domingo, 2 de mayo de 2010

Aurora boreal

Asa Larsson
Seix Barral. Novela policial, 383 páginas.

En verdad, uno sólo le suele prestar atención a lo desconocido, lo raro. Y muy pocos lugares del mundo procesan hoy los conflictos de manera más distinta a la desaforada Argentina que la ecuánime Suecia. En la patria del vikingo, se respetan los derechos constitucionales, la sociedad abomina de la evasión fiscal, los policías son decentes y al funcionario abusón se le pueden parar los pies amenazándolo con una denuncia ante el defensor del pueblo o con un chisme a la prensa. Por la extravagancia y, claro, por una mínima calidad narrativa, la novela negra de Escandinavia se puso de moda. Después de Henning Mankell y Stieg Larsson, llega al español, Asa Elena Larsson (1966), elegante y amena feminista.

La ’story’ transcurre más allá del Círculo Polar Ártico, en la ciudad minera de Kiruna. Los de Estocolmo hablan de la Laponia sueca como de “allá arriba”. Los lugareños sostienen que cuando el termómetro marca quince grados bajo cero “no hace tanto frío”. Hay seis mil lagos en el Municipio y los cielos tienen auroras boreales como serpientes, noches eternas (entre el 13 de diciembre y el cinco de enero) y sol de medianoche (30 de mayo al 15 de julio). Se cultivan setas a quinientos metros de profundidad. De sólo pensarlo, da escalofríos.

El meollo en la primera novela (2003) de la señora Larsson es el asesinato ritual de un profeta evangelista sobre la alfombra de la más influyente iglesia citadina. Su hermana Sanna -algo majareta- se convierte en la principal sospechosa. Pide auxilio a una amiga de la infancia: la abogada tributarista Rebecka Martinsson, quien sólo cuenta con la buena voluntad de una detective embarazada para descifrar una maraña sórdida de sexo, dinero y familia. La urdimbre es verosímil (usa mucha información de primera mano) y la intriga está bien dosificada. Más importante que la acción (la trama ocupa sólo siete días), es la psicología de los personajes. La prosa no es nada del otro mundo, pero como entretenimiento de género resulta francamente exótico.
Guillermo Belcore
Publicado hoy en los suplementos de Cultura de La Prensa y La Capital de Mar del Plata.

Calificación: bueno

PD: Insisto en un punto: es un buen entretenimiento, no ficción de calidad.

2 comentarios:

  1. me gustó mucho a mí también. leí también los dos siguientes: esa Rebecka Martinsson es un personaje interesantísimo.

    ResponderEliminar
  2. Sra. Gabrielaa:

    Sí, es verdad. Creo que hay un punto que debería haber destacado en la reseña. Larsson tiene talento para construir personajes verosímiles, cercanos a nosotros, con las mismas flaquezas y dudas morales que tendríamos en una situación extrema semejante. ¿Debo matar a un canalla para proteger a dos niñas?, se pregunta Rebecka. Los caracteres de la novela siempre dan la sensación de ser de carne y hueso. Esto es una gran virtud narrativa. No es tan fácil, me parece, la verosimilitud literaria.

    Gracias por escribir
    G.B.

    ResponderEliminar