Carlos Catania
Seix Barral. Novela, 504 páginas. Edición 1978.
Por Guillermo Belcore
¿Cómo funcionan en la Argentina los mecanismos de consagración literaria? ¿Por qué tantas obras excelentes se hundieron en el olvido? ¿Por qué la crítica periodística y académica festeja fruslerías brevísimas, piezas de época intrascendentes, como si de un Borges se tratase? ¿Son hoy el amiguismo, el esnobismo y las teorías descabelladas provenientes de Francia los únicos parámetros de legitimación? Las preguntas brotan naturalmente desde la lectura maravillada de Las Varonesas (Seix Barral, quinientas catorce páginas), publicada por única vez hace treinta cinco años en Barcelona. Su autor es el santafesino Carlos Catania (1931). Es muy posible que la novelística argentina nunca haya abordado con tanta lucidez y con semejante panoplia de recursos narrativos los tremendos temas del incesto y la guerra sucia latinoamericana como lo hizo Catania. Refutó el dictum de que la Argentina no ha engendrado, con un puñadito de excepciones, magníficas novelas oceánicas. He aquí una de ellas. Sin embargo, la Gran Novela de los Setenta nunca fue reimpresa.
“Cuando fue publicada en 1978, la novela no recibió ni una sola crítica desfavorable en Europa, creo que incluso mereció elogios excesivos“, recuerda su autor en un conversación telefónica. “Pero en la Argentina no pudo entrar, los censores militares no la consideraron decente”, añade Catania. El polígrafo Roberto Bolaño escribió en 1998: “... el narrador argentino Cataño, creo que ése es su nombre aunque no estoy seguro, autor de una novela notable y olvidada: ‘Las Varonesas‘, editada en Seix Barral a finales de los setenta, se marchó a Costa Rica, en donde estuvo viviendo hasta el triunfo de la revolución sandinista, tras lo cual se fue a Managua… ¿Dónde está Cataño ahora? No tengo ni idea. Sólo leí de él una novela. Espero que siga escribiendo” (Entre paréntesis, Editorial Alfaguara, página cincuenta y cuatro). El genial escritor chileno ha dejado pues testimonio de la excelencia del libro, aunque le pifió con el nombre del escritor a quien señala, además, como ejemplo de la afición de los argentinos por los “exilios bizarros“.
El argumento
La primera novela de Catania se engarza en el hilo atormentado Celine-Faulker-Onetti-Benet. Gira en torno a una familia santafesina, signada por la demencia y la desmesura. Cuatro hermanos: Alfredo el escritor homicida; Adela, la estudiante de filosofía; Lucía, la chupacirios enamorada; la pequeña y trágica Patricia, que tiene el don de hablar con los animales (¿o no?, ¿es la única concesión del autor al decrépito realismo mágico?). La relación perversa entre Alfredo y Adela es uno de los dos núcleos incandescentes del libro. El otro es el amor-odio en Guatemala entre El Castor y El Flaco Mendieta, líderes de la guerrilla y de la feroz contrarrevolución uniformada respectivamente. La tragedia griega es, sin duda, otra de las palpables influencias de Catania. El nexo entre ambas líneas narrativas es Julián Brocca, un argentino que intentó hacer la Revolución en Centroamérica.
¿Qué hace a esta novela excepcional? La fuerza dramática, en primer lugar. La trama hilvana con destreza situaciones que provocan espeluznos: un chico que se clava un tenedor en el vientre antes de que la policía lo detenga en una sala de billares; Alfredo que mata a ladrillazos al amigo que confiesa haberse acostado con Adela; operaciones guerrilleras y torturas escalofriantes en un cuartel del Ejército; hermanos que se entregan a la pasión en una tapera; una niña que muere ahogada. ¿Qué más? La inteligente mixtura entre literatura y filosofía (Musil es otra de las influencias, destaca Catania). Hay aquí discursos notables (los argumentos a favor del foquismo, por ejemplo), una convincente Teoría del Error (“somos para otra cosa“), epifanías semánticas (libro es “un objeto que se dan las personas para tener la sensación de lo que pudo haber sido”), y un sentido general de nausea, de horror ante el hecho de estar vivo y pensante en un mundo desquiciado. ¿Algo más? Bastante puede decirse de los recursos expresivos que Catania puso en juego: la novela se narra desde distintas perspectivas e incluso con diferentes modismos de América latina, desde el criollismo argentino hasta el caribeño chévere. Están los diarios de Lucía, las cartas de Ciomara Triollet, los delirios surrealistas de una suicida, la delicada alternancia entre primera y tercera persona, los recuerdos que perforan la sucesión de los hechos, incluso dentro de una misma frase. Infrecuente, ¿verdad?
La imagen original
“Tarde cinco años en finiquitar el libro. La empecé en México y la fui escribiendo en distintos países”, explica Catania, quien además de novelista es dramaturgo, guionista y actor (participó en varios filmes alemanes). “Yo creo que toda obra de arte surge de una imagen. Aquí cerca de Santa Fe tenemos el arroyo Leyes. Me gustaba recorrerlo a remo cuando era joven y en una islita deshabitada encontré una vez unas estatuas de mujeres semidestruidas, con una leyenda: ‘Las V.’ Las Varonesas. Así nació la novela”, explica el artista.
Una idea formidable (celiniana) encauza toda la obra. Ocupa diez mil kilómetros, desde la selva tropical en Centroamérica a los márgenes del Paraná, en nuestra provincia de Santa Fe. Busca la grandeza en la subversión de lo establecido, demuele el gran edificio ontológico -nos dice el libro-, un acto extremo tiene más valor que toda la seguidilla de actos tibios y prudentes realizados desde que se nace hasta que se muere. Desea lo depravado para no sentirte del todo insignificante.
Publicado el domingo pasado en el Suplemento de Cultura del diario La Prensa.
Calificación: Excelente
PD: Esta novela pide a gritos la reimpresión ( o nada sé de literatura). Mientras tanto, cómprenla usada. La recomiendo con toda convicción.
Hola, consulta, podrá darnos una pista de dónde adquirirlo usado. Siempre estoy atento a sus recomendaciones. Gracias!
ResponderEliminar¡Comprada! 3 euros. Curiosamente se consigue en varias librerías de viejo de España.
ResponderEliminarSe agradece la recomendación.
Querido Rökkur:
ResponderEliminarYo lo compre en Mercado Libre.
G.B.
Si ya se que la comro en mercadolibre, ahora no hay ejemplares en ningun lado de argentina. Yo soy Argentino y no la puedo adquirir
ResponderEliminarQue mierda es la institucion y la academia de literaria.
Te recomiendo consigas urgente "El origen de la tristeza" Pablo Ramos. Imperdible y bestial
Matias
Tuve el privilegio de leerla. Jamas volvere a leer algo tan extraordinario. Por suerte apareciste vos y pudiste poner en palabras lo que senti. La estoy releyendo. Ah, del mismo autor recomiendo humildemente El Pintadedos.
ResponderEliminarEsta novela se reimprimirá en estos años? Pudiste contactarte con algún familiar de Catania para saberlo? Abrazo! Sigo en su búsqueda!
ResponderEliminarEstimado Matías:
ResponderEliminarSí, he conversado una vez por teléfono con Catania. Y intercambié e-mails con su mujer, que intenta interesar, sin suerte, a editoriales argentinas ara su reimpresión. Es una vergüenza, que denota la ignorancia que rige la industria editorial. Que una novela extraordinaria, elogiada por el propio Bolaños en su momento, encuentre dificultades para evitar el olvido me llena de una infinita tristeza. ¡Bárbaros!
G.B.
Guillermo, acabo de conseguir este libro en mercadolibre. Hace más de un año que estoy atrás de él.
ResponderEliminarIncluso, hablé con Catania (soy de Santa Fe y mi tío hacia teatro con él). El propio Catania, un poco avergonzado, me dijo que no tenia más copias.
Increíble.
Ahora mismo me pongo con el libro.
Gracias por la recomendación.
Estimado Criticón:
ResponderEliminarEs una pena que las editoriales argentinas le den la espalda a una de las mejores novelas argentinas de todos los tiempos. ¿No hay en la provincia de Santa Fe algún sello interesado en rescatar la tradición local, aunque sea en e-book?
Abrazo
G.B.
Guillermo. Sí, es una verdadera pena. La única editorial que se me ocurre sería la de la Universidad del Litoral (UNL), pero no sé por qué no lo han hecho aún.
ResponderEliminarInvestigaré.
Abrazo y gracias.
Lo he conseguido, lo he conseguido hurra hurra, con un golpe de suerte lo encontré!!!
ResponderEliminarSaludos desde México.
Devorando nuevamente Las Varonesas. Más apetitosa que la primera vez!
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