lunes, 19 de mayo de 2008

Contra el estado de Israel. Historia de la oposición judía al sionismo


Yakov Rabkin­
Editorial Martínez Roca. Ensayo de 394 páginas. Precio aproximado: 50 pesos.

Este libro quema los dedos. En nombre de la Torá y la tradición, un erudito -un hombre piadoso- sostiene que Israel y el pueblo judío son dos conceptos totalmente diferentes. El sionismo, incluso, puede que sea un cisma, o bien un foco de identidad independiente como la cristiandad. Feas palabras circulan por las páginas: abominación, herejía, religión sin Dios, idolatría. Empero, es un ensayo obligatorio para el experto y una obra esclarecedora para el público corriente. Es una prueba cabal, además, de la belleza del pensamiento y la religión hebrea.

El señor Yakov Rabkin (foto) es catedrático de Historia en Montreal y un estudioso de los textos sagrados. Su palabra es convincente en líneas generales, aunque su apasionamiento desemboca a menudo en la exageración y el idealismo. Procura dar voz a una corriente minoritaria del judaísmo, pero respetable y antigua. Trae a rabinos y pensadores eminentes en su respaldo, que parten de una angustia: ¿Cómo interpretar el retorno de los judíos a la Tierra de Israel antes de los tiempos mesiánicos?

Su conclusión es que el Estado sionista es el fruto de ideologías sacrílegas, como el nacionalismo a lo Mussolini o el socialismo de cuño soviético. Ruptura en lugar de continuidad. El nuevo hebreo que ha surgido del esfuerzo de Ben Gurión y su prole es la antítesis de todo lo que la Torá inculca al creyente. Es un altivo militarista que coloca la posesión de la tierra en el centro de su identidad histórica. No sólo se ha transformado en una calamidad para los árabes, sino también para los propios judíos de la diáspora. Lo probarían los atentados en Buenos Aires. Lo mejor, insiste, sería desmantelar “el último estado colonial del planeta”, a quien compara con los boers o los pied noirs.­

La obra, traducida a varios idiomas, bulle de advertencias metafísicas. El capítulo sobre la Shoá llega al punto de interpretar a Hitler como un agente del castigo divino. Demasiado, ¿verdad?­

Guillermo Belcore­

Publicado en el suplemento cultural del diario La Prensa.

Calificación: Bueno

PD: La celebración del sesenta aniversario de la creación del Estado Israel, sospecho, indujo a Planeta a traer este libro en la Argentina. Rabkin visitó, incluso, la última Feria del Libro en Buenos Aires. Los grandes medios le prestaron atención. Confieso que tengo cierto malestar con sus ideas, pues, de alguna manera, respalda argumentos de antisemitas notorios como el presidente de Irán. Pero Rabkin es un pensador honesto y bienintencionado. Merece ser escuchado.

4 comentarios:

  1. Realmente es muy bun libro, pues cierto es que Judaismo y Sionismo son para los verdaderos creyentes dos fuerzas opuestas, el sionismo contradice en todo a la Tora. Sin embargo la ultima parte de que Hitler es un castigo divino, no deja de ser idealista, asi como lo que se llama antisemitismo, este fenomeno fue creado simple y llanamente por los judios "capitalistas" para protegerse de cualquier critica a sus actos (barbaricos, como estado, no como pueblo), idealista como que el comunismo fue financiado por los mismos Judios POtentados como Rotschilld quien sustento economicamente a Mark,. Aquel Judios o quien practique el Judaismo no puede llamarse simpatizante del Sionismo, pues la prueba esta en que primero consulte que opinaba Theodor Herztl sobre la vida religiosa. En sintesis me parece un libro retador para liberar muchas mentes tanto en contra como a favor de Israel.

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  2. Estimado señor:
    Le agradezco su aporte. Coincido en que es un libro valioso, aun en sus errores. En la Argentina, el ensayo ha pasado prácticamente inadvertido. Me pregunto por qué la comunidad judía, tan injustamente golpeada en nuestro país, ignoró a Rabkin.
    G.B.

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  3. ¿Cómo tomar en serio el comentario de alguien que escribe "Mark" para referirse a Marx?
    Sinceramente, la moderación de comentarios - si es la política del sitio - debería ser más estricta con semejantes ignorantes.

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  4. Estimado señor Criminal:
    Nunca repudiaré un aporte bien intencionado por un error de tipeo.
    Mis respetos
    G.B.

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