Encontré en un libro de Roberto Arlt (ver la entrada anterior) algunas espléndidas reflexiones. No han perdido un gramo de frescura. Copio dos:
1) “Que nuestros prójimos sean estúpidos no tiene nada de particular. La necedad es un estado común al género humano y no podemos criticarlo duramente por ello como no podemos criticar a una persona por no tener el color del cabello de un color que no nos gusta. Respetemos la necedad”.
2) “La pereza de nuestros intelectuales en un ambiente de perezosos ha llegado a atribuirle a la inteligencia condiciones de perpetuidad que no se le conceden a una máquina fabricada con materiales más resistentes que el cerebro. Este es el país de la gente que no renueva su vida y su inteligencia”.
Me sorprendió el desdén de Arlt, el humanista, hacia el negro estadounidense o africano. Todos tienen “jeta”, las mujeres parecen “hipopótamos”. En cambio, su sensibilidad vibra indignada por las tremendas desdichas de los campesinos santiagueños. ¡Qué contradicción!
G. B.
G. B.
Estimado Asterion: seguramente este respeto por las otras razas surge como necesidad de los nuevos tiempos. Algo relacionado con la DIVERSIDAD. No era comun o frecuente en la época de ARLT. De hecho....para muchos, aun es un sentimiento foráneo.
ResponderEliminarRecuerdo una frase que ayuda a explicar la idea. Cuando NUNCA había estado de moda, el magnífico LUCA...SE PELO. Hoy ser pelado...es algo cool. Antes de la moda, ser pelado era un castigo.
En definitiva, aunque suene mal...somos esclavos de las modas y los tiempos.
Mis saludos y respetos.
ALEJANDRO (desde Santiago de Chile).