Por José Saramago
Alfaguara – Novela de 422 páginas
Juzgar una novela por sus ideas -en lugar de hacerlo por su eficacia narrativa- es común en la mala crítica. Pero en el caso del gran José Saramago resulta muy difícil separar la paja del grano. Esta historia, como otras tantas del pasado, parece ser sólo un pretexto para hilvanar una crítica ácida y profunda. El sistema democrático, tal como lo conocemos, es ahora el blanco del iracundo Catón portugués.
Ensayo sobre la lucidez explora una antinomia que los argentinos conocemos de sobra: la ruptura entre pueblo y clase política. No es una relación yo a tú, sino yo a ello, tal como enseñó Martin Buber.
Una ciudad capital decide masivamente votar en blanco y desata un terremoto político. El statu quo reacciona con estado de sitio, terrorismo de estado y creación de un chivo expiatorio. En medio de esa contienda, un comisario y una mujer (aquella que no encegueció en Ensayo sobre la ceguera) encarnan la lucidez y la decencia.
Como siempre, el estilo es arduo y excelente. Párrafos como densos ladrillos, diálogos que se intercalan sin aviso en la narración, despliegue de ideas por doquier y descripciones abstractas. El libro se autodefine como fábula, aunque también es sátira y caricatura. Hay intriga, y no falta un homenaje a Chandler.
Finalmente, el contexto. Esta magnifica obra llega precedida de una agria polémica en Europa. El maestro, el Premio Nobel de Literatura, el comunista recalcitrante escandalizó al postular que los estados democráticos son lo mismo que las dictaduras, pero más hábiles, de ahí que no necesiten el potro y el látigo. Por eso, recomienda la insurgencia blanca. Otra novela al servicio de una causa pérdida.
Alfaguara – Novela de 422 páginas
Juzgar una novela por sus ideas -en lugar de hacerlo por su eficacia narrativa- es común en la mala crítica. Pero en el caso del gran José Saramago resulta muy difícil separar la paja del grano. Esta historia, como otras tantas del pasado, parece ser sólo un pretexto para hilvanar una crítica ácida y profunda. El sistema democrático, tal como lo conocemos, es ahora el blanco del iracundo Catón portugués.
Ensayo sobre la lucidez explora una antinomia que los argentinos conocemos de sobra: la ruptura entre pueblo y clase política. No es una relación yo a tú, sino yo a ello, tal como enseñó Martin Buber.
Una ciudad capital decide masivamente votar en blanco y desata un terremoto político. El statu quo reacciona con estado de sitio, terrorismo de estado y creación de un chivo expiatorio. En medio de esa contienda, un comisario y una mujer (aquella que no encegueció en Ensayo sobre la ceguera) encarnan la lucidez y la decencia.
Como siempre, el estilo es arduo y excelente. Párrafos como densos ladrillos, diálogos que se intercalan sin aviso en la narración, despliegue de ideas por doquier y descripciones abstractas. El libro se autodefine como fábula, aunque también es sátira y caricatura. Hay intriga, y no falta un homenaje a Chandler.
Finalmente, el contexto. Esta magnifica obra llega precedida de una agria polémica en Europa. El maestro, el Premio Nobel de Literatura, el comunista recalcitrante escandalizó al postular que los estados democráticos son lo mismo que las dictaduras, pero más hábiles, de ahí que no necesiten el potro y el látigo. Por eso, recomienda la insurgencia blanca. Otra novela al servicio de una causa pérdida.
CALIFICACION: Bueno
PD: Definitivamente, no es lo mejor que escribió Saramago.
Pésima crítica. Mi comentario va a ser aun peor. GILIPOLLAS
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