Vicente Botín
Ariel. Ensayo periodístico de 444 páginas. Edición 2009.
Este ensayo periodístico prueba que la Revolución Cubana se desvió hace mucho tiempo de los valores que siempre predicó. Los logros de ayer se han ido
difumando con en el tiempo. Hay hambre; hay carestía; hay villas de emergencia (las llega y pon). La caza de brujas sigue vigente. Es un mito que el sistema sanitario sea admirable. No es cierto que no existan escandalosos privilegios. Rige en la isla un sistemático inmovilismo social y económico -una especie de ultraconservadurismo- que renuncia al más minúsculo cambio por el temor cerval de los viejos revolucionarios a una nueva revolución que los barra al basurero de la historia. Fidel Castro, al fin y al cabo, ha sido el principal obstáculo para el desarrollo. En nombre de un embargo que ya no es tal (Estados Unidos es el quinto socio comercial de Cuba), se justifica cualquier bestialidad.
Vicente Botín fue corresponsal en Cuba de la Televisión Española entre 2005 y 2008. Regresó indignado. Pasó en limpio sus experiencias en un libro minucioso, serio y veraz. Pinta un fresco impresionante de la vida cotidiana en la isla. Nos presenta a los buzos (nuestros cartoneros), al colero y al bulenque, a las jineteras y a los permuteros, al pobre merolico (trabajador por cuenta propia). Describe la inexplicable devastación de La Habana y las pícaras artimañas para suplir una alimentación escasa e inadecuada, después de 50 años de Revolución. La caza del chavito (peso convertible) o del fulá (dólar) es un auténtico deporte nacional. Cuba es hoy el país más corrupto de América: si en la Argentina un político corrupto suele robar de tanto en tanto cinco millones de dólares, en la isla de la fantasía cinco millones de personas deben robar un dólar todos los días para sobrevivir.
El volumen es riquísimo en datos, anécdotas e incluso chistes. Desmenuza también los documentos generados por el propio castrismo. Si bien el Estado-patrón suele ocultar o falsificar la realidad, la incompetencia y las rivalidades filtran la verdad. Botín es un mediocre historiador pero un excelente periodista. Ha capturado el habla, el sentir y las esperanzas de un pueblo sufrido, harto de un marxismo ineficaz más propio de Groucho que de Karl. Cuba aguarda un Gorbachev.
Guillermo Belcore
Esta reseña se publica el domingo 10 en el suplemento de Cultura del diario La Prensa.
Calificación: Bueno
PD: Chiste que circula en La Habana: ¿Por qué los policías patrullan de a tres? Uno porque sabe escribir; otro porque sabe leer; y el tercero para vigilar a esos dos peligrosos intelectuales.
Dato: los veterinarios cobran cinco dólares para extraerle las cuerdas vocales a los cerdos que se crían en las casas para paliar el hambre y así no ser descubiertos por los infames CDR.
Falto que se comen los chicos
ResponderEliminarDetesto las versiones maniqueas
Linda la sinopsis del libro, no hace falta leerlo.
Pura propaganda(las hay a favor tambien). Intentar convencer que los libros politicos son objetivos me hace reir.
Querido anónimo:
ResponderEliminarNunca se me ocurriría definir de "objetivo" lo que un sujeto subjetivamente compone. Califique el libro de "serio, minucioso y veraz" porque de acuerdo a la información de que dispongo -incluso de primera mano- me parece que describe acertadamente lo que ocurre hoy en la isla.
Botin no es imparcial. He advertido que su escrito proviene de una indignación. Por momentos satura, es verdad. Pero me resultó convincente en líneas generales.
Muy revelador es también su análisis de los últimos movimientos en la cima del castrismo con la defenestración -con autocrítica pública incluso, como se acostumbra- de los ultrafideslistas Lage y Pérez Roque. El libro vale la pena, me parece.
Gracias por escribir señor o señora, lamento no conocer su nombre.
G.B.