domingo, 6 de abril de 2008

Ensayo sobre el gusto

Montesquieu

Editorial Libros del Zorzal. Ensayo en 93 páginas. Edición 2006.


El Siglo de las Luces se propuso (como explicaba Kant) emancipar la
conciencia humana de las cadenas de la ignorancia. Los filósofos se empeñaron
en organizar los datos de la realidad en un reducido número de categorías. Esa ilusión engendró la L’Encyclopédie, obra arquetípica de la Ilustración francesa. Charles Louis de Secondat, barón de Montesquieu (1689-1755), fue invitado por D’Alembert a escribir los artículos sobre Democracia y espotismo, pero el ensayista se excuso con cortesía, escaldado aún por la condena a su magistral El espíritu de las leyes. Propuso a cambio el Ensayo sobre el gusto, pero a su muerte quedó inconcluso.
Con el apoyo de la embajada de Francia, un sello porteño ha reimpreso esta gema diminuta. La edición es digna, incluye notas minuciosas y ubicuas, pero -¡ay!¡-carece de prefacio. ¿Qué mezquina razón ha sentenciado a muerte en la Argentinael arte del prólogo exquisito?
De una manera analítica y positiva, Montesquieu procura, según sus propias palabras, examinar el alma humana, estudiarla en sus acciones y sus pasiones, indagarla en sus placeres. El resultado es un delicioso texto que se lee con provecho y agrado. Como meditación de estética literaria no ha perdido frescura. El capítulo sobre el no sé qué es insuperable.
El sabio de La Brède espeta sin rodeos que en una obra donde no exista ningún orden el alma se ve humillada por la confusión de las ideas. Si no hay variedad; languidece. Aconseja introducir contrastes en las actitudes, sobre todo en escultura. Y recuerda al artista que basta que una cosa nos sorprenda para provocar placer pero que nos sorprenda justo en la medida en que debe hacerlo, ni más ni menos.
Guillermo Belcore

Publicado en el Suplemento Cultural del diario La Prensa

CALIFICACION: Bueno

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