Fondo de Cultura Económica. Ensayo de historia de 555 páginas. Edición 2006. Precio aproximado: 55 pesos
No iríamos a la guerra si no fuésemos asesinos, se escribió. Buena parte de la humanidad no sería antisemita -agreguemos- si no fuera porque subyace algo perverso en nuestro yo. Este monumental ensayo desbarata una de las coartadas priomordiales que se han esgrimido durante dos milenios para aniquilar al judío.
Jacques Attali, hijo de un joyero sefaradí, es economista, filántropo y pensador eminente. Fue consejero de Mitterrand y presidente del Banco Europeo de Desarrollo. Escribió 20 libros. Aquí usa el Pentateuco como metáfora de la relación judía con la moneda desde los ancestros de Abraham hasta la globalización.
Attali identifica tres claves. La primera es teológica: la Biblia enseña economía política. La riqueza no es indecente, constituye un excelente medio para servir al Eterno. La segunda, filosófica: el dinero es una forma superior de la organización social que permite resolver sin violencia todos los conflictos. La tercera es histórica: los hebreos han sido condenados al nomadismo. El dinero es su salvoconducto, un medio para huir, una garantía de libertad entre los pueblos territoriales.
La crítica académica recibió con resquemores este fresco de prosa cautivante. Se denunció algún anacronismo, hipérbole o conclusión audaz. Pero esas astillas no estropean una travesía con tantas ricas ideas por página. Y con tantas vilezas de la cristiandad por capítulo.
¿Cómo ha sido posible que el judaísmo sobreviviera a Roma, las cruzadas, la Inquisición, los zares y Hitler? ¿Por qué no fue absorbido como los hititas o los visigodos? Attali concluye, como agnóstico que es, que los principios avanzados se combinaron felizmente con draconianas normas de supervivencia. Los creyentes podríamos agregar una misteriosa razón divina: al fin y al cabo, se trata del Pueblo Elegido.
Guillermo Belcore
Calificación: Bueno