domingo, 3 de julio de 2016

Mujer bajando la escalera

Por Bernhard Schlink Anagrama. 247 páginas, Novela, edición 2016


Ante una propuesta tan enclenque como la que acaba de llegar desde Alemania, el lector de fuste no puede sino añorar la pesada y compleja maquinaria de la novela total a lo Thomas Mann o Gunther Grass, rebosante de historia, filosofía y profundidad psicológica. La obra más reciente del juez Bernhard Schlink (Bielefeld, 1944) es todo lo contrario. Literatura inane, etérea, insustancial. La escasa ambición la condena.

Confiesa el autor que un cuadro de Gerhard Richter titulado Ema. Desnudo en la escalera, inspiró la trama. Tres hombres (un abogado, un pintor y un magnate) se obsesionan con una mujer joven. Hay un cuadro que la retrata como vino al mundo y una treta de la muchacha para robarlo. Hay una traición por triplicado. Estamos en Frankfurt. En la segunda parte, volamos a Australia. Reaparecen la pintura y su musa cuatro décadas más tarde. La psicosis masculina permaneció intacta. Al fin y al cabo, son alemanes, gente con ideas fijas.

El tema de fondo es, por enésima vez, la denuncia de que la vida auténtica no es la de la oficina, el supermercado, la esposa y los hijos, el abono a la ópera. La liberación está en algún paraíso natural del hemisferio sur, con una chica extraordinaria. Es el mito clásico del ciudadano europeo, próspero y hastiado de la civilización; a esta altura, un cliché posmoderno que suele estragar las narrativas.

Cuando la falta de originalidad se expresa sin vuelo ni belleza, por medio de personajes planos, en un texto trozado en cien capitulitos sin ton ni son, la consecuencia no puede ser otra que el tedio, gris y frío como el otoño de 2016. El sello editorial, no obstante, demuestra en la contratapa que la prensa alemana cubrió de elogios a la pequeña novela. Puede que el amiguismo, el perjurio, la cobardía y el esnobismo no sean vicios exclusivos de la crítica argentina.
Guillermo Belcore
Publicado en el Suplemento de Cultura del diario La Prensa.

Calificación: Malo

2 comentarios:

  1. Jamás entendi que es lo que gusto tanto de "El lector" (¿será que el sentimentalismo barato siempre paga?), a mi me parecio aburridisimo.

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