Editorial Urano. Libro de autoayuda, 206 páginas. Edición 2007.
Una insidiosa fantasía gnóstica inspira este best-seller: existe un secreto eterno que abre las puertas del poder y la gloria y unos pocos iniciados lo conocen. Esa revelación aporta felicidad en todas las áreas de tu vida. Una productora televisiva de Australia asegura haberlo encontrado por casualidad. Pague usted lector argentino cerca de 100 pesos y se lo enseñará.
En Estados Unidos, Rhonda Byrne (foto) colocó más de ocho millones de ejemplares. En la Argentina, está clavado desde diciembre en el ranking de los más vendidos. No pecamos de indiscretos si decimos que el Gran Secreto es la ley de atracción, a la que se le atribuye la misma eficacia que a la ley de gravedad. Atraemos lo que pensamos. Debes enfocarte en lo que quieres de todo corazón. Puede que haya un punto de verdad en esto, pero esta obra -bellamente editada- lo estira hasta el absurdo de considerar que un pensamiento se materializa en objetos por arte de magia.
El batallón de inspiradores que moviliza la autora para defender su tesis sostienen argumentos que violan, con toda impunidad, los principios de la lógica y el sentido común. Apelan al viejo truco de la física cuántica. En la página cincuenta y nueve se afirma que la comida no es la responsable de que uno engorde. Un poco más allá, el señor David Schirmer, “maestro y especialista en creación de riqueza” asegura que El Secreto le permite encontrar un lugar para estacionar en un shopping un domingo a la tarde. “Al igual que Aladino, la ley de atracción te concede tus deseos”, repiquetean las páginas.
Así hasta el final. Puede que libros como éste, que nos consuelan arrullándones con el matra de que cualquier poligrillo puede dominar su propio destino, sirvan para mejorar la autoestima de algún lector. Ojalá que sí. Lo triste, en todo caso, es que el pseudomisticismo se pone al servicio de la codicia. "Visualiza que te llegan cheques por correo", se recomienda en la página ciento trece. Seréis como dioses sólo para enriquecerte, es la patética enseñanza de un texto que, ¡caray!, se vende como pan caliente.
Guillermo Belcore
Calificación: Malo
PD: El libro proviene de un documental que filmó la señora Rhonda Byrne con personalidades (gurúes de autoayuda, bah) que conocen El Secreto. ¡Ya está a la venta la versión pirata en el Parque Rivadavia!
En Estados Unidos, Rhonda Byrne (foto) colocó más de ocho millones de ejemplares. En la Argentina, está clavado desde diciembre en el ranking de los más vendidos. No pecamos de indiscretos si decimos que el Gran Secreto es la ley de atracción, a la que se le atribuye la misma eficacia que a la ley de gravedad. Atraemos lo que pensamos. Debes enfocarte en lo que quieres de todo corazón. Puede que haya un punto de verdad en esto, pero esta obra -bellamente editada- lo estira hasta el absurdo de considerar que un pensamiento se materializa en objetos por arte de magia.
El batallón de inspiradores que moviliza la autora para defender su tesis sostienen argumentos que violan, con toda impunidad, los principios de la lógica y el sentido común. Apelan al viejo truco de la física cuántica. En la página cincuenta y nueve se afirma que la comida no es la responsable de que uno engorde. Un poco más allá, el señor David Schirmer, “maestro y especialista en creación de riqueza” asegura que El Secreto le permite encontrar un lugar para estacionar en un shopping un domingo a la tarde. “Al igual que Aladino, la ley de atracción te concede tus deseos”, repiquetean las páginas.
Así hasta el final. Puede que libros como éste, que nos consuelan arrullándones con el matra de que cualquier poligrillo puede dominar su propio destino, sirvan para mejorar la autoestima de algún lector. Ojalá que sí. Lo triste, en todo caso, es que el pseudomisticismo se pone al servicio de la codicia. "Visualiza que te llegan cheques por correo", se recomienda en la página ciento trece. Seréis como dioses sólo para enriquecerte, es la patética enseñanza de un texto que, ¡caray!, se vende como pan caliente.
Guillermo Belcore
Calificación: Malo
PD: El libro proviene de un documental que filmó la señora Rhonda Byrne con personalidades (gurúes de autoayuda, bah) que conocen El Secreto. ¡Ya está a la venta la versión pirata en el Parque Rivadavia!
El libro es malo en todos los sentidos. Se ha creado bajo una serie de reglas de márketing universales que funcionan muy bien para vender. (Observar todo el proceso que ha realizado el libro sí que le será de ayuda al que quiera colocar un producto en el mercado: fases de tiempo, audiovisual, las personas implicadas en el proyecto, etc.).
ResponderEliminarEl contenido del libro ni es de autoayuda ni revela nada de nada.
La psicología ya constató, hace tiempo, que visualizando e imaginando con todos los sentidos lo que deseamos, activamos zonas de nuestro cerebro que nos encauzarán mejor hacia el objetivo -por la simple naturaleza de nuestra mente y su capacidad de generalizar, eliminar y distorsionar...-. Estos procesos neurológicos básicos no es más que un entrenamiento mental que aplicamos todos los días, más o menos conscientes y con más o menos acierto. Así que de secreto y misticismos nada; pero claro, así no nos forramos haciendo un libro totalmente vacío.
Estimado Señor:
ResponderEliminarEstoy totalmente de acuerdo con su comentario. Pero la pregunta maldita sigue en pie: ¿por qué esta clase de bazofia pretenciosa se vende como pan caliente? Acaso, a mucha gente le encanta ser engañada.
Mis respetos
G.B.