Milan Kundera
Tusquets. Ensayo en siete partes, en 202 páginas.
Milan Kundera tiene razón. La novela no es sólo una variante literaria. Es un arte sui generis, sin fronteras, con el propósito de llegar al alma de las cosas. Es la esfera privilegiada del análisis, la lucidez y la ironía. Tres hadas míticas se inclinan sobre su cuna: prosaica, cómica y épica. Es la divina alquimia que convierte el fango en oro. Su razón de ser es descubrir una porción de la realidad, mediante una perpetua transformación de la forma. Este sublime ensayo fundamenta la hipótesis.
Ya cumplidos hace tiempo los setenta años, Kundera se lanzó a reivindicar el legado de Cervantes. Hilvanó una verdadera filosofía de la novela, que nos conduce a meditar hasta el fondo sobre esa daga exquisita que ha rasgado cualquier telón de preinterpretación. El tono, no obstante, es pesimista. Sus buenas razones tiene.
Cada frase del ensayo ha sido pulida hasta que refulge. Kundera teoriza de la mejor manera: conservando celosamente su propio lenguaje, huyendo de la jerga de los eruditos como si fuera la peste. Desfilan pues Alonso Quijano, Fielding, Ana Karenina, Balzac, Musil, Broch, Gombrowicz, Emma Bovery, Sterne y el coronel Aureliano Buendía. Hay un párrafo de homenaje a Abadón el exterminador de Ernesto Sábato. Hay espléndidas digresiones: el puente plateado entre Europa central y Latinoamérica; la deletérea moral de archivo que cultiva la industria editorial; el papel de la necedad en la vida; el significado existencial de la burocracia.
Un hombre que lee -aislado y deslumbrado- una novela en su bar, su cama o su sillón es una imagen casi exótica para nuestra era degradada. El creador de, por lo menos, un clásico contemporáneo nos invita a volver a nutrirnos con el maná espiritual. Quizás nos hará mejores. Prost sentenció que todo hombre, cuando lee, es el propio lector de sí mismo.
Guillermo Belcore
Publicado en el suplemento cultural del diario La Prensa.
Calificación: Muy bueno
PD: Un regalo para tu alma. Si has experimentado con tantas cosas, por qué no probar con la gran literatura.
PD II: Podrás leer otra crítica francamente buena en
http://www.letraslibres.com/index.php?art=10599
Tusquets. Ensayo en siete partes, en 202 páginas.
Milan Kundera tiene razón. La novela no es sólo una variante literaria. Es un arte sui generis, sin fronteras, con el propósito de llegar al alma de las cosas. Es la esfera privilegiada del análisis, la lucidez y la ironía. Tres hadas míticas se inclinan sobre su cuna: prosaica, cómica y épica. Es la divina alquimia que convierte el fango en oro. Su razón de ser es descubrir una porción de la realidad, mediante una perpetua transformación de la forma. Este sublime ensayo fundamenta la hipótesis.
Ya cumplidos hace tiempo los setenta años, Kundera se lanzó a reivindicar el legado de Cervantes. Hilvanó una verdadera filosofía de la novela, que nos conduce a meditar hasta el fondo sobre esa daga exquisita que ha rasgado cualquier telón de preinterpretación. El tono, no obstante, es pesimista. Sus buenas razones tiene.
Cada frase del ensayo ha sido pulida hasta que refulge. Kundera teoriza de la mejor manera: conservando celosamente su propio lenguaje, huyendo de la jerga de los eruditos como si fuera la peste. Desfilan pues Alonso Quijano, Fielding, Ana Karenina, Balzac, Musil, Broch, Gombrowicz, Emma Bovery, Sterne y el coronel Aureliano Buendía. Hay un párrafo de homenaje a Abadón el exterminador de Ernesto Sábato. Hay espléndidas digresiones: el puente plateado entre Europa central y Latinoamérica; la deletérea moral de archivo que cultiva la industria editorial; el papel de la necedad en la vida; el significado existencial de la burocracia.
Un hombre que lee -aislado y deslumbrado- una novela en su bar, su cama o su sillón es una imagen casi exótica para nuestra era degradada. El creador de, por lo menos, un clásico contemporáneo nos invita a volver a nutrirnos con el maná espiritual. Quizás nos hará mejores. Prost sentenció que todo hombre, cuando lee, es el propio lector de sí mismo.
Guillermo Belcore
Publicado en el suplemento cultural del diario La Prensa.
Calificación: Muy bueno
PD: Un regalo para tu alma. Si has experimentado con tantas cosas, por qué no probar con la gran literatura.
PD II: Podrás leer otra crítica francamente buena en
http://www.letraslibres.com/index.php?art=10599
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