miércoles, 8 de abril de 2009

Asesinos

Autores varios.
Adriana Hidalgo. Cuentos. 619 páginas. Edición 2009.

Hay veces en que "el nombre es arquetipo de la cosa y en las letras de la rosa está la rosa". Es este caso, La sola mención de los autores incluidos en la antología denota la excelencia del volumen. Alvaro Abós ha realizado un trabajo estupendo, acaso con la única excepción de una fruslería indigna de Tolstoi. Compiló, con criterio amplio, cuarenta y cinco cuentos criminales, es decir cuyo tema principal es un homicidio, perpetrado por un perturbado o bien por el mayor asesino de todos los tiempos: el Estado. Los polemistas hallarán aquí argumentos de peso en contra de la pena de muerte, delineados nada menos que por Víctor Hugo (un fragmento de Los miserables), Turgueniev, Eca de Queiroz y Villiers de l’Isle-Adam.
Los relatos provienen del siglo XIX y las primeras décadas del XX, una época donde los argumentos se deplegaban sin rodeos ni ambigüedades y donde los retorcidos eran los personajes no el lenguaje. Imposible enumerar todas las gemas. Arthur Conan Doyle plantea la desaparición a plena luz del día de un tren expreso. Proust, con sus espléndidas digresiones, concluye que un parricida puede ser un hombre de espíritu esclarecido. Walt Whitman absuelve a un matador desesperado; Oscar Wilde, que tiene razón en todo, a un envenenador. Ambrose Biercie y Marcel Schwob demuestran que incluso se puede bromear sobre asuntos espeluznantes. De Quincey nos advierte que hay asesinos por voluptuosidad. Se puede morir por escuchar un conjuro (Gustav Meyrink) o por miedo al marido (Emilia Pardo Bazán).
El libro es valioso también porque azuza la curiosidad. Se reproduce el mejor capítulo de Crimen y Castigo. No faltará el lector inquieto que corra a buscar a Dostoievski. Asesinos revela que el Marques de Sade fue mucho más que pornografía. Y que Italo Svevo y Ricardo Guiraldes son autores ideales para abandonarse al goce de la lectura. Quien esto escribe ha descubierto gracias a Abós al compatriota Víctor Juan Guillot (1900-1940), narrador de una exquisita venganza. ¿Qué esperan loos sellos editoriales de la Patria para reimprimir Terror. Cuentos rojos y negros (1938).
Guillermo Belcore
Publicado en el suplemento de Cultura del diario La Prensa.

Calificación: Bueno
PD: Escribió el Marques de Sade: "¿Hay algo más feliz que pecar sin escandalizar al prójimo?". Tiene tanta razón. Hoy que se cultiva el exhibicionismo literario postulo que el vicio decente es el secreto.

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