martes, 1 de septiembre de 2009

Rubem Fonseca en Lomas de Zamora

La ganga I

Me encantan las incursiones en las librerías del conurbano profundo. Me han permitido atesorar gemas a un valor irrisorio. Di un vistazo ayer a El Aleph de Lomas Zamora. No me defraudó.

Usufructué mi anteúltima mañana de vacaciones en ir a leer a uno de los ambientes más placenteros que conozco: la confitería Pertutti de Las Lomitas, dos o tres manzanas chetonas que prosperan cerca de las estación de ferrocarril. Me ubique en el espléndido salón vidriado que linda con las calles. Afuera, llovía con ganas. El viento se ensañaba con los árboles. Encargué café con leche y tres facturas (viene con un jugo de naranja diminuto y un vaso enorme de agua con hielo). Y me sumergí en el conmovedor final de la obra maestra del Brasil. Ya les he hablado de Gran Sertón: Veredas. Sólo quisiera añadir -ahora que la he concluido- que se trata de una de las mejores novelas que leí en mi vida. Sí el edificio donde vivo se incendiara, sería uno de los cuatro o cinco libros que intentaría rescatar.

Dos horas después, hice una visita de cortesía al local de El Aleph en Laprida (la peatonal) al 200. Se trata de una ubicua cadena del conurbano. Descubrí que liquidaban obras de la editorial Norma. Qué raro. Desdeñé una novela del mexicano Guillermo Arriaga (le leí El búfalo de la noche y me pareció lamentable) pero me enganché con Mandrake, la Biblia y el bastón de Rubem Fonseca, un narrador brasileño tan divertido como sagaz. Lo compré. ¿Precio? ¡¡¡Seis pesos!!! Quién dijo que la buena literatura es cara.
G.B.

2 comentarios:

  1. Amigo, me alegro que hayas conocido ésa librería. Yo tengo una en mi barrio de la misma minicadena y siempre encuentro lo que busco o me lo traen. PPero lo más interesante es que el papá al igual que el hijo, que son los dueños, han leído casi todo lo que venden,al menos saben de que se trata.
    Es muy bueno poder leer tu Blog.

    ResponderEliminar