viernes, 1 de febrero de 2008

El terror nazi

Eric Johnson
Editorial Paidós. Ensayo. Edición de 2002. Precio aproximado: 44 pesos.


En un poema sublime, Borges conjeturó que el nombre puede ser arquetipo de la cosa. En la palabra Gestapo, sin duda, está encerrado lo peor del siglo XX. La policía secreta de Hitler fue el cerbero que exterminó a la oposición izquierdista, los clérigos inclaudicables y los enemigos inocentes de esa satánica voluntad de pureza. ¿Quiénes eran esos hombres-bestia que ejecutaban órdenes inauditas? ¿Por qué pudieron hacer lo impensado? Este libro minucioso y de fácil lectura ofrece respuestas precisas.
Eric Johnson dedicó a la investigación y redacción una década de su vida. Leyó miles de expedientes de los años infernales. Entrevistó a centenares de octogenarios que abrieron su alma y su memoria. El resultado es excelente, una pintura detallada de la contribución de los individuos -los oficiales de la Gestapo y los ciudadanos corrientes- y de la sociedad en su conjunto a la política de terror de una ideología depravada.
Acorde al espíritu de la época, el autor parte de lo particular para luego trazar conclusiones generales. Pone bajo el microscopio, con generosa documentación, tres municipios de la Renania (Colonia, Krefeld y Bergheim). Y relata decenas de casos conmovedores, como la del jesuita Josef Spieker, un santo, perseguido por los nazis y luego marginado por la madre Iglesia.
El honesto historiador estadounidense esboza un puñado de conclusiones: La barbarie nazi no fue indiscriminada. Millones de alemanes sabían que se estaba perpetrando el Holocausto. El silencio no se debió al antisemitismo, sino a una mezcla de cobardía, despreocupación moral por quienes eran vislumbrados como extraños y sometimiento servil a la autoridad. Hanna Arendt se equivocó: los esbirros de Satán nunca fueron banales.­

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Guillermo Belcore­


CALIFICACION: Bueno

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