martes, 21 de abril de 2009

Villa Medea

Cristian Mitelman
Cuadernos del Odiseo. Cuentos, 134 páginas. Edición 2007

Se dice que Eurípides fue sobornado por los corintios con quince talentos de plata para que los absolviera de su culpabilidad y escribiera que Medea, la embaucadora, mató a dos de sus hijos y que los demás perecieron en el palacio que ella había incendiado. El mito llegó a nuestros días e inspiró a uno de los cuentos que integra este agradable volumen. El profesor Cristian Mitelman (1971) lo revive con destreza en una villa de emergencia de Buenos Aires.

El primer libro de narrativa de Mitelman, profesor de letras clásicas en la UBA, incluye diez relatos cuya materia prima es también la desdichada historia argentina. Si alguien dice tu nombre refiere a una canallada perpetrada el 10 de mayo de 1982 cuando la aguas heladas del Atlántico recibieron en su seno al Crucero General Belgrano. Un rostro sobre las llamas relata el encuentro con un ahorcado en los bosques de Ezeiza, el día maldito que volvió Perón. Hay una historia de desaparecidos y una crítica lapidaria al falso sueño de seguridad que producen los barrios cerrados. La obsesión por divulgar mensaje, en este caso, rebaja la eficacia narrativa. Alguien vuelve, el más ambicioso de los cuentos, hubiera sido excelente si no se hubiera intentado decirlo todo. Definitivamente, los procedimientos oblicuos son los mejores.

Mejor logrado está Miserere. Mitelman demuestra aquí talento para retratar (y conmover con) la mísera humana y la humillación de estar vivo. La historia involucra a un mozo, una prostituta por necesidad y un anciano. Nos deja meditando sobre el poder salvífico del afecto. En Los pastos y la noche (horrible título), Villa Medea y Antes de la inundación se trabaja hábilmente la callada desesperación, esa que en un punto termina explotando.

El libro fue escrito en borgeano tardío. No está mal escribir bajo la sombra de un gigante, siempre que esto no termine opacando la propia voz. La prosa es minuciosa, elegante y hospitalaria. Sólo se imprimieron ciento cincuenta ejemplares de esta edición independiente. La calidad del conjunto favorece una segunda tirada más prolija.
Guillermo Belcore
Publicado en el suplemento de Cultura de La Prensa.

Calificación:
bueno

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