Diada. Cuentos, 509 páginas. Precio aproximado: 75 pesos. Edición: 2009.
Howard Phillips Lovecraft (Providence 1890-1937) halló en la Tierra no más que bajeza y vulgaridad. Se creyó un gentilhombre del siglo XVII. Como Arthur Machen, estaba convencido de que esa maldición de ganarse la vida es profundamente antinatural en el hombre. Malogró un matrimonio y durante gran parte de su vida no tuvo contacto con sus semejantes. Se asumió como un aturdido, frustrado, estéril, arruinado y, sin embargo, extrañamente satisfecho. Se refugió en otros mundos: el de las pesadillas y los miedos ancestrales. Poe lo inspiró. Fue una máquina de escribir. Publicó su propio periódico (un pasquín racista) y llegó a componer cien mil cartas, centenares de artículos periodísticos y decenas de cuentos que, por fortuna, las generaciones no se resignan a olvidar. Nos recuerdan que un pozo insondable de misterio sigue aún envolviendo al cosmos. Sus magnificas exageraciones nos advierten otras dos cosas. Primero, que hay secretos que no conviene develar. Segundo, que el mayor de los suplicios es lo inefable.
Este blog está feliz de transmitir una gran noticia. Un sello argentino ha reimpreso, por primera vez, las obras completas de Lovecraft. Son tres tomos repletos de excelencia en forma de relatos y ensayos. El primer volumen encierra un prólogo excelente de Edgardo Lois y treinta cuatro cuentos. Hay un sepulturero encerrado nueve horas en una cripta, el fantasma de una mansión impía, extraños seres primordiales y dioses arcaicos, adoradores del diablo, la traicionera y malvada estrella polar, vegetación malsana, rocas corrompidas, revelaciones infernales demasiado intensas y repentinas. Hay un pantano en Irlanda que no conviene que sea desecado.
Lovecraft no fue un gran estilista, es el típico caso en el que el todo es mejor que cada una de las partes. Pero fue el creador de un universo personalísimo e irrepetible. Sus fantasías mórbidas, sus argumentos metafísicos, son sin lugar a dudas una de las cimas de la literatura universal. Imaginó, entre tantas maravillas, un libro raro sobre temas prohibidos que miles juran que es real. Su nombre es Necronomicon, obra del árabe loco Abdul Alharezred, cuyo audacia no le fue perdonada. Una criatura infernal -invisible durante el día- lo devoró ante la mirada aterrada de un pueblo.
Guillermo Belcore
Esta reseña se publica en los suplementos de Cultura de La Prensa y La Capital de Mar del Plata.
Calificación: Excelente (edición)
PD: Escribió Lovecraft: "desprecio cualquier clase de laboriosidad cuando el objeto no es la excelencia intrínseca". Yo también, amigos escritores.
PD II: Puedes encontrar tres cuentos de Lovecraft en http://casadeloscuentos.blogspot.com/search/label/H.P.%20Lovecraft
Hace poco tiempo tuve la oportunidad de acceder a esta edición.
ResponderEliminarQuedé sorprendido al ver la caja que contenía las obras completas del señor Lovecraft.
Inmediatamente la tome hacia la caja para pagarla.
Excelente edición, coincido.