sábado, 27 de junio de 2009

Viaje al Río de la Plata

Ulrico Schmidl­

Claridad. 319 páginas. Edición 2009. Crónicas.­
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Sin duda alguna, la comodidad estropeó al género humano. Hoy hasta un resfriado nos tumba. Hombres de acero eran los del siglo XVI. 


El alemán Ulrico Schmidl vino en 1534 con Pedro de Mendoza a fundar Buenos Aires. Integraba una legión de arcabuceros rubios que escoltó una expedición de dos mil quinientos fieros colonos de su Césarea Majestad. Gastó veinte años en América. Guerreó mil veces con los aborígenes. Amarrado a un mástil, sobrevivió a un naufragio en el Río de la Plata. Pasó semanas enteras con el agua hasta la cintura en infectos pantanos entre el Paraguay y el Perú. Masacró, sin remordimiento alguno, a mujeres y niños. Resistió a pie firme un “hambre sin nombre”. Se sublevó contra el inútil de Alvar Núñez Cabeza de Vaca. Acopió esclavos y disfrutó de “indias muy hermosas y grandes enamoradas, muy corrientes y de naturaleza muy ardiente”. Persiguió el país de las Amazonas por sus fabulosas riquezas. 

Ulrico tuvo una suerte endemoniada. Por un pelo no abordó en Cádiz una nave que hizo añicos el mar embravecido. Ya en Alemania, narró su odisea con ingenuidad típica de la era, y con prosa seca y lacónica. Falleció en su cama y legó a la diosa literatura las primeras crónicas de este hermoso país que conocemos como Argentina. El libro estuvo olvidado por dos siglos y medio.

Un sello de la Patria ha juzgado oportuno acercarnos aquel viaje tremendo al Río de la Plata. Reimprimió la edición publicada en 1903 por Cabaut y Compañía. Incluye notas biográficas y bibliográficas de Bartolomé Mitre, comentarios del traductor Samuel Lafone Quevedo y una serie de cartas de la época de Carlos V. El volumen es en sí un documento muy interesante, pero no hubiera venido mal incluir algunos mapas y, sobre todo, un prólogo que actualizara el conocimiento sobre Ulrico Schmidl. La molicie también ha rebajado la calidad de la edición literaria.­
Guillermo Belcore
Publicado en el suplemento de Cultura del diario La Prensa el domingo 28 de junio.

Calificación: Bueno


PD: Si yo fuese escritor, tomaría como punto de partida estas crónicas para forjar una vibrante novela histórica, desbordante de sucesos. Estuve pensando cuál de las plumas de mi patria podría acometer semejante tarea. Ojalá que no sea Aira o Andahazi, me dije con un escalofrío.

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