Es difícil encontrar en la producción seriada de Netflix una gema que se destaque del resto. Pero hay. Rebuscando en esa bolsa de tamaño industrial, encontramos una de las mejores series policiales de los últimos años. Proviene de Bélgica en coproducción con Holanda y se titula Undercover: Operación Extasis y atrapa hasta el último minuto. Bienvenidos al mundo de la cursi mafia de los Países Bajos.
La acción transcurre mayormente en la región de Limburgo, la más oriental de las cinco provincias de Flandes. En la introducción del primer capítulo, se nos informa que es un paraíso para los amantes de la naturaleza y uno de los principales productores de manzanas. Pero sus principales productos de exportación son las drogas sintéticas que se consumen en las discotecas: 500 millones de pastillas por año que llegan a todo el mundo, incluso Buenos Aires. El negocio mueve unos 2.000 millones de dólares en la Colombia de Europa occidental, destaca el narrador. Quien lo diría.
El rey del éxtasis es Ferry Bouman (Frank Lammers), apuntalado por su implacable mano derecha John Zwart (Raymond Thiry). Desde Los Soprano que no encontrábamos tan interesante pareja de mafiosos (de carne y hueso). Y con una ética y estética de arrabal tan parecida. Es que Fer B. y Tony S. usan las mismas camisas chabacanas.
Para atrapar a esta pareja de hampones, una fiscal belga autoriza una operación conjunta con la policía holandesa que consiste en infiltrar a un par de agentes en el campamento de Zonnedawn, donde Ferry pasa el verano con su esposa Danielle (Elise Schaap), algo boba. Son dos vecinos más, no hacen alarde de riqueza. Un par de chalets más allá, vive el taciturno John con su hija, nieta y yerno Jergen Van Kamp (Kevin Janssens), otro miembro de la banda, puro músculo sin cerebro.
Así, Bob Lemmers (Tom Waes) y Kim De Rooy (Ana Drijver), transfigurados en una pareja de enamorados (Bob y Kim), irán ganándose la confianza del suspicaz jefe criminal. El objetivo es inducirlo a pisar el palito, pero en el proceso no sólo sufrirán una tensión insoportable, deberán venderle el alma al diablo.
VIVIR EN LA MENTIRA
La pregunta fundamental que plantea esta magnífica serie es: ¿En qué te convierte tu trabajo? Ser un policía infiltrado no sólo implica vivir en la mentira las veinticuatro horas del día, también te obliga a delinquir e incluso a propiciar asesinatos si cuadra la ocasión, es decir si corres el riesgo de ser descubierto. Esto se añade al tema no menor de la traición a quienes -sean lo que que sean- te han abierto el corazón, mientras tu vida personal se va al garete.
Decíamos al principio que la Undercover tiene una calidad muy superior al promedio. En primer lugar, por las sublimes actuaciones, en especial la de Frank Lammers, su Ferry ha ingresado a la categoría de villanos memorables.También por la trama (basada en hechos reales, evoca las trapisondas del hampón Janus Van W.) que desborda de tensión dramática y nunca pierde ese mínimo de verosimilitud que debemos exigirle a una historia policial. Descubrimos que las sofisticadas Bélgica y Holanda también tienen una arista kitsch, con enanitos en el jardín incluso. Alguien establece en el penúltimo capítulo que en ese próspero rincón de Europa ya no existe el imperio de la ley. ¿Qué deberíamos decir los argentinos, entonces?
Se nos deja en claro que all también existen policías corruptos o incompetentes y burócratas temerosos. Pero son casos aislados, por eso se trata de países desarrollados mientras que nosotros nos ahogamos en la frustración.
El inolvidable último capítulo deja en claro que habr una segunda parte. Lo garantiza el clamoroso éxito comercial de la serie por todo Occidente. Netflix le ha comprado los derechos a la productora De Mensen. Desde esta modesta tribuna pedimos tambièn una precuela de Ferry Bougan, cómo llego a convertirse en el rey del éxtasis, tan odioso y tan simpático.
Calificación: Muy buena.
PD: Aquí el trailer: https://www.youtube.com/watch?v=xE_a67M4qo4
Cap 3: "Argentina país asqueroso, atrasado" en el diálogo de Ferry c Peter...
ResponderEliminarNo resulta ...un poco...insultante??