martes, 13 de abril de 2010

El hombre que amaba a los perros

Leonardo Padura
Tusquets. Novela, 573 páginas. Edición 2009.

He aquí una espléndida sorpresa. Acaba de llegar a la Argentina la obra cumbre de Leonardo Padura (La Habana, 1955), autor medio castrista, medio disidente, que ha forjado la serie policial Mario Conde, de discutible calidad. Pero esta novela es realmente muy buena. Relata con lucidez, eficacia y dedicación artesanal hasta en los pequeños detalles, el asesinato de León Davidovich Trotsky. Redondea una conclusión asombrosa para alguien que vive casi sin ser molestado en Cuba: “El estalinismo degradó de modo tan irremediable al movimiento comunista que intentar reformarlo es una misión imposible”. Peor aun: “¿Todos los grandes sueños están condenados a la perversión y el fracaso?”, se pregunta este libro convincente y minucioso.

La urdimbre se tejió con párrafos largos, pero diáfanos, pulidos con esmero. Hay intriga y profundidad psicológica. Los agradecimientos del final producen la impresión de que se trata de una obra colectiva. Sea como sea, confirma cabalmente las posibilidades estéticas y didácticas -insuperables, quizás- de la novela histórica. Se alternan tres líneas narrativas: la vida de Trotsky como profeta errante por Turquía, Francia, Noruega y finalmente México; la conversión del comunista español Ramón Mercader del Río en el asesino del zapapico; el calvario de un escritor cubano, arruinado por la censura y la más asoladora escasez, quien tropieza en la playa con un Mercader moribundo, cuya alma atormentada exige un confidente. Los tres personajes aman a los perros.

Quise aportar algo sobre cómo y por qué se pervirtió un sistema utópico nacido para rescatar la dignidad humana pero que alcanzó los límites de la indignidad, plantea Padura, con el humor de los sobrevivientes. Nos ofrece un texto enriquecido con verdades, que habla de lo humano y lo divino y, sobre todo, juzga a los crueles titiriteros de las Historia. Un libro instructivo y necesario, pues.
Guillermo Belcore
Publicado el domingo pasado en el Suplemento de Cultura de La Prensa y La Capital de Mar del Plata

Calificación: Muy bueno

PD: Pasajes de este libro fueron leídos y comentados en la Unión de Escritores Cubanos. ¿Acaso el régimen paleocastrista pretende ahora reivindicar a Trotsky después de haberlo prohibido y demonizado durante la era soviética? ¿La fama en Europa de Padura le permite la audacia de la crítica social, aunque, claro, sin atacar directamente a los Castro? ¿Es un síntoma de apertura o una farsa? La respuesta, de todos modos, atañe al contexto, por lo que su importancia es relativa. Lo crucial, para nosotros los lectores, es que se trata de una estupenda novela.

La otra campana: A El País de Madrid no le terminó de convencer del todo esta novela.

4 comentarios:

  1. Andaba con ganas de leer esta novela. Ahora su comentario le da un poco más de impulso a esas ganas.
    Saludos, amigo.

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  2. "Básicamente, el problema de nuestra literatura es la falta de ambición." dice un tal Guillermo Belcore refiriendose a la lietratura argentina. Todo lo contrario a este excelente novela, extraordinaria venir de un cubano que vive y escribe en Cuba. Padura estuvo en Rosario dando una charla muy interesante "La literatura en Cuba hoy"... Estimado Guillermo, también me dejó intrigado lo descarnado de la crítica social de esta novela, y termina hablando bien de la sociedad cubana el que surjan aestas voces...

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  3. Estimado Marcos:

    Estoy de acuerdo. La publicación de este libro denota un grado de apertura en Cuba. Fíjese que los libros de Trotsky estaban prohibidos en La Habana. Me gusto mucho este libro, creo que es la obra cumbre de Padura.

    Abrazo

    G.B.

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  4. Estimado Marcos:

    Estoy de acuerdo. La publicación de este libro denota un grado de apertura en Cuba. Fíjese que los libros de Trotsky estaban prohibidos en La Habana. Me gusto mucho este libro, creo que es la obra cumbre de Padura.

    Abrazo

    G.B.

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