sábado, 17 de septiembre de 2011

La casa de Matriona

Proyecto Diez Mil Cuentos

Argumento número quince

La Casa de Matriona
Alexander Solznhenitsyn. Tusquets. Edición 2011

Después de diez años de cárcel y exilio en un remoto y sofocante desierto, Ignatich consigue empleo como maestro de matemáticas en una aldea de la Rusia profunda, donde aún se escucha el frondoso rumor del bosque. Se hospeda en el caserón de madera, medio podrido, de Matriona. Descubre que la mujer es una santa. Nunca ansió bienes; incomprendida, abandonada incluso por su marido había enterrado a seis hijos, pero no su buen carácter; hermanas y cuñadas la tenían por ridícula porque trabajaba como tonta para los demás sin pedir nada a cambio; el Estado socialista, al que llamaré kafkiano sólo por ser benévolo, le negó hasta último momento una pensión. Un antiguo amor, el mezquino Faddei, persuadió a Matriona de desarmar media vivienda y regalarle la madera. Se llevaron las tablas una noche helada de borrachera. La señora los acompañó para ayudar, parecía que algo iba a salir mal. Y salió. Una locomotora arrolló el improvisado trineo. El cuerpo de Matriona fue destrozado. Toda la roñería y codicia de la aldea salió a la luz en el funeral y el entierro. Ignatich llegó a la conclusión de que son los justos quienes sostienen el mundo.

PD: El Proyecto Diez Mil Cuentos ha sido completado en un 0,15 por ciento. Si me hubiese propuesto ir caminando desde mi casa en Almagro hasta Mar del Plata, ahora andaría por Plaza Once. La distancia intimida, pero lo crucial aquí es la travesía, no el destino final. Dice Borges que lo importante no es leer, sino reeler. La relectura, en efecto, puede aportarnos matices, texturas, sonidos que la primera vez no alcanzamos a percibir. Como decía Heráclito, nadie puede bañarse dos veces en el mismo río.

3 comentarios:

  1. Que buena foto.
    Que gran hombre y escritor Solyenitsin. Me apena su olvido; ha pasado su tiempo o algo así.

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  2. Se sigue reimprimiendo, a Dios gracias. Fíjese que este volumen acaba de aparecer en la Argentina. En un par de semanas, subo la reseña. Por cierto, coincido con Usted. Solzhnenitsyn (o como diablos se apellide) es uno de los imprescindibles del siglo XX.

    Un abrazo
    G.B.

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  3. Un día en la vida de Iván Denisovich es de lectura imprescindible. Ahora habrá que buscar este libro de reciente aparición.
    No se intimide, amigo: el camino es largo pero está bordado (y bordeado) de palabras inmortales. Recuerde aquello de "navegar es lo imprescindible"...
    Saludos.

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