sábado, 19 de enero de 2008

Un nuevo paradigma

Por Alain Touraine
Paidós. Ensayo de 271 páginas

Alain Touraine es un pensador esencial. Entre tantas cosas, nos enseñó que Marx estaba equivocado: el movimiento social —no la resentida clase— es el motor del progreso.
Ahora, se ofrece como heraldo de una nueva era. El ser cultural está irrumpiendo en la historia. Touraine anuncia la aniquilación de lo que llamamos sociedad. Por encima de ella, la globalización descompone viejas categorías, como los partidos, sindicatos, burguesía nacional. Ante nuestros ojos se desvanece la civilización del trabajo. El segundo brazo de la tenaza es el individualismo exacerbado y la obsesión por la identidad. Todos nos desocializamos. En el vacío se infiltran la violencia, el miedo y la muerte, nos advierte el alma mater de la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales.
¿Qué surge entre las ruinas? ¿En qué cifra Touraine su esperanza, inspirado en el estudio del agente de Giddens y las teorías comunicativas de Habermas? En el sujeto. Es decir, en un hombre —y, por distintas razones, sobre todo en una mujer— capaz de adquirir y manifestar una conciencia autofundamentada. Tras la muerte de Dios y ahora de la sociedad, la modernidad se encarna en la persona. ‘‘No hay más sujeto que en rebeldía’’, sentencia el filósofo. La libertad creadora de cada uno es el bien supremo. La energía proviene ahora del choque de culturas.
Torpe resuena aquí el visceral desdén —tan típico de un francés— que Touraine manifiesta hacia Estados Unidos. Hay cierta propensión, además, a universalizar las encrucijadas de París. Los argentinos, obviamente, tenemos otra agenda. Pero el ensayo nos obsequia párrafos esclarecedores, peñascos que se alzan sobre un marejada apocalíptica que como tal resulta poco convincente.


Guillermo Belcore

PD: Bueno

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