lunes, 22 de abril de 2013

Planet

Sergio Bizzio

Sudamerica. Novela. Edición 1998


El planeta Planet es ciento cincuenta veces más grande que la Tierra pero es liso como hoja de papel; carece de espesor, como todos sus habitantes. Hace siglos que los planetenses no tienen un Presidente o un Primer Ministro. Odian a los políticos. Sólo dos personas tienen poder real: los dueños de los dos canales de televisión que compiten ferozmente por la audiencia. Cada canal emite su propia telenovela de diez horas de duración. A los zares de la TV se le ocurrió una idea atrevida: formar un elenco con actores de otros mundos. Comandos intergalácticos llegaron así a la Argentina para secuestrar así a dos estrellas de la pantalla chica (Gustavo Denis y Osvaldo Kapor). Si bien el público los adoró desde un principio, las avivadas de los argentinos desencadenaron una serie de acontecimientos colosales que concluyen con la destrucción del idílico planeta. Así somos los argentinos: estragamos casi todo lo que tocamos.

He aquí el simpático argumento que el polígrafo Sergio Bizzio (Villa Ramallo, 1956) escribió hace unos quince años. Es el segundo libro que le leo a Bizzio (pinche aquí) cuyo propósito -bien logrado por momentos- es mofarse del retonto mundillo de la televisión. El tipo conoce el paño. También recibe justos garrotazos el elusivo concepto de la argentinidad, la que en una aproximación de entrecasa podríamos definir como conjunto de taras profundamente arraigados que han convertido a un país sudamericano en un experto en despilfarrar oportunidades ante la mirada azorada del resto del mundo.
 

Planet (la obra, no el planeta) viene esmaltada con algunos giros desopilantes, no muchas en realidad. Puede que la escritura pretenda ser tanto sátira social como parodia de la literatura fantástica, pero me parece que el estante apropiado para ubicarla es el de las novelas de aventuras. Ciertos pasajes inspirados tienen un aire de los artilugios de Jonathan Swift, pero esa sensación se termina desinflando. Existe un arte y una poética, siempre me ha parecido, en la elección que hace el literato de los nombres de sus creaturas. Hay nombres, diría Borges, que son arquetipos de la cosa, (“En las letras de rosa está la rosa/Y todo el Nilo en la palabra Nilo“). Es quizás el caso de Don Quijote. Hay otros que son metáfora; otros rezuman ingenio de alto o escaso vuelo. Delatan, en todo caso, la calidad del escritor. Bizzio llama a un comandante guerrillero de cotillón Marcos Sábato.  Otros personajes son, literalmente, deliciosos: Cabsha, Vauquita, Bisnike, Bubbaloo, Sugus. Naturalmente, el modesto ardid solo puede entenderlo en un compatriota de nuestra era. Es ésta, justamente, una virtud de la trama: funciona como atento registro del habla de los argentinos.
 

Planet se lee de un tirón, con una sonrisa en los labios o con pavor ante un par de tremendas escenas de tortura. Se disfruta el loco mundo de fantasía que Bizzio ha concebido. No es Alta Literatura, pero está bien para matar el tiempo.
Guillermo Belcore

Calificación: Bueno


PD: En un reportaje (pinche aquí), Bizzio revela que varios amigos se le acercaron en su momento para decirle que Planet era una porquería. Cuestión de gustos. A mí me alegró un fatigoso viaje en ómnibus hasta Foz do Iguazu (¡mil trescientos cincuenta kilómetros desde Buenos Aires!).

PD II: Ericz, factótum de uno de los más interesantes y honestos blogs literarios, reprobó sin paliativos la novela. Sugiero dar una mirada a esto: http://ininteresante.blogspot.com.ar/2007/06/sergio-bizzio-planet.html

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