verdana;"><b>7) <i><span style="color: #38761d;">El hombre demolido</span></i>. 1954. <span style="color: red;">Alfred Bester</span>. Minotauro.</b></span></p><p><span style="font-family: verdana;">Cuando los géneros se besan amorosamente, el resultado no puede ser sino excelente. Bester nos lleva a una Nueva York donde los detectives tienen capacidades telepáticas. Y hay magnates tan siniestros como hoy en día. Es decir, se trata de un policial del siglo XXIV.</span></p><p><br /></p><p><span style="font-family: verdana;"><b>8) <i><span style="color: #38761d;">La mano izquierda de la oscuridad</span></i>. 1969. <span style="color: red;">Ursula Le Guin</span>. Minotauro.</b></span></p><p><span style="font-family: verdana;">En el linde del universo habitado, se encuentra el planeta Gueden. Tiene dos características únicas. Primero, las personas son hermafroditas neutros. Durante el ciclo lunar llamado kémmer (26 días al año), los guedenianos desarrollan algunos de los dos sexos y se aparean. Segundo, al planeta se lo conoce también como Invierno pues la humanidad ha tenido que evolucionar bajo un continua Edad de Hielo. Este mundo fascinante es obra una de las imaginaciones más prodigiosas, la de la californiana Ursula Le Guin.</span></p><p><span style="font-family: verdana;">Pinche aquí: <a href="http://labibliotecadeasterion.blogspot.com/2021/08/la-mano-izquierda-de-la-oscuridad.html">http://labibliotecadeasterion.blogspot.com/2021/08/la-mano-izquierda-de-la-oscuridad.html</a></span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><b><span style="font-family: verdana;"> </span><span style="font-family: verdana;">9) <i><span style="color: #38761d;">El hombre en el castillo</span></i>. 1962. <span style="color: red;">Philip Dick</span>. Hyspamérica.</span></b></p><p><span style="font-family: verdana;">Entre tantas gemas de Dick, el más gnóstico de los escritores de Sci-Fi, elegimos ésta. Se trata de otra ucronía. Estados Unidos capituló en 1947 y ha sido ocupado por el Eje. Los nazis aplican toda su brutalidad calculada en la costa Este y en el sur profundo (Hay campos de concentración en Nueva York). Los japoneses dominan los estados del Pacífico. En California está de moda el uso del I Ching. Hay tensión entre alemanes y asiáticos. Un escritor rebelde imagina un mundo en que los Aliados… ¡ganaron la Segunda Guerra Mundial! Los opresores intentan aplastar a la resistencia. Digamos que tanto o más valiosas que su imaginería, son las disquisiciones filosóficas de Philip Dick.</span></p><p><br /></p><p><span style="font-family: verdana;"><b>10) <i><span style="color: #38761d;">Los guardianes del tiempo</span></i>. <span style="color: red;">Poul Anderson</span>. 1962. Hyspamérica</b></span></p><p><span style="font-family: verdana;">¡Ah, los viajes en el tiempo! En el año 19.352 después de Jesucristo (7841 del triunfo Morenniano) los humanos hallan el modo de viajar en el tiempo. Y algunos sinvergüenzas intentan modificar el pasado para alterar la Historia en su beneficio. Se vuelve imprescindible crear una agencia especial con agentes implacables que detecten anomalías y viajen al año que fuese necesario para corregirlas. ¿Por qué debe leerse este libro? Para conocer cómo sería un mundo en que la cultura dominante fuese la celta, gracias a que Aníbal ocupó e incendió Roma. O para ilustrarnos sobre los persas. O para reflexionar sobre la llegada de los mongoles a América antes que Colón.</span></p><p><span style="color: red; font-family: georgia;"><b>Guillermo Belcore</b></span></p>Guiasterionhttp://www.blogger.com/profile/08886414518064387248noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-3955674319301297514.post-69420016477068174732023-08-20T23:53:00.005-03:002023-08-20T23:58:41.717-03:00Todo es soneto<p><span style="font-family: verdana;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: verdana; text-align: left;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjzl4JX8l5w-5HuPAZYxvRS-a_Za5wwr06gPXMoeZs_U6zbKAtmysDUIWo-kqKEGoTFJo-9VRoYMcB9SglGX8_N7QQ7-kxhvxLkWbB7JM8-fOfW2fuTjXuSEGtfagPgZ9_SB_K5534jSHx48IDhwQ3srZ_EAtjSlssdqCYfedyei0E9D823IuZGCLPF8wEM/s2048/SONETOS.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="1152" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjzl4JX8l5w-5HuPAZYxvRS-a_Za5wwr06gPXMoeZs_U6zbKAtmysDUIWo-kqKEGoTFJo-9VRoYMcB9SglGX8_N7QQ7-kxhvxLkWbB7JM8-fOfW2fuTjXuSEGtfagPgZ9_SB_K5534jSHx48IDhwQ3srZ_EAtjSlssdqCYfedyei0E9D823IuZGCLPF8wEM/s320/SONETOS.jpg" width="180" /></a></div><br />De entre toda la diversidad de la poesía en verso cabe destacar una forma, una especie única, por su solidez y belleza. Si hubiera que destacar una sola forma poética de la literatura occidental, elegiríamos el soneto, escribió el estudioso </span><b style="font-family: verdana; text-align: left;"><span style="color: #ffa400;">Eduardo Madrid Cobos</span></b><span style="font-family: verdana; text-align: left;">. Su origen es italiano. La especie, que consta de catorce líneas, parece haberse originado en el siglo XIII entre la escuela siciliana de poetas de la corte, que fueron influenciados por la poesía amorosa de los trovadores provenzales, arriesga la Enciclopedia Británica.</span></div><p></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">Otras fuentes atribuyen la invención a Giacomo Da Lentini, también llamado Jacopo Da Lentini, notario en la corte del emperador Federico II del Sacro Imperio Romano Germánico. Festejado en vida, fue aclamado como maestro por los poetas de la siguiente generación, incluido Dante, quien lo recordó en el Purgatorio (XXIV, 55–57).</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">El crítico y matemático Carlo Frabetti ha conjeturado:</span></p><p><span style="font-family: verdana;"></span></p><blockquote><p><i><span style="color: #0b5394; font-family: georgia;"> "El extraordinario éxito del soneto se debe, en buena medida, a su estructura dramática, que lo hace especialmente idóneo para expresar, de forma tan intensa como sucinta, el eterno drama de la pasión, tanto de la espiritual como de la carnal".</span></i></p><p></p></blockquote><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">En España, los dos cuartetos seguidos de dos tercetos se aclimataron firmemente en el siglo XV y alcanzaron su máximo esplendor en el Siglo de Oro (a Lope de Vega se le atribuyen 3.000 piezas). En nuestras tierras aparecieron dos siglos después y se multiplicaron como el ganado en la "pánica llanura interminable". El poeta colombiano <b><span style="color: red;">José María Rojas Garrido</span></b> (1824-1883) ha sentenciado que "la vida es soneto". Lo dijo en un soneto, claro está:</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;"></span></p><blockquote><p><i><span style="color: #0b5394; font-family: georgia;">"Hizo Lope de Vega un buen soneto</span></i></p><p><i><span style="color: #0b5394; font-family: georgia;">sin decir nada, de orden Violante;</span></i></p><p><i><span style="color: #0b5394; font-family: georgia;">y así es la vida: en el primero cuarteto</span></i></p><p><i><span style="color: #0b5394; font-family: georgia;">canta la juventud saliendo avante.</span></i></p><p><i><span style="color: #0b5394; font-family: georgia;"><br /></span></i></p><p><i><span style="color: #0b5394; font-family: georgia;">En la edad varonil, el hombre inquieto</span></i></p><p><i><span style="color: #0b5394; font-family: georgia;">que lucha en pos del bien, rima incesante</span></i></p><p><i><span style="color: #0b5394; font-family: georgia;">pensando, iluso, conseguir su objeto</span></i></p><p><i><span style="color: #0b5394; font-family: georgia;">y es una octava el porvenir brillante.</span></i></p><p><i><span style="color: #0b5394; font-family: georgia;"><br /></span></i></p><p><i><span style="color: #0b5394; font-family: georgia;">Llega la ancianidad y el gran sujeto</span></i></p><p><i><span style="color: #0b5394; font-family: georgia;">de tanta inspiración surge triunfante:</span></i></p><p><i><span style="color: #0b5394; font-family: georgia;">¡es la muerte que asoma en el terceto!</span></i></p><p><i><span style="color: #0b5394; font-family: georgia;"> </span></i></p><p><i><span style="color: #0b5394; font-family: georgia;">Da la vida el reflejo agonizante</span></i></p><p><i><span style="color: #0b5394; font-family: georgia;">y el final de la estrofa es un secreto...</span></i></p><p><i><span style="color: #0b5394; font-family: georgia;">De la cuna al sepulcro es consonante".</span></i></p></blockquote><p><i><span style="color: #0b5394; font-family: georgia;"></span></i></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">El soneto no sólo ha conservado su encanto para los mejores poetas del español durante cinco siglos. <b>También atrajo a los eruditos.</b> En un momento de su vida, <b><span style="color: red;">Fernando Sorrentino</span></b> concibió una tarea colosal y quijotesca que merecería ser elogiada en un cuento de Borges: "Compilar una especie de repertorio total de sonetos argentinos". Pronto se dio cuenta que era imposible, pero por varias razones.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">Con el fervor de un coleccionista reunió 800 de estas piezas, casi todas magníficas. Llegan hasta 1952 por la delicada cuestión de los derechos de autor. Y -según su propia confesión- gran parte del tiempo invertido en su trabajo fue para averiguar las fechas de nacimiento y de muerte de sus autores.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">De aquel total, 300 fueron atesorados en un libro que aquí queremos recomendar: <i><b><span style="color: #38761d;">300 Sonetos por 70 poetas argentinos. De Luis de Tejeda a Ana María Choouhy Aguirre</span></b></i> (Losada, 319 páginas, edición 2022). Aquel que se interesa en la poesía y en nuestro acervo cultural no debería ignorar este volumen. Sorrentino -cuentista, ensayista, entrevistador y destacadísimo columnista del diario <b><span style="color: #38761d;"><i>La Prensa</i></span></b>- ha realizado un trabajo formidable.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">El repertorio es muy valioso. Arranca en tiempos de la colonia. Ya por entonces, al parecer, había intelectuales lamebotas del poder, una plaga que tendemos a pensar como característica de nuestros tiempos degradados. Juan Baltazar Maciel (1727-1809) llama a Pedro de Ceballos "hijo de Minerva, que la egida (NR: sin acento) blandió mejor que Ulises y Teseo". El soneto al virrey fue motivado por haber frustrado los planes de los arteros portugueses de apoderarse de Colonia de Sacramento.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">Entre los prohombres de Mayo, el laborioso Sorrentino ha encontrado una gema. Domingo de Azcuénaga (1758-1821), hermano del vocal de la Primera Junta y primer fabulista de la Patria, atiza al censor de Buenos Aires. Es probable que el remate del poema nunca pierda vigencia por estos lares:</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="color: #0b5394; font-family: verdana;"><i></i></span></p><blockquote><p><span style="color: #0b5394; font-family: georgia;"><i>"porque todos sabemos que hay criollos</i></span></p><p><span style="color: #0b5394; font-family: georgia;"><i>que se ponen a hacer papel de gallos</i></span></p><p><span style="color: #0b5394; font-family: georgia;"><i>sin que puedan hacer papel de criollos".</i></span></p></blockquote><p><span style="color: #0b5394; font-family: verdana;"><i></i></span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">El último terceto de “A la Ciudad de Buenos Aires” de Fray Cayetano José Rodríguez (1761-1823) también parece haberse escrito hoy a la mañana:</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="color: #0b5394; font-family: verdana;"><i></i></span></p><blockquote><p><span style="color: #0b5394; font-family: georgia;"><i>"Los viles sobre ti cantan victorias</i></span></p><p><span style="color: #0b5394; font-family: georgia;"><i>y por despojos sólo te han quedado</i></span></p><p><span style="color: #0b5394; font-family: georgia;"><i>de tu antiguo esplendor tristes memorias".</i></span></p><p></p></blockquote><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">Naturalmente, los próceres, los símbolos patrios, los valientes como Quiroga, ciertas almas modélicas de la Iglesia y la Literatura han sido celebrados por la pluma entintada "con vático furor". Vicente López y Planes (1785-1856) compuso el “<i>Soneto elegíaco a la muerte del general Manuel Belgrano</i>”, quien "formó el universo de la nada". Dígame, con una mano en el corazón, si la última invocación del autor del Himno Nacional no es aún relevante:</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;"></span></p><blockquote><p><span style="color: #0b5394; font-family: georgia;"><i>"¡Compatriotas! ¿Oísteis? ¿Qué dudamos?:</i></span></p><p><span style="color: #0b5394; font-family: georgia;"><i>imitando a Belgrano nos salvamos.</i></span></p></blockquote><p><span style="color: #0b5394; font-family: georgia;"><i></i></span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="color: #0b5394; font-family: verdana;"><b>DOBLE JUEGO</b></span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">Hay un par de juegos muy interesantes en el libro. El primero es el vaivén entre el clasicismo y la poesía atorrante que propone el lunfardo. Por ejemplo, entre Gabriel Alejandro Real de Azúa (1803-1889) que venera la dulzura de Petrarca, la constancia de Epitecto, la bondad de Antonino... y Yacaré (1889-1929) que le canta al curdelón de fonda "rey de los grapines", al pechador "tigre viejo en la manga", y a un par de "rechiflaos por una mina... que buscaron verse frente a frente pa' arreglar el asunto en una esquina".</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">Como siempre ocurre, la variedad temática y la calidad del volumen delatan las cualidades del seleccionador. El lector de La Prensa ya conoce el ingenio, el amor al detalle y la seriedad de Sorrentino que honra ese diario con las columnas “Acuarelas porteñas” y “La belleza de los libros”. Aquí dedica idéntica atención amorosa al consagrado y al poeta ignoto. Están Lugones, Almafuerte, Storni, Carriego y Leopoldo Díaz. Pero también los poco conocidos. Como Claudio Mamerto Cuenca (1812-1852), doctor y poeta que un mercenario español, al servicio de Urquiza, lo mató a sablazos durante la batalla de Caseros por querer proteger a los heridos de un hospital de campaña.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">Cuenca nos hace reír a carcajadas con “Inés”. Resulta que Favonio descubre, en el "lecho apetecido", que no sólo todas las redondeces de su amada son falsas sino que también usa dentadura postiza y peluca. ¡Pobre Favonio!</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">También nos causan gracia los torpes intentos de una de las glorias de nuestra literatura para componer literatura erótica. Qué puede decirse de esta estrofa, además de que causa ternura por ser lamentable:</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;"><i></i></span></p><blockquote><p><i><span style="color: #0b5394; font-family: georgia;">"Abrióse con erótica eficacia</span></i></p><p><i><span style="color: #0b5394; font-family: georgia;">tu enagua de surá, y el viejo banco</span></i></p><p><i><span style="color: #0b5394; font-family: georgia;">sintió gemir sobre tu altivo flanco</span></i></p><p><i><span style="color: #0b5394; font-family: georgia;">el vigor de mi torva aristocracia".</span></i></p></blockquote><p><i><span style="color: #0b5394; font-family: georgia;"></span></i></p><p><br /></p><p><span style="font-family: verdana;">El peor Leopoldo Lugones tenía otro vicio que a Borges irritaba. El berretín de querer escribir con todo el diccionario por culpa de su empeño en querer ser original. ¿A quién se le ocurre usar "crisoberilo" y "plinto" en un poema sentimental? Son menudencias, claro está. Creemos que nadie puede discutir, seriamente, que Lugones sea un gran poeta.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">Una última curiosidad. En “A la América”, Don Bartolomé Mitre comparó las gestas de nuestra independencia con los trajines de Iván Stepánovich Mazepa, un noble cosaco que en el siglo XVIII luchó por restablecer la independencia de Ucrania frente al dominio de Rusia. Vea usted que la gesta de Volodomir Zelensky, ese conmovedor héroe de nuestro tiempo, viene de muy lejos.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">Al final de este libro maravilloso, uno no puede dejar de preguntarse: ¿Siguen escribiendo sonetos los líricos de nuestro tiempo? A priori, podemos suponer que los espléndidos rigores de la rima y de la métrica no se llevan bien con la flojera de la Generación del Milenio.</span></p><p><span style="color: red; font-family: georgia;"><b>Guillermo Belcore</b></span></p><p><i><span style="font-family: times;">Publicado en el Suplemento Cultura del diario La Prensa.</span></i></p><p><br /></p><h3 style="text-align: left;"><span style="color: #20124d; font-family: helvetica;">Calificación: <span style="background-color: #fcff01;">Muy bueno</span></span></h3><p></p>Guiasterionhttp://www.blogger.com/profile/08886414518064387248noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-3955674319301297514.post-2891858796635454142023-07-26T21:36:00.004-03:002023-07-26T21:36:58.540-03:00El honorable colegial<p><span style="font-family: verdana;"><b><span style="color: red;"></span></b></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: verdana;"><b><span style="color: red;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiDkOzNSMY-V-o3Qy4C5V8CEQvoBd9nzTaR_QZ9pH9WZvuSZEHVXocEhVczUfQycXhjZbEK2n2_jzPHipR_B9z84WHvSpWhsS9PXBAKUWVDXjfrgfuAkmJM151eMOwI-ynmHFb620mgD36ojkpN4pp7ZNIMkyQn5OFDaRIi-0YrmvOwILguV9RdGp4GEbCb/s500/Colegial.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="500" data-original-width="351" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiDkOzNSMY-V-o3Qy4C5V8CEQvoBd9nzTaR_QZ9pH9WZvuSZEHVXocEhVczUfQycXhjZbEK2n2_jzPHipR_B9z84WHvSpWhsS9PXBAKUWVDXjfrgfuAkmJM151eMOwI-ynmHFb620mgD36ojkpN4pp7ZNIMkyQn5OFDaRIi-0YrmvOwILguV9RdGp4GEbCb/s320/Colegial.jpg" width="225" /></a></span></b></span></div><span style="font-family: verdana;"><b><span style="color: red;"><br />George Steiner</span></b>, el crítico más delicado del siglo XX, identificó dos elementos fundamentales que hacen que una novela merezca ser leída:<b> la calidad de su poética y la calidad de su filosofía.</b> Básicamente, tiene razón; y además, como decían los romanos, de <i>gustibus non est disputandum</i>, máxime cuando se trata de un paladar tan sofisticado como el del rabí Steiner.</span><p></p><p><span style="font-family: verdana;">Para no dejar afuera a centenares de joyas de la literatura de género podríamos agregar un tercer factor decisivo para el goce de la lectura: <b style="background-color: #fff2cc;">el arte de contar una buena historia.</b></span></p><p><span style="font-family: verdana;">Es una condición natural al ser humano. Al calor de una lumbre, las buenas historias estaban allí antes de que se inventase la literatura Y seguirán con nosotros si algún día -Dios no lo permita- los libros se extinguen.</span></p><p><span style="font-family: verdana;">Y entre los grandes contadores de historias se encuentra ese inglés que llevó la novela de espionaje a unas cimas más jamás holladas, demostrándole a los comentaristas remilgados que <b>no existen géneros menores sino escritores grandes, medianos o pequeños.</b> Hablamos, naturalmente, de <b><span style="color: red;">John Le Carré</span></b> (1931-2020), que en paz descanse.</span></p><p><span style="font-family: verdana;">Vamos a recomendar en este blog una de sus mejores creaciones. Entregada a la imprenta en 1977, aún hoy <i><b><span style="color: #38761d;">El honorable colegial</span></b></i> (Noguer, 621 páginas) es una notable experiencia de lectura que nos sumerge en<span style="background-color: #01ffff;"> <b>las negras técnicas del agente secreto en el campo de operaciones</b>.</span> Un trabajo en solitario al borde de la desesperación, "con periodos de horrible inercia, intercalados con periodos de horrible frenesí".</span></p><p><span style="font-family: verdana;">Se narra, de manera retrospectiva, el llamado <i><b><span style="color: #38761d;">Caso Dolphin</span></b></i>. Al frente del deshonrado y maltrecho MI6 está George Smiley, una de los personajes entrañables del universo lecarreano. El miope y regordete espía había descubierto —en una novela anterior— al topo moscovita en el<i> Sancta Sanctorum</i> del poder inglés. Son tiempos de restañar las heridas.</span></p><p><span style="font-family: verdana;">Smiley ordena a su círculo íntimo trabajar en<i> la búsqueda de negativos</i>, es decir rastrear aquella información que el traidor Bill Haydon deseaba ocultar a los ojos de Londres. Se descubre finalmente que un magnate chino, irreprochable ciudadano del Imperio Británico, recibe miles de dólares de la KGB. Smiley necesita un eficaz agente de campo para atar cabos en Hong Kong aquella "rica y egoísta roca británica, dirigida por un grupo de mercaderes con papada que no ven más allá de su barriga".</span></p><p><span style="font-family: verdana;">Jerry Westerbey es entonces rescatado del exilio en la Toscana. El protagonista de la novela es un aristócrata corpulento, hijo de un magnate de los medios. Se lo describe como "esa clase de inglés que se encuentra como en casa sólo en Oriente".</span></p><p><span style="font-family: verdana;">En la populosa colonia asiática, Westerby fingirá ser corresponsal de un diario inglés. Sí, amigos, el periodismo es una de las tapaderas de los servicios de inteligencia. </span></p><p><span style="font-family: verdana;"><b style="background-color: #04ff00;">La historia es inteligente y electrizante</b>. Le Carré se toma su tiempo para narrar, para desenrollar el misterio; hay una amorosa atención por los detalles y todos los personajes lucen verosímiles. Los escenarios son Hong Kong, Londres y las junglas del sudeste asiático donde los militares norteamericanos están en retirada, pero la CIA sigue muy activa, incluso en el tráfico de drogas. Estamos en los setenta, en plena guerra fría: Rusia y China eran enemigos declarados.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><b><span style="color: red;">Peter Prescott</span></b>, uno de los más lúcidos críticos del periodismo estadounidense, notó que <b>las novelas de Le Carré avanzan en tres frentes:</b></span></p><p><span style="font-family: verdana;"><b>a) El estratégico:</b> El gran juego de las potencias que siempre suma cero. Estados Unidos. Rusia China y Gran Bretaña tratan de imporner su propia agenda de intereses.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><b>b) El táctico:</b> Los planes de la burocracia estatal de ambos lados de la trinchera para sacar ventajas. Smiley vs. Carla.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><b>c) Las escaramuzas individuales:</b> El agente Westerbey extorsionando un banquero lujurioso; eludiendo los intentos de asesinato de un piloto mercenario en la Tailandia rural; perdiendo la cabeza por una rubia inglesa que había reclutado el enemigo.</span></p><p><span style="font-family: verdana;">Claro está, no todo en esta novela se subordina el argumento. Usted encontrará, por ejemplo, una sensata reflexión sobre la disputa ancestral entre Oriente y Occidente. El estilo, aunque muy claro, no renuncia a la belleza. No hay frases, ni párrafos, ni capítulos demasiado cortos. </span></p><p><span style="font-family: verdana;"><b style="background-color: #01ffff;">John Le Carré va a quedar</b>, es la inevitable conclusión a que arriba el lector en la última página de este viaje maravilloso.</span></p><p><span style="color: red; font-family: georgia; font-size: medium;"><b>Guillermo Belcore</b></span></p><p><span style="color: #741b47; font-family: helvetica;"><br /></span></p><p><span style="color: #741b47; font-family: helvetica;">Calificación:</span><b style="color: #741b47; font-family: helvetica;"> Muy buena</b></p><p><b style="color: #741b47; font-family: helvetica;"><br /></b></p><p><span style="font-family: verdana;"><b style="color: #741b47;">PD: </b><span style="color: #741b47;">En este blog se aplauden otras obras de Le Carré.</span></span></p><p><span style="font-family: verdana;"><span style="color: #741b47;">1) </span><span style="color: #741b47;"><a href="https://labibliotecadeasterion.blogspot.com/2018/04/la-chica-del-tambor.html">https://labibliotecadeasterion.blogspot.com/2018/04/la-chica-del-tambor.html</a></span></span></p><p><span style="font-family: verdana;">2) <a href="https://labibliotecadeasterion.blogspot.com/2014/07/un-traidor-como-los-nuestros.html">https://labibliotecadeasterion.blogspot.com/2014/07/un-traidor-como-los-nuestros.html</a></span></p>Guiasterionhttp://www.blogger.com/profile/08886414518064387248noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3955674319301297514.post-15674973505534304232023-07-19T11:19:00.000-03:002023-07-19T11:19:04.627-03:00Temas de siempre<p><span style="font-family: arial; font-size: medium;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgxp9_0lCJWQ2l51o7OqNVK9IsEzjKjQ7kN0_3R9Z6C5g7Lu3AlXPaIPVOO9A2KnLPozyWfAiOiYOYT6PEQlckpoybRfgj_cseYl8ytJceMYet5mxjpWDBTcliHygG4Ow-jiQ-OTZnRGR3qFHxgK1vl0OTl0bCSRjkimHijp4inbHeI6GXC_F9dddXNiz6X/s385/Temas%20de%20siempre.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="385" data-original-width="250" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgxp9_0lCJWQ2l51o7OqNVK9IsEzjKjQ7kN0_3R9Z6C5g7Lu3AlXPaIPVOO9A2KnLPozyWfAiOiYOYT6PEQlckpoybRfgj_cseYl8ytJceMYet5mxjpWDBTcliHygG4Ow-jiQ-OTZnRGR3qFHxgK1vl0OTl0bCSRjkimHijp4inbHeI6GXC_F9dddXNiz6X/w260-h400/Temas%20de%20siempre.jpg" width="260" /></a></span></div><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br />Por <b><span style="color: red;">Santiago Kovadloff</span></b></span><p></p><p><span style="color: #a64d79; font-family: arial; font-size: medium;">Emecé. 212 páginas. Ensayos de filosofía.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">Don <b><span style="color: red;">Santiago Kovadloff</span></b> (Buenos Aires, 1942) ha creído oportuno recopilar en un libro una serie de artículos publicados en el diario<i><b><span style="color: #38761d;"> La Nación</span></b></i> hasta 2021. Es decir, sirve vino viejo en odres nuevos. La iniciativa parece haberle generado una pizca de culpabilidad, pues el erudito se ve obligado a aclarar en el Portal que la mayoría de los textos "han sido ahora retocados y aún sustancialmente modificados, incluso su número fue ampliado con piezas inéditas". No sin pudor rebaja el contenido a "tanteos de un vacilante".</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">Pensador intrépido, polemista militante al servicio de la causa de la República (la ha encontrado en Juntos por el Cambio), traductor, poeta, maestro en el sentido más amplio de la palabra, Kovadloff expone aquí una volatilidad (el concepto proviene de las finanzas) que no habíamos encontrado en <b><i><span style="color: #38761d;">La aventura del pensar</span></i></b> (1). Dicho de otra manera,<b style="background-color: #fcff01;"> es un volumen muy desparejo</b>. La concentración y tersura de los argumentos conviven con el no muy agradable goteo de frases y la mala poética, como la que degrada la página treinta y uno: </span></p><p></p><blockquote><span style="color: #0b5394; font-family: georgia;"><i>"La amistad es vínculo de fondo. Como los peces abismales, tiene luz propia para orientarse donde no llega otra luz".</i></span></blockquote><p></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">Pero también <b style="background-color: #fcff01;">hay pasajes espléndidos.</b><i> 'Sobre una mano que escribe</i>' es uno de los artículos memorables. El estudioso medita sobre una agonía: "La escritura manual, es evidente, se encuentra al borde de la desaparición. Desde hace mucho, es una práctica en repliegue, una forma de escribir que se apaga cada día un poco más...". ¿Qué se nos irá con ella?, se pregunta y nos responde. Pero algunos vamos a morir con las botas puestas. El borrador del comentario que usted está leyendo se escribió de puño y letra.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">En cuanto al contenido,<i><b><span style="color: #38761d;"> Temas de siempre</span></b></i> aborda tópicos: el amor, la amistad, el odio, el silencio, el ecologismo, el tedio, la alegría, la fe literaria y la fe filosófica, los hijos, la soledad, el mar de las palabras, etc. Nada del otro mundo. <b><span style="background-color: #04ff00;">El material fue pensado para los apresurados lectores de periódicos</span><span style="color: #04ff00;">.</span></b> Hay otra cohabitación incómoda en las páginas: solipsismo inane con el virtuosismo de la cita.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">Nos dice Kovadloff que quiere ser recordado por una sola condición personal. "No soy sino un escritor", establece en la página ciento cincuenta y ocho. "...no puedo hablar de las palabras si no es con devoción y cautela", añade. </span></p><p><span style="color: #3d85c6;"><i></i></span></p><blockquote><span style="color: #3d85c6;"><i><span style="font-family: georgia;">"Cuento con ellas en cierta medida, pero a la vez nunca estoy seguro de disponer de las que, al escribir, creo imprescindibles. Vivo asediado por el lugar común y por el desacierto para dar con las que me importan por el temor a la obviedad de las ideas o la imprecisión de los términos que encuentro para expresarlas".</span></i></span></blockquote><p></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">En estas páginas, <b>sólo a veces triunfa el Kovadloff ingenioso, asediado por el confortable lecho de la opinión aceptada.</b></span></p><p><span style="color: #cc0000; font-family: georgia;"><b>Guillermo Belcore</b></span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="color: #38761d; font-family: helvetica;">Calificación: <b>Regular</b></span></p><p><span style="color: #38761d; font-family: helvetica;"><b><br /></b></span></p><p><span style="color: #38761d; font-family: helvetica;">(1) <a href="http://labibliotecadeasterion.blogspot.com/2022/05/la-aventura-de-pensar.html">http://labibliotecadeasterion.blogspot.com/2022/05/la-aventura-de-pensar.html</a></span></p>Guiasterionhttp://www.blogger.com/profile/08886414518064387248noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3955674319301297514.post-59424818209992525472023-07-09T11:02:00.003-03:002023-07-09T11:02:53.362-03:00Los destrozos<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgXXvwUj5K3buxHLwUcdcKgc9g5GtffAJXbXW5YP--ByOHgHqIXuUFcrK8p6IUjLnpL6dfGXqoHCWqCOep2PTccrlnZiT46MXCcVyF2kQLtofHcH1vkJaOt7d6OM7LCVem8oxgm1ty3AzHCptkgouxZp6WguhPn8sssrWuEWTBhsiXRwFyUGsoSOH2mozjM/s2717/los-destrozos.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2717" data-original-width="1594" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgXXvwUj5K3buxHLwUcdcKgc9g5GtffAJXbXW5YP--ByOHgHqIXuUFcrK8p6IUjLnpL6dfGXqoHCWqCOep2PTccrlnZiT46MXCcVyF2kQLtofHcH1vkJaOt7d6OM7LCVem8oxgm1ty3AzHCptkgouxZp6WguhPn8sssrWuEWTBhsiXRwFyUGsoSOH2mozjM/w235-h400/los-destrozos.jpg" width="235" /></a></div><br /><span style="font-family: verdana;">Se ha dicho que todas las novelas son de alguna manera —incluso secretamente— autobiográficas (no sólo revelan lo que ha vivido el escritor, sino también lo que ha leído). Pero algunas son más que otras. Como la que aquí venimos a comentar. Un 60% autobiográfica, según el testimonio del autor.</span><p></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">En su madurez creativa y después de 13 años desde su anterior novela, <b><span style="color: red;">Bret Easton Ellis</span></b> (Los Angeles, 1964) arroja un desafío al rostro de los lectores y los críticos: <b>adivinen qué es verdad y qué ficción de aquel horripilante otoño boreal de 1981.</b> La nave del tiempo nos lleva a California en el primer tramo de la era imperial de Ronald Reagan. La acción transcurre en el exclusivo colegio secundario Buckley, en las mansiones falso estilo Tudor donde vive la élite vinculada a Hollywood, en carísimos restaurantes de moda y sobre autos de lujo.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">El narrador —que es un tal Bret Ellis— declara desde la primera página de <b><i>Los destrozos </i></b>(Random House, 674 páginas) su intención de exorcizar demonios. Necesita reconstruir por escrito las cosas espantosas que le sucedieron a él y a sus amigos durante el último año en el instituto. Intentó esa terapia en 1982, 1999, 2006 y 2013, pero no pudo empezar el libro. Debió tomar una distancia de 40 años para lidiar con aquella abundante efusión de sangre e idiotez.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">Los hechos nefastos que narra Ellis se conectan con un asesino en serie que operaba por entonces —el Arrastrero— y con la llegada a su curso de un nuevo estudiante, el misterioso Robert Mallory. La mente febril e intoxicada de Bret intenta atar cabos; cree que hay una relación entre ambos o que son la misma persona. Es una cacería demencial y no conviene decir más. <b style="background-color: #04ff00;">El suspenso es una de las virtudes del libro;</b> nos lleva en diligencia veloz hasta la última página, sorteando pesados fragmentos pornográficos -nada más aburrido que el sexo explícito en literatura- o directamente bestiales que pondrán a prueba el estómago del lector.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">Hay que reconocer que Brett Ellis ha aprendido algunos trucos del oficio. Muestra destreza para exornar la trama con esos ganchos que mantienen viva nuestra atención.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><h3 style="text-align: left;"><span style="color: #741b47; font-family: arial;">EL FRESCO</span></h3><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;"><span style="background-color: #ffa400;"><b>Otra potencia del libro es su condición de mural.</b> </span>Bret Ellis redondeó una minuciosa reconstrucción histórica, en la que describe —mejor dicho "denuncia"— una clase social opulenta, frívola, embotada por las drogas, el alcohol y el consumismo ostentoso. Chicos de 17 años que van al colegio manejando un Porsche 911. Vemos familias adineradas de los Ángeles sumidas en un grado de decadencia e inmoralidad que recuerda a la corte de los Romanov. Ante semejante espectáculo de fin de época, uno no puede dejar de preguntarse cómo ha podido Estados Unidos conservar su estatus de superpotencia hegemónica (¡Son las instituciones, estúpido!).</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">Y en medio de todo eso, el jovencito Bret, escritor en ciernes, perdido en el laberinto de las pantomimas. Abandonado durante meses por sus padres, sufriendo por no poder declarar su bisexualidad. Claro, eran otros tiempos.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">Fiel a su<b> estilo crudamente realista</b>, Bret -el adulto- confirma que no tiene dominio de la metáfora, ni de la poética, ni de la elipsis. Inflige a su público detalladas relaciones sexuales en su mayor parte entre varones, incluso oleadas de lujuria entre un adolescente y un pervertido de cuarenta y pocos años que no duda en seducir al novio de su hija.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">Recapitulando. Tenemos aquí burbujas de privilegio, sexo adolescente, drogas a raudales, animales mutilados, chicas secuestradas y desaparecidas, paranoia. Toda la basura expuesta sin ambages. También, un detallado catálogo de las modas y las marcas de los ochenta —otra seña de identidad de la literatura ellisiana—.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">Y el escritor como disc jockey. Si el literato tradicional apelaba al recurso de la écfrasis; el postmoderno como Ellis desmenuza canciones y videoclips del crepúsculo del mundo predigital.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">Y el cine. Página 42: </span></p><p><i><span style="color: #0b5394; font-family: georgia;"></span></i></p><blockquote><i><span style="color: #0b5394; font-family: georgia;">"Las películas eran una religión en aquel momento, podían cambiarte, alterar tu percepción, podías levantarte hacia la pantalla y compartir un momento de trascendencia, todas las desilusiones y temores se borraban durante unas horas en aquella iglesia: las películas actuaban en mí como una droga".</span></i></blockquote><p></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">Hay que destacar que <b style="background-color: #01ffff;">la ambición de la novela no merece otra cosa que elogios.</b> Párrafos macizos bien trabajados; situaciones poderosas; personajes de carne y hueso; interesantes cameos de celebridades; una estructura narrativa muy competente; el relato se va a tornado atrapante, con un asesino atroz acechando entre la sombras... Todo eso servido con una prosa clarísima que no plantea dificultades.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><h3 style="text-align: left;"><span style="color: #741b47; font-family: arial;">A LA MODA</span></h3><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">La prensa anglosajona ya ha fallado. Los destrozos es la obra maestra de Ellis. Es posible.<b style="background-color: #fcff01;"> Pero no se trata del <i>opus magnum </i>de un genio de la literatura. Es una novela de moda.</b> Veamos. En la constelación estadounidense, por arriba de todos, como la estrella solitaria del Norte, brilla<span style="color: red;"> Thomas Pynchon.</span> Más abajo, <span style="color: red;">J. Irving, Stephen King y Don Delillo. </span>Descendemos un poco más y encontramos a <span style="color: red;">J. Franzen, J. Ellroy, Joyce Carol Oates y D. Winslow.</span> Bajamos dos o tres escalones más y ahí aparece <b><span style="color: red;">Bret Easton Ellis.</span></b></span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">Una curiosidad. Ya en sus trabajos escolares, -afirma Bret- mostraba una enfermiza propensión hacia los <b><span style="color: #4c1130;">detalles escabrosos, sangrientos, y repulsivos</span></b>. <i>El Príncipe de las Tinieblas</i>, en su propias palabras, que escribió <i><b><span style="color: #38761d;">American Psycho</span></b></i>, la obra más revulsiva de la Generación X.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">En la página 106, explica su procedimiento favorito: </span></p><blockquote><p><span style="color: #0b5394; font-family: georgia;"><i>"Lo mío es contar historias y me gusta adornar un incidente por lo demás mundano, que tal vez tenía dos o tres elementos que hacían que en principio fuese interesante contarlo, pero en realidad no tanto, y añadirle uno o dos detalles que elevan a la anécdota a la categoría de algo legítimamente interesante, que produce risa, sorpresa o impresión Y esto es algo que me sale de forma natural Sencillamente prefiero la versión exagerada".</i></span></p></blockquote><p></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">Claro, esas exageraciones no son para todos los mortales.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">Otra curiosidad más. Bret dice que descubrió su vocación literaria con la lectura de una novela de <b><span style="color: red;">Stephen King</span></b>: <i><span style="color: #38761d;"><b>El resplandor.</b></span></i></span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="color: red; font-family: georgia;"><b>Guillermo Belcore</b></span></p><p><span style="font-family: courier; font-size: x-small;"><i>Publicado en el Suplemento Cultura del diario La Prensa.</i></span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><h3 style="text-align: left;"><span style="font-family: arial;"><span style="font-weight: normal;">Calificación: </span><span style="color: #ffa400;">Bueno</span></span></h3><p></p>Guiasterionhttp://www.blogger.com/profile/08886414518064387248noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-3955674319301297514.post-81762824068962159262023-06-04T12:43:00.003-03:002023-06-04T12:44:36.290-03:00Dune<p><span style="font-family: georgia;"> </span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: georgia;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi2ZnT9WLdIKflEWITvq4ovudEXlLhI7UAD8X-B_8xJ7lvf79mRUTXyJMD0QK6t7qB6tfUIoMlzXAfi2uwnUuc9aZogzTVg-kVrDVNfztiuLvTtZoYywCpXPcoTZ_RjmdOp9AQDcpatpi_mCuEFKCNcllNi2qK_WYPD5t-diaC685LfvgTiA_9bL5cS5w/s384/Dune.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="384" data-original-width="251" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi2ZnT9WLdIKflEWITvq4ovudEXlLhI7UAD8X-B_8xJ7lvf79mRUTXyJMD0QK6t7qB6tfUIoMlzXAfi2uwnUuc9aZogzTVg-kVrDVNfztiuLvTtZoYywCpXPcoTZ_RjmdOp9AQDcpatpi_mCuEFKCNcllNi2qK_WYPD5t-diaC685LfvgTiA_9bL5cS5w/w261-h400/Dune.jpg" width="261" /></a></span></div><span style="font-family: georgia;"><br />“<i><span style="color: #0b5394;">Dios creo el planeta Arrakis para templar a los fieles.”</span></i></span><p></p><p style="text-align: right;"><span style="color: #0b5394; font-family: georgia;"><i>Máxima de los Fremen</i></span></p><p><br /></p><p><span style="font-family: verdana;"> Acaba de anunciar Warner Bros que el 3 de noviembre estrenará <i>Dune II</i>, versión cinematográfica de <b style="background-color: #fcff01;">una de las mejores novelas del siglo XX</b>. En la primera película, el director Denis Villeneuve nos deleitaba con imágenes impactantes del Planeta del Desierto y con una trama bastante fiel al texto de<b><span style="color: #e06666;"> Frank Herbert</span></b> (1920-1986). La segunda parte debe narrar, pues, la rebelión de Arrakis contra el odioso emperador Shaddam IV.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">Aquí, venimos a recomendar<i><b><span style="color: #38761d;"> Dune</span></b></i>, el libro (Ramdon Mondadori De Bolsillo, 703 páginas). Fue publicado por primera vez en 1965. Recibió dos de los premios más importantes del género, el Hugo y el Nebula. Es una de las obras de ficción científica más vendidas en el Occidente próspero; inspiró una saga, dos películas (la primera versión de David Lynch es casi cómica), videojuegos, canciones, historietas, otras escrituras. Se la considera<b> <span style="background-color: #04ff00;">“la primera gran novela ecológica a escala planetaria de la historia"</span></b><span style="background-color: #04ff00;">.</span> El señor Herbert se la dedicó, de hecho, a los ecólogos de las superficies áridas.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">La historia ocurre en un futuro remoto. Para ser exactos, diez mil años después de que la Yijab Butleriana eliminara todos los robots, computadoras y máquinas pensantes. La humanidad se ha diseminado por la galaxia y más allá. La civilización se sostiene en un trípode (la más inestable de todas las estructuras) de tipo feudal. La Casa Imperial, en equilibrio con las aristocráticas Casas Federadas del Lansdraad; y entre estos dos la Cofradía, un gremio que tiene el monopolio de los transportes interestelares.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">El universo conocido bulle de conjuras políticas, al punto que el Detector de Venenos es un pilar de la vida doméstica. El emperador Shaddam IV recela especialmente de la Casa de Atreides. Le hace un regalo deletéreo y fatal al Duque Leto, señor de Caladán: el infernal Arrakis (también conocido como Dune), de donde proviene la<i> melange</i>, una especia con olor a canela denso y penetrante, esencial para los viajes por el cosmos. La droga, en efecto, permite a los Navegantes plegar el espacio sin usar máquinas, con la sola fuerza de sus cerebros. Estamos en una era fascinante en que los humanos han desarrollado superpoderes mentales, al servicio del bien y del mal. Los Mentats, otro ejemplo, son adiestrados para alcanzar las cotas máximas de la lógica (¿se habrá inspirado <i>Start Trek</i> en el señor Herbert para idear a los vulcanos?).</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">Como si no faltaran intrigas, hay una secta de mujeres -las Bene Gesserit- que conspira entre las sombras, manipulando hombres poderosos y multitudes, creando mitos religiosos, para imponer un programa de selección genética. La Dama Jessica, concubina-esposa del Duque Leto, pertenece a la organización; un gremio de brujas, gritan sus adversarios.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">Jessica es la madre de Paul Atreides, heredero del feudo. El muchacho de catorce años tiene el don de la prescencia, puede ver el rebullir de posibilidades, las grandes corrientes del futuro, el jardín de senderos que se bifurcan.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;"><b>El núcleo incandescente del libro son los trabajos de Paul Atreides para vengar a su padre y recuperar el control del arenoso planeta, como profeta y líder militar de los Fremen, el elusivo pueblo del desierto. </b>El duque Leto ha sido víctima de una traición de su círculo íntimo, que -con un pavoroso derramamiento de sangre- devolvió Arrakis a sus anteriores administradores, la brutal Casa Harkonnen. El emperador así lo ha querido.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><h4 style="text-align: left;"><span style="color: #7f6000; font-family: arial;"><b>EL DEMIURGO</b></span></h4><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">Vemos pues que el señor Herbert aplica una de las fórmulas más exitosas de la narración fantástica de los últimos sesenta años: la combinación entre estructuras medievales y tecnologías del futuro. Esto es sólo la cáscara.<b> La pulpa, el gran mérito del escritor estadounidense, es haber inventado una una singularísima estructura ecológica en el tercer planeta del sistema Canopus, y, como consecuencia de ello, el surgimiento de una civilización, con sus propias ideas, creencias y tecnologías</b>; una cultura entera adiestrada como un orden militar, por la tremenda necesidad ambiental. "Todo se subordina a la supervivencia de la tribu", repiten los fremen, hombres y mujeres de cuerpos resecos y ojos totalmente azules, sin el menor blanco en ellos, por el consumo de la <i>melange</i>. El autor, al parecer, se inspiró en los bereberes del Sahara.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">Arrakis es un planeta sin lluvias, mares, ríos ni lagos. Durante el día, la temperatura supera los 60 grados. Se desatan tormentas jupiterinas a lo largo de 6.000 kilómetros, con vientos de más de 700 km. por hora. Los fremen usan destitrajes que reciclan la transpiración y la orina. Viven bajo tierra. Cabalgan los colosales gusanos de la arena, cuyas bocas tienen hasta ochenta metros de diámetro. Fabrican con los dientes de la criatura las hojas de sus cuchillos sagrados. El valor supremo del lugar es el agua, entremezclada con simbolismos y ritos. Se aprovecha, incluso, la de los cadáveres, cuando aún están calientes. He aquí un pueblo que, como los árabes antes de Mahoma, esperaba un Mesías. Lo encontraron en Paul Atreides, que cumplió con toda la panoplia profética.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;"><span style="color: #6aa84f;"><b><i>Dune</i></b></span>, el libro, es rico y retorcido no sólo en sucesos. Hay reflexiones muy interesantes sobre el poder, el arte de la conducción de los hombres y la construcción de los mitos. Hay un sabroso sincretismo religioso. El argumento ha sido narrado como un estudio de la vida de Muad'Dib (el nombre arrakiño de Paul Atreides) escrito por la princesa Irulán, la hija del emperador. Incluye apéndices y un diccionario. <b style="background-color: #01ffff;">Sólo lo exhaustivo es interesante</b>, estableció, con razón, Thomas Mann.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;"><b>El demiurgo Herbert gastó seis años enteros de su vida para concluir su obra magna</b>, prolongada después con cinco secuelas, pero ya entonces era famoso y adinerado. Pudo investigar minuciosamente y luego componer Dune sin un trabajo regular porque su esposa lo mantuvo a él y a sus dos hijos durante la primera mitad de la década del sesenta como escritora publicitaria. Pero no sólo pagaba las cuentas; también comentaba y editaba el trabajo de su esposo. Que este párrafo sirva de homenaje también para la señora <b><span style="color: red;">Beverly Ann Stuart</span></b>, pues sin ella, no tendríamos esta magnífica novela.</span></p><p><b><span style="color: #cc0000; font-family: georgia;">Guillermo Belcore</span></b></p><p><i>Publicado en el Suplemento Cultura de La Prensa</i></p><p><br /></p><p><span style="color: #073763; font-family: helvetica;">Calificación: <b>Excelente</b></span></p>Guiasterionhttp://www.blogger.com/profile/08886414518064387248noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-3955674319301297514.post-50528348151315318402023-05-19T10:57:00.002-03:002023-05-19T10:57:45.936-03:00Una gran historia de amor<p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></div><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></span></p><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhyFk6l6i-TyyeGhNIB_MyO8V2LB_NgP8DZJ5tKvDdOYsnnPqOi-FNnwYBjeFKp9TdykW9_XCMIaHABLx4-h2SXr9nYbeOq9BoZfVmONVG8KoaV5-AVxYacdSHL3P1lRIqjaprpG8GX4hIWjTXwAH4I1k7EHXA_noKbSa5_HuofJthRiRgUa47G9R20wQ/s1256/tamaro.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1256" data-original-width="1200" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhyFk6l6i-TyyeGhNIB_MyO8V2LB_NgP8DZJ5tKvDdOYsnnPqOi-FNnwYBjeFKp9TdykW9_XCMIaHABLx4-h2SXr9nYbeOq9BoZfVmONVG8KoaV5-AVxYacdSHL3P1lRIqjaprpG8GX4hIWjTXwAH4I1k7EHXA_noKbSa5_HuofJthRiRgUa47G9R20wQ/s320/tamaro.jpg" width="306" /></a></span></div><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span><p></p>La fórmula se ha usado hasta el hartazgo. Desde la novela decimonónica hasta el divertimento leve del <i>streaming</i>, pasando por las películas tipo Enrique Carreras y las telenovelas de la tarde. Un señor adulto, serio y obsesivo se enamora perdidamente de una muchacha rebelde y desordenada. La chica no es mala, pero la vida la golpeó y hace sufrir al hombre. Suceden desencuentros pero el amor a la larga triunfa y redime.</span><p></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Este es el argumento de la novela más reciente de <b><span style="color: red;">Susanna Tamaro</span></b> (Trieste 1957). <i><b><span style="color: #38761d;">Una gran historia de amor</span></b></i> (Seix Barral, 300 páginas) fue entregada a la imprenta por primera vez en 2020. El Chap GPT, ese prodigio frío que amenaza con volver obsoletos a los críticos de carne y hueso, dice de la exitosa y premiada escritora italiana : </span></p><p><span style="color: #3d85c6; font-size: medium;"><i></i></span></p><blockquote><span style="color: #3d85c6; font-size: medium;"><i><span style="font-family: georgia;">"Su obra se caracteriza por explorar los sentimientos y las relaciones humanas con un estilo sencillo y emotivo.... Si te gusta la literatura que habla del amor, la familia, la búsqueda de uno mismo y la espiritualidad, quizás te guste leer a Susanna Tamaro. Sin embargo, si prefieres las novelas más complejas, originales o innovadoras, puede que no sea tu autora favorita". </span></i></span></blockquote><p></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Tal cual.</span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><i><span style="color: #6aa84f;"><b>Una grande storia d'amore</b></span></i> narra la relación entre Andrea, capitán de barco, y Edith, una jipona desobediente, simpatizante del maoísmo, diez años más joven. Se conocen a bordo de un ferry; el hombre se embelesa, al punto de abandonar a la novia de la infancia a pocas semanas de ir al altar. Empiezan a salir hasta que la chica rechaza sin miramientos la propuesta de matrimonio del oficial que, obviamente, queda devastado. En un restaurante de la isla de Bali se produce el improbable reencuentro. Edith tuvo una hija, lo que no es óbice para que la gran historia de amor recomience.</span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><h3 style="text-align: left;"><span style="color: #b45f06; font-family: verdana; font-size: medium;">DOS HILOS</span></h3><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">La novela se urdió con dos hilos temporales. El presente, en primera persona; el capitán, ya sexagenario, está solo en su caserón agreste e intenta salir adelante tras la partida de la esposa. El otro hilo es la evocación del pasado, sus idas y vueltas con la amada Edith.<b style="background-color: #fcff01;"> El procedimiento capital que aplica Tamaro en su novela número dieciséis es el punch emocional</b>: nos coloca ante el drama de la traición a una novia abnegada; la muerte de un bébe; una hija cooptada por los traficantes de drogas; la perdida prematura de los padres y de un cónyuge por accidente o enfermedad. Así es la vida.</span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">La novela podría ubicarse en el anaquel de las lecturas edificantes; esas que cualquier obispo o pastor podría recomendar a su grey sin herir la sensibilidad del más ñoño de sus feligreses. Con una filosofía de andar por casa, <b><i><span style="color: #6aa84f;">Una gran historia de amor</span></i></b> pretende ser una reflexión sobre el misterio del dolor por la adversidad. El destino de Job. <b>El problema es que Tamaro sólo araña la superficie del enigma existencial y teológico.</b> Hay cosas que superan nuestro nivel de entendimiento, nos advierte. Su creación artística también puede ser catalogada como “literatura pueril”, un subgénero que viene ganando espacio (y millones de lectores) en el Viejo Continente.</span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Al parecer, la máxima baladí es un sello de identidad de la señora Tamaro. Máximas como estas tres: "Lo importante es tener intereses; ser curioso en la vida". "En invierno el sol es un amigo; en verano, un amigo". "La naturaleza nos habla, solo que estamos demasiado enfrascados en nuestros pensamientos para escucharla".</span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">La reflexión alarmada de la página 137, en cambio, no está nada mal:</span></p><p><span style="font-size: medium;"></span></p><blockquote><span style="font-size: medium;"><i><span style="color: #3d85c6; font-family: georgia;"> "Si me hubieran dicho que un día tendría en la mano una tablita con la que podría hacer prácticamente todo lo que puede desear un ser humano -ver cine, leer libros y periódicos, hacer fotos, grabar, estar conectado con el mundo entero- no me lo habría creído. Y sin embargo, ha sucedido todo a una velocidad sorprendente. Desde la llegada del teléfono móvil en adelante, ha estallado un universo entero a nuestro alrededor. A veces creo que esa explosión no fue muy distinta de la que aconteció durante el Cámbrico, cuando como a una señal convenida, la fuerza vital empezó a producir millones y millones de criaturas diversas y de lo más variopintas. Había espacios vacíos y esos espacios se ocupaban, pero no mucho después -geológicamente hablando- la evolución dio marcha atrás y cortó de raíz la variedad de especies existentes. ¿Sucederá lo mismo con la tecnología?".</span></i></span></blockquote><p></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">En síntesis, he aquí una novela para las personas que gustan de historias sencillas, narradas con una prosa transparente y con una profusa inclusión de mensajes directos. <b style="background-color: #04ff00;">Uno no puede dejar de reconocer el valor de la señora Tamaro de promocionar, en estos tiempos degradados, el ágape (el amor cristiano por excelencia) como apuesta existencia</b>l, es decir "la buena voluntad, la benevolencia y el placer voluntario en el objeto del amor…". Ágape -bellamente descripto en Corintios 1- implica fidelidad y compromiso: "Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.”</span></p><p><span style="color: #e69138; font-family: georgia; font-size: medium;"><b>Guillermo Belcore</b></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><h3 style="text-align: left;"><span style="color: #783f04; font-family: courier; font-size: medium;">Calificación: </span><span style="background-color: #fcff01; color: #7f6000; font-family: courier; font-size: medium;">Regular</span></h3><div><br /></div>Guiasterionhttp://www.blogger.com/profile/08886414518064387248noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3955674319301297514.post-89748052825868834342023-05-05T11:06:00.003-03:002023-05-05T11:06:40.163-03:00La secta<p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"> </span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj7b9u_jB7oVnVs9QmnUd45rMCWx7S9YMWdEdfme9h02ZYk7sR1G-8IgzRgWuXxWpb1I4G0OO6itDsvxJ7W5gvwrc2Gl-VQ5Tulpp8P9sbQsyXDVKn7eYdhgfvqVNFexmPm2WmnSt4B7vbBUm_kaZc9bCzhrBvvLxgXHVIhQtPeOyiYSEWb67bdnc6WOQ/s385/Lasecta.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="385" data-original-width="250" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj7b9u_jB7oVnVs9QmnUd45rMCWx7S9YMWdEdfme9h02ZYk7sR1G-8IgzRgWuXxWpb1I4G0OO6itDsvxJ7W5gvwrc2Gl-VQ5Tulpp8P9sbQsyXDVKn7eYdhgfvqVNFexmPm2WmnSt4B7vbBUm_kaZc9bCzhrBvvLxgXHVIhQtPeOyiYSEWb67bdnc6WOQ/w260-h400/Lasecta.jpg" width="260" /></a></span></div><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br />Hace setenta años, <b>Jorge Luis Borges</b> reflexionaba en las páginas de <i><span style="color: #38761d;">Sur</span></i> sobre una rareza de la historia universal. “Destino escandinavo” era el título de aquél texto sublime (1) que expresa su perplejidad por el hecho de que las dilatadas empresas y los libros pioneros que produjeron los pueblos del norte de Europa son "como si no hubieran sido, todo queda aislado y sin rastro, como si pasara en un sueño o en esas bolas de cristal que miran los videntes. En el siglo XII, los islandeses descubren la novela, el arte del normando Flaubert, y ese descubrimiento es tan secreto y tan estéril, para la economía del mundo, como el descubrimiento de América", bajo Leif Eriksson. ¡Ah!, y un sueco, Rurik, fundó el reino de Rusia; la capital antes de llamarse Novgórod, se llamó Holmgard.</span><p></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><b style="background-color: #fcff01;">Es probable que el boom de la novela policial nórdica sufra el mismo destino de irrelevancia histórica.</b> ¿Alguien recordará a Hennig Mankell o a Assa Larsson en 2073? ¿Las próximas generaciones seguirán leyendo al matrimonio Sjöwall-Wahlöö?</span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">De hecho, hay indicios de que el globo se está desinflando. Aquél loable propósito de refrescar el género con textos de calidad y color local parece haber degenerado en mero pasatiempo, con todos los vicios de la literatura pochoclera.</span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Ejemplo cabal de esa pendiente es la segunda entrega del dúo sueco <b><span style="color: red;">Camilla Läckberg</span></b> (48 años) y <b><span style="color: red;">Henrik Fexeus</span></b> (51 años). Una economista metida a escritora de tramas policiales (con un espectacular éxito de ventas) se asoció con un mediático "maestro mentalista".</span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Fruto del<i> joint venture</i> es la ambiciosa novela <b><i><span style="color: #38761d;">La secta</span></i></b> (Planeta, 746 páginas), recién publicada en español, que cumple sobradamente con la noble función de entretener, tan demandada en la sociedad de masas. Debe advertirse, no obstante, que se encuentra a la misma distancia de la Alta Literatura de la que separa las canciones de cancha de la música culta.</span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Los protagonistas de la saga (en principio se trataría de una trilogía) son la detective Mina Dabiri y el mentalista y experto en ciencias del comportamiento Vicent Walder. La agente integra el Departamento de Homicidios de la Policía de Estocolmo, grupo de élite supuestamente, aunque transmiten la idea de ser un hato de incompetentes, al punto que necesitan con desesperación la ayuda de un consultor externo para esclarecer crímenes horribles.</span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><h3 style="text-align: left;"><span style="color: #4c1130; font-family: verdana; font-size: medium; font-weight: normal;">DOS AÑOS DESPUES</span></h3><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Pasaron casi dos años de la anterior aventura de la pareja Dabiri-Walder (2). La investigadora es germanófoba, al estilo caricaturesco de Adrian Monk. El galán es una suerte de enciclopedia parlante; abruma a sus oyentes con un torrente de datos, lo que permite a los autores del libro cumplir con un férreo mandato de la industria del best-seller: <b>siempre le enseñarás algo a tu público</b>. Aquí, estimada lectora, podrá descubrir, por ejemplo, si su cita tiene interés en usted según su lenguaje gestual. O los beneficios para el cuerpo y para el espíritu de una ducha con agua fría.</span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">La historia se despliega en dos direcciones. Por un lado, se investiga una serie de secuestros y asesinatos de niños que han conmocionado a Suecia y son explotados con toda mala fe por un partido de ultraderecha (vaya sociedad, allá los policías son de izquierda). Al mismo tiempo, una secta opera entre las sombras para captar inocentes. El libro pretende ser didáctico, mostrarle al vulgo los mecanismos del lavado de cerebros, pero como la corrupción política y el progresismo chirle bañan todo el conjunto, se llega a la enormidad de comparar a los votantes de Donald Trump con los acólitos de Jim Jones. Naturalmente, los malos de la película tienen cabello rubio y ojos celestes.</span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Una tercera línea temática es la cuestión de la paternidad en la sociedad postmoderna. De hecho, las cuestiones familiares -tratadas no sin cursilería- engordan el mamotreto y nos distraen de <b>su principal activo: la paciente investigación policial</b>. A pesar de la prosa plana, los personajes de cartón pintado, los diálogos insípidos, uno quiere seguir leyendo para descubrir quién es el responsable del tormento a los párvulos. Menudean los crímenes rituales, cargados de simbolismo oculto, lo que justifica la entrada en escena del bueno de Vicent. ¿Si Dan Brown (qué será de su vida) ganó millones de dólares con sus pastiches místicos, pseudorreligiosos, por qué nosotros no?, puede que se hayan preguntado Läckberg y Fexeus, a quien debemos reconocerles que se toman su tiempo para narrar, como corresponde al arte de la novela.</span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">El problema básico con esta clase de libros -al menos para quienes buscamos una mínima densidad estilística- es que<b> dan una sensación de manufactura en serie,</b> un artificio diseñado para agradar, instruir, generar interés, pero al que se le ven siempre las costuras. Para peor, la pintura del fuselaje es burda y los detalles son de plástico.</span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Días atrás, el sello editorial organizó una videoconferencia de los autores con periodistas de la hispanósfera. Por la Argentina, estuvo presente la agencia estatal Télam. En su crónica,<b><span style="color: #e06666;"> Carlos Aletto</span></b> refiere que un colega le preguntó a Camilla Läckberg si piensa en el Premio Nobel. No se ría. De los mandarines de la Academia Sueca puede esperarse cualquier cosa. Esa chusma ignoró a Borges.</span></p><p><b><span style="color: red; font-family: georgia; font-size: medium;">Guillermo Belcore</span></b></p><p><span style="font-size: medium;"><br /></span></p><p><span style="color: #38761d; font-family: arial; font-size: medium;">Calificación: <b style="background-color: #04ff00;">regular</b></span></p><p><span style="font-size: medium;"><br /></span></p><p><span style="font-size: medium;"><i>(1) Borges en Sur. Emecé. Edición 1999.</i></span></p><p><span style="font-size: medium;"><i><br /></i></span></p><p><span style="font-size: medium;"><i>(2)<a href=" https://labibliotecadeasterion.blogspot.com/2022/06/el-mentalista.html"> https://labibliotecadeasterion.blogspot.com/2022/06/el-mentalista.html</a></i></span></p>Guiasterionhttp://www.blogger.com/profile/08886414518064387248noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-3955674319301297514.post-54774946002892018172023-04-23T22:22:00.003-03:002023-04-23T22:22:55.726-03:00La ira de los ángeles<p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"></span></p><blockquote><p><span style="color: #3d85c6; font-family: georgia; font-size: medium;"><i><b></b></i></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="color: #3d85c6; font-family: georgia; font-size: medium;"><i><b><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEir_uqZjbis6zTLRK4L8QbmjxrIYdrkroRsrr58189JIXODzujXBSdsWom2qaxu_uCugQCD-Kd1GqYqEkRHNCefmZmyAa25ppC6ZJXX176k7ECEC36dtkKjqkS22nSaxfpUTeQeho_UVH_x5SCoRz_0zoIpflkdkUODwJTq66uQ__weKJUqzXzGkWI1mw/s2048/Angeles.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="1152" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEir_uqZjbis6zTLRK4L8QbmjxrIYdrkroRsrr58189JIXODzujXBSdsWom2qaxu_uCugQCD-Kd1GqYqEkRHNCefmZmyAa25ppC6ZJXX176k7ECEC36dtkKjqkS22nSaxfpUTeQeho_UVH_x5SCoRz_0zoIpflkdkUODwJTq66uQ__weKJUqzXzGkWI1mw/s320/Angeles.jpg" width="180" /></a></b></i></span></div><span style="color: #3d85c6; font-family: georgia; font-size: medium;"><i><b><br /> "Lovecraft entendía la verdadera naturaleza del universo: crudeza, frialdad, ausencia de misericordia".</b></i></span><p></p><p style="text-align: right;"><span style="color: #3d85c6; font-family: georgia; font-size: medium;"><b>J. Connolly</b></span></p></blockquote><p><span style="font-family: georgia; font-size: medium;"></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><p><span style="color: red; font-family: verdana; font-size: medium;"><b>POR GUILLERMO BELCORE</b></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><b>Al final del día, dos son los factores que determinan la calidad de una novela: la poética y la filosofía.</b> El dictum pertenece a George Steiner, acaso el mejor crítico de arte del siglo XX. Quién es uno para refutar al maestro; sin embargo, nos atrevemos a sugerir <b>un tercer elemento que favorece la potencia estética de un libro: la metafísica.</b> Es la impresión que uno tiene al leer la saga del detective Charlie Parker.</span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Parker es la gran invención del escritor irlandés-estadounidense <b><span style="color: red;">John Connolly</span></b> (Dublin, 1968), cuya virtud fundamental como narrador es haber logrado <b>empotrar en historias policiales el elemento sobrenatural con una elegancia francamente admirable </b>(y con cierta verosimilitud). Un giro similar al que dieron en el romanticismo del siglo XIX Shelley, Poe, Stoker y Stevenson. El atribulado detective de Maine debe lidiar con esbirros del Maligno y presencias del Más Allá, posesiones demoníacas, fantasmas hechos de soledad y miedo, odio y dolor, como la <i>niña de los Grandes Bosques del Norte</i>, personaje lateral de la novela que aquí venimos a comentar.</span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Entre la veintena de novelas de la saga, <i><b><span style="color: #38761d;">La ira de los Ángeles</span></b></i> (Tusquets, 428 páginas) es la que, probablemente, tiene mayor preponderancia el contenido sobrenatural. Fue entregada a la imprenta por primera vez en 2012 y se sostiene sobre una formidable hipótesis metafísica: <b>después de la Caída, una legión de rebeldes fueron arrojados a un mundo todavía en formación; ese planeta era la Tierra</b>. Desde entonces, los <i>Angeles Caídos</i> están entre nosotros, no son hombres ni mujeres sino entidades más viejas e inmundas. Suelen cohabitar en el cuerpo con ciertas almas debilitadas, vulnerables, propensas a la oscuridad. Esa amalgama engendra los monstruos que aparecen en los titulares de los diarios: los asesinos en serie, los corruptores de niños, los proselitistas de la intolerancia y la ignorancia, los que apestan a maldad. Charlie Parker se encarga de eliminar a los peores que se cruzan en su camino; no está sólo en la tarea.</span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Los <i>Angeles Caídos</i> tienen sus acólitos entre los humanos. Los Patrocinadores y el Ejército de la Noche, por ejemplo. Reclutan periodistas, abogados y políticos a su servicio (la triada infernal, según la visión de Connolly). Una lista con los nombres de miembros de estas sectas se encontraba en un avión particular que viajaba de Canadá hacia Nueva York pero se desplomó en lo más profundo de la gélida espesura de Maine, en un área que todos los lugareños evitan pues enloquece a la brújula y a los hombres. </span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">A Parker le encargan encontrar los restos de la aeronave. Se enfrentará a un asesino en serie que se cree agente del Divino (<i>El Coleccionista</i>, lo llaman), a dos criaturas malignas enviadas por la secta, a la desconfianza de un viejo aliado (un rabino de Nueva York) que teme que el investigador privado se haya depravado. <b>La trama magnetiza los dedos, si es que usted es una de esas personas que le interesa este híbrido de nuestro tiempo: <span style="background-color: #ffd966;">el policial gótico.</span></b></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Connolly, por otro lado, ha logrado ese tono justo que caracteriza al policial norteamericano. Los diálogos son filosos, se ejerce la crítica social y la ironía es otra arma magnífica del detective que aquí encontramos separado de su novia y célibe. <b>Con ligeras variaciones, el modelo Philipe Marlowe sigue afortunadamente entre nosotros.</b></span></p><p><br /><span style="color: #b45f06; font-family: times; font-size: large;">Calificación: <b style="background-color: #04ff00;">Muy bueno</b></span></p><p><span style="color: #b45f06; font-family: times; font-size: large;"><b style="background-color: #04ff00;"><br /></b></span></p><p><span style="color: #b45f06; font-family: courier; font-size: medium;"><b style="background-color: white;">PD: No es la primera novela de Connolly que elogiamos. Pinche aquí:</b></span></p><p><span style="color: #b45f06; font-family: courier; font-size: medium;"><b style="background-color: white;"><br /></b></span></p><p><span style="background-color: white; color: #b45f06; font-family: courier; font-size: medium;"><b>1) </b><b><a href="http://labibliotecadeasterion.blogspot.com/2018/04/el-invierno-del-lobo.html">http://labibliotecadeasterion.blogspot.com/2018/04/el-invierno-del-lobo.html</a></b></span></p><p><span style="color: #b45f06; font-family: courier; font-size: medium;"><b style="background-color: white;"><br /></b></span></p><p><span style="color: #b45f06; font-family: courier; font-size: medium;"><b style="background-color: white;">2)</b><b><a href="http://labibliotecadeasterion.blogspot.com/2008/11/los-atormentados.html">http://labibliotecadeasterion.blogspot.com/2008/11/los-atormentados.html</a></b></span></p><p><span style="color: #b45f06; font-family: courier; font-size: medium;"><b style="background-color: white;"><br /></b></span></p><p><span style="color: #b45f06; font-family: courier; font-size: medium;"><b style="background-color: white;">3)</b><b><a href="http://labibliotecadeasterion.blogspot.com/2015/03/cuervos.html">http://labibliotecadeasterion.blogspot.com/2015/03/cuervos.html</a></b></span></p><p><span style="color: #b45f06; font-family: courier; font-size: medium;"><b style="background-color: white;"><br /></b></span></p><p><span style="color: #b45f06; font-family: courier; font-size: medium;"><b style="background-color: white;">4) </b><b><a href="https://labibliotecadeasterion.blogspot.com/2018/04/tiempos-oscuros.html">https://labibliotecadeasterion.blogspot.com/2018/04/tiempos-oscuros.html</a></b></span></p><p><span style="color: #b45f06; font-family: courier; font-size: medium;"><b style="background-color: white;"><br /></b></span></p><p><span style="color: #b45f06; font-family: courier; font-size: medium;"><b style="background-color: white;">5) </b><b><a href="https://labibliotecadeasterion.blogspot.com/2022/08/en-los-mas-profundo-del-sur.html">https://labibliotecadeasterion.blogspot.com/2022/08/en-los-mas-profundo-del-sur.html</a></b></span></p><p><span style="color: #b45f06; font-family: courier; font-size: medium;"><b><br /></b></span></p><p><span style="color: #b45f06; font-family: courier; font-size: medium;"><b>6) <a href="https://labibliotecadeasterion.blogspot.com/2022/11/el-camino-blanco.html">https://labibliotecadeasterion.blogspot.com/2022/11/el-camino-blanco.html</a></b></span></p>Guiasterionhttp://www.blogger.com/profile/08886414518064387248noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3955674319301297514.post-89212251071846554712023-04-10T10:42:00.000-03:002023-04-10T10:42:41.842-03:00Izquierda y derecha<p><span style="font-family: verdana;"> </span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: verdana;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgYamjTdOFdUNzz3B-8ST76UXUWgWKJZHk9W-MMufjSDl8mj8ByeIKzhiupHEsQ4ZmGC3ySLfk79i49W6dLsznieLcqA5prT9isaMjYi17ZTwgay3BGvVnRcU6tU9M4gV9csd071kkd6CIv0GbwIwgTYZJZcaV3ZF94FIihqVdpyGznKU4Iw0QuXn05Ng/s278/Godot.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="278" data-original-width="181" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgYamjTdOFdUNzz3B-8ST76UXUWgWKJZHk9W-MMufjSDl8mj8ByeIKzhiupHEsQ4ZmGC3ySLfk79i49W6dLsznieLcqA5prT9isaMjYi17ZTwgay3BGvVnRcU6tU9M4gV9csd071kkd6CIv0GbwIwgTYZJZcaV3ZF94FIihqVdpyGznKU4Iw0QuXn05Ng/w260-h400/Godot.jpg" width="260" /></a></span></div><span style="font-family: verdana;"><br />En 1894, <b><span style="color: red;">Moses Joseph Roth</span></b> nació en la ciudad de Brody, región de Galitzia (hoy Ucrania) en el seno de una familia judía. Su padre lo abandonó antes de nacer. Estudio filosofía y literatura en Lemberg (hoy Lviv) y en Viena. Vio el derrumbe de su amado Imperio Austrohúngaro. Se ganó el pan como periodista, recorrió media Europa y en la URSS perdió la última de sus ilusiones socialistas. Asistió en Berlín a la erupción del nazismo. Su esposa padeció esquizofrenia y murió en un manicomio vienés. Roth acabó sus días en París en 1939, pobre, refugiado y dipsómano. Se había convertido al catolicismo; una neumonía liquidó al pequeño y delicado escritor a los 44 años de edad. <b>Es natural que su prosa haya sido -además de pulcra- cínica y desesperanzada. Se lo considera hoy <span style="background-color: #fcff01;">una de las cimas de la literatura alemana de su época.</span></b></span><p></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">Escribió Roth diecinueve novelas, entra ellas una de las mejores del siglo XX:<b><i><span style="color: #38761d;"> La marcha Radetzky</span></i></b>, un extraordinario retrato del ocaso de la dinastía de los Habsburgo (1). Ediciones Godot -sello argentino especializado en gemas exóticas- publicará este año otras cinco obras. La primera entrega de la colección se titula <i><b><span style="color: #38761d;">Izquierda y derecha.</span></b></i> Sobre este texto cautivante versa la entrada de este blog.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;"><i><b><span style="color: #38761d;">Rechts und links</span></b></i> (también traducida al español como <b><i><span style="color: #38761d;">A diestra y siniestra</span></i></b>) fue entregada por primera vez a la imprenta en 1929, cuando su autor era uno de los periodistas mejor pagos de Europa como colaborador frecuente del <i>Frankfurter Zeitung</i>, pero aspiraba a ser reconocido como literato. Su bigote irregular -se recuerda- solía ya estar manchado de ajenjo, whisky y coñac. </span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">Fue un año difícil para la frágil democracia alemana que había surgido de las ruinas de la Primera Guerra Mundial; fue el año del llamado<i> Mayo sangriento</i>, cuando el gobierno socialdemócrata logró aplastar a sangre y fuego una insurrección comunista, digitada desde Moscú. En las elecciones del año anterior, el nacionalsocialismo había logrado menos del 3% de los votos, pero ganaba adhesiones todos los días entre los partidarios del orden. La catástrofe económica -causada por el colapso de Wall Street- estaba a la vuelta de la esquina.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">Todo ese clima de <b>agitación, inconciencia política y degradación cultural </b>colorea las páginas de <b><i><span style="color: #38761d;">Izquierda y derecha</span></i></b>. Como las grandes novelas de Francia y Centroeuropa, <b style="background-color: #01ffff;">une travesías individuales con el destino de una gran nación</b>. Leemos la historia de una familia de provincias, quintaesencia del arribismo, cuyos dos vástagos emigran a la capital alemana para defraudar expectativas. </span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><h3 style="text-align: left;"><span style="color: #674ea7; font-family: verdana;">LA VIDA DE PAUL</span></h3><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">El eje de la novela es la vida de Paul Berheim. Todo indicaba en su pequeña ciudad natal que se convertiría en un genio; se transformó en un bueno para nada. Seguimos al muchacho -una pompa de jabón elocuente, inescrupulosa y hiperquinética- en la escuela secundaria, Oxford, el Ejército alemán, los negocios en Berlín, el matrimonio con la hija de un magnate, las riñas con el hermano, la traición a un benefactor. Un alma miserable que encarna la ambición desaforada de su clase, la pequeña burguesía. El ascenso social como obsesión, en un mundo cuya moral se rige únicamente por el dinero constante.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">Su hermano Theodor es el perdedor de la familia. Un mequetrefe relegado por sus padres que alivia sus frustraciones en el pantano putrefacto del fanatismo, en una organización de extrema derecha llamada <i>Dios y Hierro</i>. Hasta que un día el hambre lo obliga a concesiones humillantes.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;"><b style="background-color: #ffd966;">Dadme a un militante radical y yo te mostraré a un resentido, a un lastimado en la infancia o en los años formativos, a un don nadie con complejo de inferioridad</b>, parece ser uno de los mensajes del libro, que, por cierto, no ha perdido vigencia. Roth apela al psicologismo para explicar las turbulencias políticas de su época. En la página setenta y cinco, conjetura que<b> "las ideas son meros pretextos, siempre lo fueron... Aquellas dos fuerzas que nos empujan son el miedo y la sed, como a los animales".</b> Los idealistas no sólo no tienen alegrías, también son unos hipócritas.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">Hay un personaje positivo. El inmigrante Nikolai Brandeis, desertor del Ejército Rojo, despreciado por los alemanes -por judío y por su aspecto de mongol- a pesar de que se las arregla para edificar un imperio económico que da trabajo a miles de personas y auxilia a legiones de desesperados. Es la voz de la conciencia lúcida en un mundo que se cae a pedazos.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">Ese mundo es la República del Weimar, justamente. La novela pinta un fresco inteligente aunque pesimista de ese efímera centella de libertad que cruzó el cielo de Alemania durante la entreguerra. Estamos a cuatro años de la toma del poder de un demagogo de cevecerías, a quien cualquier psiquiatra podría diagnosticar su incapacidad mental. Su nombre era Adolf Hitler.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">De alguna manera, <b>Roth vio venir la llegada del diablo</b> -en un escalofriante pasaje se describe una marcha paramilitar, acaso las S.A.- y dejó constancia de ello en el último libro de lo que se considera su primera etapa como escritor.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">Atormentaba a ese artista apátrida la obsesión por opinar. Tenía algo que decir sobre el adefesio del teatro moderno, los zares de la industria, la ilusión del amor, la influencia de las novelas sobre la sensibilidad popular, el honor de las mujeres, etc. <b style="background-color: #ead1dc;">Cultivó la paradoja con la habilidad de un Chesterton y adornó sus páginas con un humor fínisimo.</b> Tres hurras por el rescate</span></p><p><span style="color: red; font-family: georgia;"><b>Guillermo Belcore</b></span></p><p><br /></p><h4 style="text-align: left;"><span style="color: #7f6000; font-family: arial;"><span style="font-weight: normal;">Calificación</span>: <span style="background-color: #fcff01;">Muy bueno</span></span></h4><div><span style="color: #7f6000; font-family: arial;"><span style="background-color: #fcff01;"><br /></span></span></div><div><span style="background-color: #04ff00; color: #7f6000; font-family: arial;">(1) <a href="https://labibliotecadeasterion.blogspot.com/2018/03/la-marcha-radetzky.html">https://labibliotecadeasterion.blogspot.com/2018/03/la-marcha-radetzky.html</a></span></div>Guiasterionhttp://www.blogger.com/profile/08886414518064387248noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-3955674319301297514.post-88681861424053421522023-03-19T09:52:00.003-03:002023-03-19T09:52:36.727-03:00El ápice y otras historias<p><b><span style="color: red; font-family: helvetica;"></span></b></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><b><span style="color: red; font-family: helvetica;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi5_gWRO51l2z_4R50O7TCuXukKhGoI108mKhsdZRCWeDdWrz_Ax3UgZXZ6Do3Ym6QUczkmFlFp88CfchTSf-oNj8Ck6A-LyxTaUwkL8k6jfwoUF6a6o-Vp6Eb3PVP9Tfp7-Rd-hEE9nFzO4--C5TUg4vHoJ4Dp8HEA2CSXhRHt54s4nbqI7DQOUQmDfQ/s700/Ercole.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="700" data-original-width="700" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi5_gWRO51l2z_4R50O7TCuXukKhGoI108mKhsdZRCWeDdWrz_Ax3UgZXZ6Do3Ym6QUczkmFlFp88CfchTSf-oNj8Ck6A-LyxTaUwkL8k6jfwoUF6a6o-Vp6Eb3PVP9Tfp7-Rd-hEE9nFzO4--C5TUg4vHoJ4Dp8HEA2CSXhRHt54s4nbqI7DQOUQmDfQ/w400-h400/Ercole.jpg" width="400" /></a></span></b></div><b><span style="color: red; font-family: helvetica;"><br /> POR GUILLERMO BELCORE</span></b><p></p><p><br /></p><p><span style="font-family: verdana;">En 1965, <b><span style="color: #cc0000;">George Steiner</span></b> escribió <span style="color: #38761d;"><i><b>Palabras de la noche, Pornografía sería e intimidad.</b></i></span> El pequeño ensayo podría considerarse -hasta el día de hoy- <b>la crítica definitiva a los textos sexuales.</b> Destaca el rabí su ineludible monotonía, pues "la cantidad real de los gestos, de las consumaciones y de las fabulaciones es tremendamente pequeña". </span><span style="font-family: verdana;">Sostiene que la literatura erótica sólo nos ha dado en nuestro tiempo una sola obra memorable: <i><b><span style="color: #38761d;">Lolita</span></b></i>, donde encuentra "un auténtico enriquecimiento de nuestro habitual bagaje de tentaciones". Y denuncia un paralelismo grave:</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p></p><blockquote><i><span style="color: #0b5394; font-family: georgia;">"Las novelas producidas con el nuevo código de decirlo todo tratan a gritos a sus personajes: desnúdate, fornica, ejecuta tal cual perversión. Así lo hacían los S.S. con filas de hombres y mujeres de carne y hueso. La actividad no es, creo, enteramente distinta. Es posible que haya afinidades más profundas de las que hayamos percibido entre la libertad total de la imaginación erótica sin trabas y la libertad total de sádico. La aparición de estas dos libertades en momento histórico más o menos idéntico puede no ser coincidencia. Ambas se ejercen a costa de la humanidad de otra persona, del derecho más precioso que tienen los demás; el derecho a una sensibilidad privada".</span></i></blockquote><p></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">Para Steiner, pues, la ficción puerca tiene escasísimo mérito literario e interés para una mentalidad adulta. "Tolstoi es infinitamente más libre, incluso más excitante que los nuevos erotólogos", postula en uno de nuestros libros de cabecera (1).</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">En el Río de la Plata, no obstante, ha surgido un polígrafo que ha decidido desafiar el dictum del mejor crítico del siglo XX. Su nombre es <b><span style="color: red;">Ercole Lissardi</span></b> (Montevideo, 1951). Escribió cuentos, ensayos y más de veinte novelas sobre la cuestión de Eros; incluso creó la editorial <i><b><span style="color: #38761d;">Los libros del inquisidor</span></b></i>, junto a su esposa<b><span style="color: red;"> Ana Grynbaum</span></b> (2), para que el filisteísmo y la cobardía no interfieran con su libertad creativa, a la que considera básicamente como un asunto de coraje: el creador "debe estar estar dispuesto a perder el Mundo para ganar el Cielo"..., pero con la convicción triste de que "el producto de esa labor secreta a la que llamamos arte sólo puede esperar el fracaso o la estima de audiencias minúsculas".</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">Ha llegado a nuestras manos un volumen de <b><i><span style="color: #38761d;">Los libros del inquisidor</span></i></b>, impreso hace unos meses en Buenos Aires. <b><i><span style="color: #38761d;">El ápice y otras historias</span></i></b> encierra tres escritos de "pornografía seria" que compuso el señor Lissardi. Podría definirse como <b style="background-color: #fcff01;">la puerta de entrada ideal a su propuesta literaria.</b></span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><h3 style="text-align: left;"><span style="color: #660000; font-family: verdana;"><b>AMBICIONES SINCERAS</b></span></h3><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">Antes de comentar las tres <i>nouvelles</i> o cuentos alargados, es menester hacer una aclaración. <b style="background-color: #01ffff;">Lissardi es un escritor de verdad con pretensiones y ambiciones sinceras, que ha buscado cultivar el jardín de la originalidad</b>, experimentando con un género difícil y limitado (Steiner tiene razón), pues una cosa es que el sexo sea una hebra más en la trama -aunque de subidísimo tono-, y otra muy distinta es afrontar cada cinco páginas una detallada descripción de una cópula salvaje, incluso homosexual. No es para todos los estómagos, queremos decir. Como Osvaldo Lamborghini.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">En la primera historia (<i><b><span style="color: #38761d;">El ápice</span></b></i>), un artista evoca las maratones carnales que mantuvo con Martina, estudiante flacucha e intelectualoide; y con Jairo, el chico que atiende el ciber. Dos jovencitos sin prejuicios ni inhibiciones. Acaso discípulo de Wilhem Reich, el sinvergüenza que lleva la batuta dice que encuentra en las esencias del deseo consumado las fuerzas para completar su obra. ¿La famosa <i>energía orgónica</i>?</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">Encontramos en <i><b><span style="color: #38761d;">El bien supremo</span></b></i> a un gerente apuesto </span><span style="font-family: verdana;">y con auto de lujo, cazador fantasmal de mujeres proclives a las tiroteos clandestinos, pero en vías de <i>sanación </i>espiritual, aunque ello implique utilizar sin escrúpulos a una auxiliar contable de su empresa (la casquivana Malena). <b>Lissardi despliega aquí un finísimo sentido del humor.</b> Oímos los retorcidos pensamientos de un loco.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">La tercera parte se titula <b><span style="color: #38761d;">El inconveniente.</span></b> El narrador omnisciente plantea la siguiente antinomia: <b>claustro matrimonial vs. la bestia del deseo</b>. En viaje de negocios, dos prolijos burócratas acuerdan en el hotel donde se alojan una aventura sexual, no sin peripecias, como una "metaerección". Hombre y mujer se mueren de ganas de transgredir, de salirse del redil un poco, de encontrar en un coito diferente al que habitualmente practican con sus cónyuges <b style="background-color: #ffe599;">"la revelación que parte en dos el mundo de la experiencia".</b></span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">Del estilo, siempre hay algo que decir. <b>Lissardi escribe con facilidad pero sin desaliño. Exhibe riqueza de vocabulario y dominio de la metáfora,</b> sobre todo para describir órganos sexuales. Hay párrafos con fulgor poético, como la oda al pezón de la página once. Entre orgasmo y orgasmo, medita sobre los misterios del tiempo, el sentido de vida, la vida matrimonial, la sensualidad y el morbo.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">Plantea la idea de que sólo los artistas pueden intentar "la representación de lo sexual en su verdad". La dorada medianía de la vida burguesa no quiere ver cara a cara esa verdad que, justamente, no se encontraría en el sexo doméstico, "pautado y previsible, rutinario e higiénico, dulzón e inocuo". </span><span style="font-family: verdana;">El señor Lissardi propone actuar como esponjas marinas, convertirnos en seres porosos, abiertos, para dejarnos llevar donde nos lleve el deseo. <b style="background-color: #04ff00;">Gozar como gozan los dioses, sin límites, es la premisa.</b></span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">Una especie de locura, parece. El problema en literatura no es solamente que los procedimientos oblicuos sean más eficaces (la sentencia es de Borges). Como dicen en Portugal, "las maneras de tener sexo son menos que las de cómo cocinar el bacalao".</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><i style="font-family: verdana;">(1) "Lenguaje y silencio. Ensayos sobre la literatura, el lenguaje y lo inhumano", Gedisa, edición 1990.</i></p><p><span style="font-family: verdana;"><i>(2) <a href="http://labibliotecadeasterion.blogspot.com/2022/12/tres-novelas-familiares.html">http://labibliotecadeasterion.blogspot.com/2022/12/tres-novelas-familiares.html</a></i></span></p><p><span style="font-family: verdana;"><i><br /></i></span></p><h4 style="text-align: left;"><span style="background-color: #d9ead3; font-family: verdana;"><span style="font-weight: normal;">CALIFICACION: </span>BUENO</span></h4><div><br /></div>Guiasterionhttp://www.blogger.com/profile/08886414518064387248noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3955674319301297514.post-88154158158702659682023-02-24T21:42:00.000-03:002023-02-24T21:42:12.624-03:00Villa Triste<p><span style="font-family: verdana;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: verdana;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgT7_Jh6KZt_Mckhw1R6HMyMMhMhCKe9XY2c30QK2T054SCKrLrbktycXWtE9CU4AiIys1uz0oBhElvaXcUlKWsMV5wdLoDsPfPbopBhdqiKzjGrgmFFLDmntv-XCJmWLVc1KYjGZu2_QGMu412bhnxQHp2uPWIvdkhlJAGCFGQsuHm7I3QbCIZF3BTsw/s2599/Villa%20Triste.jpeg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2599" data-original-width="1650" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgT7_Jh6KZt_Mckhw1R6HMyMMhMhCKe9XY2c30QK2T054SCKrLrbktycXWtE9CU4AiIys1uz0oBhElvaXcUlKWsMV5wdLoDsPfPbopBhdqiKzjGrgmFFLDmntv-XCJmWLVc1KYjGZu2_QGMu412bhnxQHp2uPWIvdkhlJAGCFGQsuHm7I3QbCIZF3BTsw/w254-h400/Villa%20Triste.jpeg" width="254" /></a></span></div><span style="font-family: verdana;"><br />Infinitas (casi) son las categorías en las que podemos clasificar a la literatura. Propone esta columna el rango de <i>escritores delicados o suaves</i>. Nada desagradable al ojo, al oído, al olfato o al gusto hay en su creación artística. Son orfebres de la palabra. Optan por los procedimientos oblicuos. Sus personajes suelen ser fantasmales. </span><p></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">Naturalmente, Jorge Luis Borges encaja como anillo al dedo en esta categoría de elite. Yasunari Kawabata, también. Y John Banville, quien por desgracia anunció en estos días su retiro de la novela. Francia -la más literaria de las Naciones al decir de Borges- tiene un representante sublime, Premio Nobel de Literatura 2014. <b><span style="color: red;">Patrick Modiano</span></b> (1945) es su nombre. Como todos los delicados, es uno de esos autores que exigen agotar su obra.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">Acabamos de terminar una novela corta de Modiano entregada por primera vez a la imprenta en 1975.<i><b><span style="color: #38761d;"> Villa Triste</span></b></i> (Anagrama, 191 páginas, edición 2009) subsume todas las virtudes de la obra modiana. <b style="background-color: #fff2cc;">La delicadeza, por supuesto, rige el conjunto. </b></span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">Después de doce años, el protagonista vuelve, con el corazón palpitante, a un balneario termal en la Alta Saboya, donde un verano se escondió para evitar que el Estado francés lo reclutara para la guerra esa que se llamaba de Argelia. Víctor Chmara (el nombre es ficticio) tenía 18 años. </span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">Evoca al narrador a dos personajes deliciosos, un amigo y una amante de entonces. El hombre se llama René Meinthe, abiertamente gay en los sesenta, "en una ciudad agazapada en lo hondo del mundo provincial francés''. Hijo de un médico famoso de la comunidad, doctor él también, rondaba los 30 años. Veremos luego como la política artera lo maltrata.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">La chica es Ivonne, aspirante a estrella de cine, "perezosa como un alga''. Invita al muchacho prófugo a vivir con ella en el hotel L'Hermitage. Suceden leves peripecias que endulzan una vida ociosa. Aparece un escritor de la vida real: André de Fouiquièrs. La historia del trío -no hay nada indecente o feo aquí- concluye con el final de la temporada, como suelen terminar esas burbujas de felicidad inconsciente que de tanto en tanto aparecen en la vida del afortunado. ¡Pero quién nos quita lo bailado!</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;"><b style="background-color: #d9ead3;">Nada cuesta definir como sublime la prosa de Modiano. Es un virtuoso de la palabra justa y de la sintaxis perfecta.</b> Comparte además un rasgo de los escritores delicados: aplica al texto cierta pátina de nostalgia, de color dorado, claro. El narrador francés es uno de esos artistas que nos persuaden que algo valioso, original, íntimo se nos ha perdido con el correr del tiempo.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">El cierre es con una cita de la página cincuenta y nueve que, bajo ningún aspecto, debe ser atribuida a la condición judía (europea) del autor. Es para todos los seres humanos en su sentido literal y en el metafórico: </span></p><p></p><blockquote><i><span style="color: #0b5394; font-family: georgia;">"...hay que estar listo para irse en cualquier momento y hay que considerar todos los cuartos donde vamos a parar como refugios provisionales...''.</span></i></blockquote><p></p><p><b><span style="color: red; font-family: georgia;">Guillermo Belcore</span></b></p><p><br /></p><p><span style="color: #990000; font-family: courier; font-size: large;">Calificación:<b> <span style="background-color: #ead1dc;">Muy bueno</span></b></span></p>Guiasterionhttp://www.blogger.com/profile/08886414518064387248noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3955674319301297514.post-67827404771508754102023-02-20T18:51:00.001-03:002023-02-20T18:51:14.248-03:00Vida de Luis Carlos Prestes<p><span style="font-family: verdana;"> </span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: verdana;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh0JsmwC2pm5Dcvtowiu5Mse_LsTQOWOsRoW3uxzSB1B7sHXpFPi491nqRHYdReiuV3zOg3yyb9npHbSPCzJtjyX9zmBjjSUuCo8AB-7Xlaj8qifaU23ILXULfBh6PdVABI5scTzLvm2h9ILdzK9ezP6qD6Lb_8d8sLc9zeGd1gpONmOnvSstODfQT81g/s1000/Presstes.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1000" data-original-width="1000" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh0JsmwC2pm5Dcvtowiu5Mse_LsTQOWOsRoW3uxzSB1B7sHXpFPi491nqRHYdReiuV3zOg3yyb9npHbSPCzJtjyX9zmBjjSUuCo8AB-7Xlaj8qifaU23ILXULfBh6PdVABI5scTzLvm2h9ILdzK9ezP6qD6Lb_8d8sLc9zeGd1gpONmOnvSstODfQT81g/w400-h400/Presstes.jpg" width="400" /></a></span></div><span style="font-family: verdana;"><br />Según la opinión predominante, <b><span style="color: red;">Jorge Leal Amado de Faria</span></b> (1912-2001) es una de las glorias de la literatura brasileña. Pero tuvo una canallesca fase estalinista que se estiró hasta los años sesenta. Durante esa etapa, escribió buenas novelas y <b>una hagiografía del revolucionario Luís Carlos Prestes</b>, que acaba de ser reimpresa en Buenos Aires por el Fondo de Cultura Económica. Sobre esta última, discurrirá este artículo.</span><p></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;"><i><b><span style="color: #38761d;">El Caballero de la Esperanza, Vida de Luís Carlos Prestes</span></b></i> (380 páginas) se entregó a la imprenta por primera vez en 1942. Fue en Buenos Aires, en español y con el patrocinio del Partido Comunista. "Era un libro político, escrito para la campaña por la amnistía, por la libertad de Prestes", explicaba el autor, protegido en el exilio por Rodolfo Ghioldi ("el gran líder del proletariado argentino") y Carlos Dujovne. Aquella edición argentina fue secuestrada y quemada años después por orden del Presidente Juan Perón, ese demócrata cabal.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">La primera edición en portugués data de 1944. La de 2022 incluye en la tapa la siguiente leyenda: "En Brasil este libro fue un arma en lucha contra el fascismo", que no era otro que el <i>Estado Nov</i>o de Getulio Vargas, el trágico presidente que envió tropas brasileñas para luchar contra los nazis en Italia, junto a los estadounidenses: "los inmortales de Monte Castelo".</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">A decir verdad, Jorge Amado juega limpio. Anticipa en uno de los prólogos que <b style="background-color: #fcff01;">la verdad histórica se subordina totalmente a sus fines políticos</b>. "Y en cuanto al equilibrio y la imparcialidad referentes a Luis Carlos Prestes son cosas que no es necesario medir...", advierte.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">Dijimos "hagiografía", ¿verdad? Es que el libro es una<b> interesante y radical combinación de historia de los santos, panfleto, culto a la personalidad estalinista e idolatría precristiana. </b>Lo mejor es la prosa. Amado simula ser un narrador oral de historias (el mismo procedimiento de Guimaraes Rosa en su novela cumbre). Le relata "a su negra" vida y obra de un héroe, "de la estrella que ilumina a los hombres" (abundan las metáforas de tinte religioso). Explica el autor que su estilo es el <b><i>rimance;</i></b> es decir romance (novela en portugués) con rima;<b> prosa poética</b>, pues. El bahíano era uno de esos escritores románticos que saben componer una frase hermosa.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="color: #741b47; font-family: verdana;"><b>CARAPINTADISMO</b></span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">Para quienes no lo conocen, digamos que Prestes fue una suerte de <i>militar carapintada </i>que en la década del veinte, asqueado por la corrupción y la explotación de los desvalidos, se alzó en armas contra la República oligárquica. Entre 1924 y 1927, con una columna de no más de tres mil almas (en su mejor momento) cruzó veintiséis mil kilómetros jugando al Robin Hood, "sembrando las semillas de la revolución". Libró con un increíble éxito cincuenta y tres combates y cientos de tiroteos menores desde Río Grande do Sul a Tocantins. Amado compara las hazañas de la Gran Marcha con las de San Martín y Bolívar, ¡y éste es uno de los elogios menores! La Columna "fue la línea del corazón trazada en la mano de Brasil", escribió.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">Lo cierto es que Prestes nunca pudo ser derrotado por los más experimentados generales de su Patria. Partió al exilio, primero en Buenos Aires (es notable como los gobiernos de la Unión Cívica Radical protegían a los <i>putschistas</i> brasileños), luego en la Unión Soviética, desde 1931. Tras trabajar para la KGB "desenmascarando saboteadores", el teniente brasileño se convirtió en una agente del Komintern. Página 248: Fue electo, "en el Séptimo Congreso para el Comité Ejecutivo de la Internacional Comunista como una de las cabezas dirigentes del proletariado mundial, al lado de Stalin, de Dmitrov y de Mameiski..."</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;"><b>Resulta triste comprobar cómo Jorge Amado ignoraba o minimizaba los crímenes de la más aberrante versión del bolchevismo.</b> En la página 245, llama a la URSS "patria de la ciencia, la cultura, la belleza y la libertad". Justifica, incluso, las grandes purgas: "En el país de la Unión Soviética, amiga, en aquellos tiempos existieron los traidores que el pueblo ajustició después"... El viejo truco del progresismo: llamar "pueblo" a los esbirros de una demencial y poderosa Voluntad de Poder.</span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">Esa ceguera ideológica -seguramente voluntaria- contrasta con la minuciosa denuncia del horror en las cárceles de Getulio Vargas, mazmorras donde Luís Carlos Prestes pasó nueve años tras su regreso clandestino a Brasil en 1934. Para conseguir su liberación, Amado escribió este libro de moralidad tuerta, como la de todos los militantes. Definitivamente,<b style="background-color: #01ffff;"> los intelectuales más valiosos son los librepensadores.</b></span></p><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana;">Sólo resta destacar que el manifiesto jacobino incluye pasajes de crítica literaria muy sabrosos. Con frases como dagas, Jorge Amado asesina el modernismo, en cuanto expresión podrida del arte por el arte y la subordinación cultural de los latinoamericanos a las modas que vienen de Europa. Llega a decir que Prestes ""salvó a toda una generación de escritores brasileños de la metafísica y los devaneos y la llevó a estar cerca de los problemas de Brasil""... El escritor comprometido de Bahía quería ser un adalid del "realismo socialista". ¡Ja! Otra moda que importamos de París y Moscú.</span></p><p><b><span style="color: red; font-family: georgia;">Guillermo Belcore</span></b></p><h3 style="text-align: left;"><span style="font-family: verdana;"><span style="font-weight: normal;">Calificación:</span> <span style="background-color: #cfe2f3;">regular</span></span></h3>Guiasterionhttp://www.blogger.com/profile/08886414518064387248noreply@blogger.com0