sábado, 26 de enero de 2008

Diario de las estrellas

Por Stanislaw Lem­
Edhasa - 670 páginas­
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La ciencia ficción ha tallado gemas que por su valor filosófico y destreza narrativa nada envidian a la literatura seria. A la noble estirpe de los Stapledon, Bradbury y Wells pertenece la obra maestra del polaco Stanislaw Lem, un estilista que nos permite reír en un párrafo y al siguiente nos deja taciturnos.­
Diario de las estrellas fue escrito en 1957, pero no ha perdido un átomo de frescura. Por primera vez se publicó en español en un solo volumen. Relata los viajes y las memorias del cosmonauta Ijon Tichy, una sabrosa mezcla de Odiseo y Gulliver. El tono de Lem es sombrío, propio de un sobreviviente del Holocausto y pensador de un país ocupado por el marxismo cuartelero, quien debió recrear fábulas fantásticas por la misma razón que Góngora inventó el culteranismo: para burlar la censura.­
Lem aplica un truco eficaz; inventa seres estrafalarios, pero con virtudes y debilidades humanas, aunque no con su malicia. ``¡Qué agradable es pensar que sólo un hombre puede ser considerado un canalla!'', concluye el querible Tichy. Hay un planeta donde todo se enfoca según el punto de vista de peces; varios años luz más allá, se suprime al individuo, o bien los alienígenas se suicidan adorando la libre iniciativa; en otra galaxia, la crueldad de la limitación física es reemplazada por la crueldad de su inexistencia absoluta. Resultan desopilantes las chapuzas del hombre del mañana para corregir la Historia o la terrible certeza de que el universo es una anomalía de la nada. Una crítica corrosiva pero sutil, una delicada alegoría o una estimulante reflexión metafísica colorean las páginas.­ Cuando en 1972 Andrei Tarkovsky filmó Solaris, Lem ganó fama. Diario de las Estrellas es un clásico, es decir, le ha proporcionado a su autor la gracia de la inmortalidad.­


Guillermo Belcore­


CALIFICACION: Muy Bueno

2 comentarios:

  1. Estoy leyendo este libro (Diario de las Estrellas) ya que un queridísimo amigo ha tenido la deferencia de prestármelo y, aunque reconozco vengo demorado en su lectura, me resulta fascinante esa mezcla de humor, ironía y reflexión que provocan esos fantásticos viajes. Aprovecho este comentario para agradecerle al mencionado amigo.
    Saludos, Harry de Caballito (y de Morón).

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  2. Querido Harry:
    Léalo hasta el final. No se verá decepcionado. Le mando un cariñoso saludo.
    G.B.

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