martes, 31 de julio de 2012

Mi madre


George Bataille

Tusquets. Novela inconclusa. 144 páginas. Edición 2010


De George Bataille (1897-1912) se ha dicho lo mismo que de Arthur Miller: usó la obscenidad como técnica para horadar el lenguaje y la cultura burguesa. Referencia insoslayable cuando se teoriza sobre el erotismo, el metafísico del mal ha dejado huella en pensadores de la talla de Lacan, Derrida y Foucault; Sartre, no obstante, lo despreciaba por "su tendencia al misticismo". Bataille, quien afirmaba que los burdeles de París eran sus iglesias, produjo novelas, además de festejados ensayos. El manuscrito de Mi madre fue encontrado, ¡­ay!, sin acabar y sus pulir entre los papeles del literato a la muerte de éste. Ahonda lo que llamaba "el tema decisivo de lo prohibido y la transgresión''.

Básicamente, se trata de una novela de ideas con fuerte erotismo (siempre de buen gusto), infestada de declaraciones altisonantes y esculpida en estilo tardorromántico. Pierre relata la desintegración de su carácter, desde la beatería hasta el incesto, a través del sendero de las orgías. Es la aniquilación del individuo racional, el grito de placer en un mundo ateo. Bataille ofrece una de las interpretaciones posibles de Nietzsche, donde lo dionisíaco es la santificación del goce carnal y lo apolíneo, la aburrida "paciencia de los que esperan que la muerte los ilumine''. Vale decir, juergas vs. el mundo del trabajo. Al final del camino de las terribles voluptuosidades está, ­¡cómo no!, la parca.

La figura del libertino es viejísima en las letras galas. Hoy, que tenemos la sensación de que todo se ha pasado de rosca, no asusta a nadie. Es un fantasma inofensivo, bello y anacrónico. La novela, esa cosita rara, no carece de interés; ofrece, incluso, una delicada poética. La prosa corrobora que Bataille podía escribir con claridad. Concluimos entonces que presentar ideas de manera confusa es la peor perversión de los pensadores franceses.
Guillermo Belcore
Publicado en el Suplemento de Cultura del diario La Prensa.

Calificación: Bueno

2 comentarios:

  1. Conozco al Bataille de El erotismo, un libro que solo entendí a momentos. Desconfío de una novela cuya propuesta se fundamenta de algún modo en una serie de premisas filosóficas masticadas por el propio novelista. ¿Se nota eso en el libro? José Ovejero dice que Bataille no es buen novelista, que es muy atrevido pero que cae con frecuencia en los clichés de la narrativa erótica (los amantes siempre gimen, siempre sudan, siempre tienen perlado el cuello, siempre llegan al orgasmo al mismo tiempo, etc.). ¿Será cierto?

    Es la primera vez que escribo en su blog, Guillermo, al que encuentro muy útil y no menos inteligente. Vamos, que le creo casi con los ojos cerrados cuando dice que tal o cual novela es buena.

    Por cierto, gracias a su blog leí Delirio, del buen Grossman. Una de las mejores novelas que he leído este año. Ni más ni menos.

    Saludos.

    Donardo.

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  2. Querido Donardo:

    Muchas gracias por sus palabras. El empujoncito para seguir nunca está de más.

    Con respecto a Bataille, creo que la narrativa erótica es, por su propia naturaleza, aburrida. Las permutaciones son muy limitadas y la adhesión al lugar común es inevitable, como notaba en un ensayo memorable George Steiner.

    Puede que "Mi madre" en su momento haya resultado atrevido, hoy es pueril. El libro está bien escrito, la prosa es clara, el desenlace quedó trunco. Los contenidos filosóficos, en mi modesta opinión, son un valor agregado. Pero no es una obra trascendente. Una rareza, nada más. Yo nunca me lo hubiera comprado (bueno, sí, en una mesa de saldos).

    Un abrazo

    G.B.

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