domingo, 8 de septiembre de 2013

El vizconde demediado

Italo Calvino

Siruela, Nouvelle fantástica, 92 páginas, Edición 2013.


Somos Jano. La mitad de nuestra naturaleza está abocada a una irreparable e insana crueldad. Es decir, a hacer el mal sin ninguna razón plausible. No todo es color negro, sin embargo. También tenemos un costado benévolo, con una ilógica preocupación por la felicidad ajena. Esas dos pulsiones conviven en la Historia y en el alma, pero la maldad absoluta y la virtud suprema resultan inhumanas por igual.

He aquí la enseñanza de una nouvelle que el enorme Italo Calvino (1923-1985) escribió hace cincuenta y ocho años. Constituye la primera parte de la popular trilogía Nuestros antepasados. Se emplea un truco volteriano: el autor cultiva la fábula fantástica para filosofar sobre el ser humano. La indagación, tan profunda como lúcida, se aligera por el inevitable fondo de picaresca que caracteriza a buena parte de la literatura italiana. Es una historia divertida. Así se explica Calvino: “Yo creo que divertir es una función social; encaja en mi moral… uno (el lector) compra el libro, le cuesta dinero, invierte su tiempo, se tiene que divertir”…

El libro narra pues las peripecias del vizconde Medardo de Terralba, una de las más nobles familias del Genovesado. En la guerra contra el infiel, un cañonazo turco lo partió en dos, de arriba a abajo. La mitad malévola, rugosa y fea como maracuyá de gaveta, vuelve a tomar posesión de su castillo. Perpetra todas las iniquidades posibles: condena a la horca a muchos, incendia propiedades y personas, recluye en un leprosario a su nodriza y vicemadre (sana), planea exterminar a los hugonotes, e intenta asesinar a su sobrino, justamente el narrador de la historia. Así las cosas, hasta que aparece la mitad buena del vizconde, que también termina repudiada por el pueblo sencillo. Se disputan una mujer; se baten a duelo.
 
Somos buenos y malos, concluye Calvino. Actuar solamente como un santo nos hace incompletos, deformes. Vagamos atormentados entre ansias opuestas. Así transcurre nuestra vida, entre caridad y terror.

Guillermo Belcore
Publicado hoy en el Suplemento de Cultura del diario La Prensa

Calificación: Bueno

Calificación II: Dos amigos de este blog, Marcos y Santi, consideran que este libro merece un Excelente.


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Estimado Guillermo, me parece que la calificación Bueno se queda corta como la novela.
saludos
Marcos Buchin

Santi dijo...

Coincido con Marcos. Tanto esta como El caballero inexistente son como mínimo Muy Buenas. En cambio, de El barón rampante no puede menos que calificarse como Excelente, si es que ese fuera el techo.

Guiasterion dijo...

Estimados:

Confío en su juicio. Añado su parecer, entonces.

G.B.