Abelardo Castillo
Seix Barral. Ensayos de arte y literatura. 254 páginas. Edición 2010. Precio aproximado: 72 pesos
Esta colección de ensayos demuestra, por lo menos, cinco hipótesis. Que la mejor crítica literaria es básicamente la transmisión de una gozosa o decepcionante experiencia de lectura; que el estilo es la única herramienta de que dispone un crítico para persuadir; que el autodidactismo es consustancial a la literatura argentina; que la Argentina tiene un riquísimo acervo cultural; y que Abelardo Castillo es uno de los pocos críticos necesarios.
El título del volumen, no obstante, es falaz. Admiraciones, hubiese sido más justo. El último gran cuentista de la Argentina expresa aquí el deleite y el pasmo que le han provocado Arlt, Gombrowicz, Camus, Poe, Sartre, Mujica Lainez, Hemingway, Echeverría, Freud, Barret, London y Quiroga. Se reproducen también dos discursos: uno sobre el arte y la locura, y el otro sobre el estado de las bellas letras en 2004. Hay un mini artículo cautivante que postula que Jesucristo es esencialmente una figura literaria. El único texto flojo -muy malo en realidad- es el titulado “Los intelectuales y el poder".
Es verdad que Abelardo Castillo no aporta nada que no conozca el lector culto. Pero escribe tan bien que parece que las verdades son inéditas. Es un maestro de la sintaxis y de la velada socarronería. Conoce la vida espiritual de la lengua, el poder sugestivo y la belleza de las palabras y de las ideas. Conoce la eficacia de los procedimientos indirectos, es decir usa circunloquios para que el panegírico y el ditirambo resulten más convincentes. Por su elocuencia y su ingenio, el libro corrobora una sexta hipótesis: la crítica inteligente y hermosa, incluso (o sobre todo) aquella ajena a las teorías en boga, ha ganado un lugar en la morada de la Alta Literatura.
Guillermo Belcore
Calificación: Muy bueno
La otra campana: Este libro me encantó, pero ha cosechado el desprecio lúcido de Juan Terranova, a quien respeto como crítico literario. En realidad, es el comentario de un comentario errático, no estoy seguro de que haya leído Desconsideraciones. Afirmar que los ensayos de Castillo “carecen de retórica“, es decir del arte de expresarse con corrección y eficacia, es injusto, me parece.
Este Castillo, debe ser el mismo de "Los cuentos crueles", que leì cuando era un adolescente.
ResponderEliminarSi es el mismo, no me extraña que le guste Poe, o Sartre. Gran parte de la obra se apoyaba en ellos.
Hace poco, se discutìa en "Puente aèreo" un blog peruano de literatura del escritor Gonzàlez Faveròn, sobre que mal està la crìtica literaria hispano hablante. Que contaminada por el "negocio".
Este no es el caso, porque aquì se habla de lugares comunes. Borges, Poe, Hemingway. Y tiene buena retòrica, el hombre.
Recuerdo haber tenido algùn ejemplar de una revista, llamada "El escarabajo", que èl editaba.
Saludos
Interesante, lo pongo en la lista. Guillermo, ¿leíste "Ser escritor" de este autor? Hay algunos asuntos críticos allí dignos de tener en cuenta.
ResponderEliminarUn abrazo.
Estimado Roberto:
ResponderEliminarNo lo he leído. ¿Es un libro valioso?
G.B.
Es un libro, al menos, con el que se puede discutir, lo que no es poco. Tiene frases odiosas, como aquella que reza, cito de memoria, que un crítico suele ser alguien que descubre defectos sólo en hombres superiores a ellos, pero otras a las que se puede prestar atención.
ResponderEliminarUn abrazo.