Proyecto Diez Mil Cuentos
El viernes 11 de diciembre de 1959, Jorge Luis Borges sentenció: “Lo que más durará de las obras literarias será el argumento. Desde luego todo se olvidará, pero lo último en olvidarse será el argumento. Las bellezas del estilo se perderán con los cambios de gustos y con la muerte de las lenguas. ¿Qué nos queda de las bellezas estilísticas de un texto sánscrito? Las situaciones también quedarán, pero las las situaciones son argumento. Los caracteres durarán quizá más que las bellezas formales y menos que los argumentos”.
Es verdad, los buenos argumentos dejan su impronta en nuestra frágil memoria, con muchísima más fuerza que el título de una novela que asimilamos el año pasado, o el nombre de un escritor de policiales que no nos agradó demasiado. Pero yo no quiero dejar librado a un músculo tan traicionero la riqueza de las urdimbres literarias que han alegrado mi existencia. Me he propuesto, en una de esas malditas noches de insomnio solitario, resumir en no más de diez líneas el argumento de los diez mil cuentos que, estimo, habré leído cuando concluya mi vida. Me obliga, claro, a la relectura; otro de los grandes placeres de la vida.
Creo que el proyecto será de interés para los amigos de este blog, porque seamos honestos: ¿a quién no le gusta que le cuenten una buena historia? Estoy seguro que incluso a esos comentaristas esnobs que sostienen que la trama ya no es importante (¡Qué bobos, no!) los atrapa cualquier anécdota interesante. Lo narrativo, decía también Borges, “es uno de los permanentes agrados de los hombres… ¿qué tiene de malo?” Una buena historia -bien narrada por un conocido, un familiar o incluso una amante- provoca que dejemos lo que estamos haciendo para escuchar con atención. Amigos, esa fascinación “por lo que viene después” la llevamos en el alma desde los tiempos de las cavernas.
Argumento número uno
Los sastres valientes de Maida
Por Gay Talese (Retratos y encuentros, editorial Alfaguara, edición 2011)
¡Qué catástrofe! Jugando con unas tijeras, el aprendiz Talese hizo una rasgadura de tres centímetros en la rodilla izquierda del pantalón de estreno de uno de los uomini rispettati de Calabria, popularmente conocidos como La Mafia. No hay tiempo para fabricar otro. Esta misma tarde, el temible Vicenzo Castiglia pasará a retirar su traje de confección. Lo necesita para pavonearse en la principal fiesta religiosa de Maida. El maestro sastre, Francesco Cristiano, diminuto y fatuo, irascible artesano de la aguja, está desesperado. En un primer momento, pensó huir a los montes, pero finalmente encerró a todos sus empleados en la casa. No se va nadie hasta que encontremos una solución. Don Francesco, finalmente, zurce al desgraciado pantalón un diseño de alas, para más tarde hacerle creer al señor Castiglia que es el primer hombre en esa parte de Italia que se pone unos pantalones confeccionados a la última moda de las grandes capitales de Europa y Estados Unidos, la moda de las rodillas con costuras.
Guillermo, ambicioso y maravilloso proyecto el suyo.
ResponderEliminarCuánta razón la de Borges, el que tanto admiraba las Mil y una Noches no por sus artilugios ni sus fanfarrias, sino por lo más importante que debe tener un cuento: la historia.
Esperaré ansioso su próxima entrega, un abrazo.
Tily
A una reseña por dia, da 27 años.
ResponderEliminarA una reseña cada dos días, 54 años. Perdón por el amor a la precisión.
Querido Ericz:
ResponderEliminarEn realidad, es un proyecto para cuarenta años. Ya lo he explicado aquí: http://blog.eternacadencia.com.ar/?p=15199
Para llegar entero a los ochenta y cinco años he limitado el consumo de carne y vino, con todos los efectos que ello acarrea para la salud mental, pero qué va a ser, la literatura tiene prioridad.
Tengo, lo confieso, algunas cartas en la manga. Estoy sopesando, por ejemplo, pedir ayuda a los amigos de este blog. Veremos.
Un abrazo
G.B.