sábado, 30 de octubre de 2010

Missing

Alberto Fuguet
Alfaguara. Novela, 386 páginas. Edición 2010.

Nunca es bueno conocer a alguien
fuera de tu mundo
a la larga la gente fina te toma como
turismo aventura
A. Fuguet


La perpetua modificación de la forma es uno de los dones sublimes de la novela. Véase, a modo de ejemplo, este documental novelesco. Quiere ser un alarde de originalidad y para eso ensaya un procedimiento que bien puede ser tachado de posmoderno: la yuxtaposición de elementos de diferente naturaleza. Encierra, entre otras cosas, un artículo periodístico, apuntes y notas en el curso de una investigación, material autobiográfico, el contrapunto con una psicóloga, una entrevista con un pariente, un largo relato en verso libre y primera persona, acaso lo mejor logrado del conjunto. El sello editorial nos jura que el libro le había fascinado a Fogwill.

Alberto Fuguet, ex niño terrible de la literatura chilena, ha decidido emular La invención de la soledad de Paul Auster o Mis zonas oscuras de James Ellroy. Es decir, escribió lo que él llama una crónica de familia. Su tío Carlos -un hippie, un ex convicto, ¿un perdedor?- cometió en 1986 una suerte de suicidio social, en Baltimore (Estados Unidos). Dejó de telefonear a sus padres y hermanos y las cartas comenzaron a ser devueltas. Simplemente, se lo tragó la tierra, pero lo tremendo es que también desde el otro lado nadie movió un dedo para rehacer la relación. En 2003, el escritor rastreó al bueno de Carlos y lo encontró. Acá narra esa pesquisa obsesiva y la singular historia de la oveja negra de una familia infeliz, como lo son casi todas.

Fuguet escribe muy bien, muy suelto, muy livianito. Hay pasajes, no obstante, cuya afectación los torna insoportables. Da la impresión de que sobreactúa y, además, abusa del recurso de intercalar frases en inglés. Lo más notable -como se dijo- son las casi ciento ochenta páginas en verso, en las que el Tío Carlos cuenta su vida. He aquí unos versos afortunados:

“Una familia te ata,
te vigila,
opina
te obliga incluso a pedir permiso,
si te matas, sufrirán,
si vas preso, sufrirán,
si no tienes hijos, sufrirán,
las familias no saben otra cosa que sufrir…”
Guillermo Belcore
Publicado en el Suplemento de Cultura del diario La Prensa

Calificación: Bueno

PD: En este blog hay un comentario de Cortos, libro de cuentos de Fuguet.

2 comentarios:

  1. Tal vez no leí con mucho detalle su blog, disculpe si es así, pero quería saber ¿usted no lee poesía?

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  2. Querida Inx:

    No, no leo poesía en forma sistemática. Tampoco teatro. Debería hacerlo, estoy seguro que hay allí un universo tan maravilloso como el que contienen los cuentos, novelas o ensayos.

    Mis fuentes de lectura son tres: los libros que me dan en La Prensa para reseñar, los que recibo en mi carácter de bloguero, y los que me compro. Este año sólo he adquirido un libro de poemas: Antología poética de Quevedo.

    Por lo demas, pienso que no tengo derecho a opinar sobre poesía en verso o sobre teatro, no conozco lo suficiente sobre sus elementos técnicos y su evolución histórica. Un formalista convencido como yo, quiere prestar la máxima atención a los procedimientos literarios, por eso, por mi vasta ignorancia, me autoexcluyo de la épica y la lírica.

    Gracias por preguntar. ¿Algún libro de poesía que gustes recomendar a los lectores del blog?

    Un abrazo
    G.B.

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