Adriana Hidalgo. Novela policial, 316 páginas. Edición 2009.
El tiempo obra milagros. No sólo cura las heridas o aterciopela los vinos, también vuelve interesantes los libros malos. Es el caso de la novela que estrenó el genero policial en castellano. Si en los libros de hoy juzgamos intolerables el tratamiento melodramático, la intención edificante, la psicología de pacotilla o la candidez; en La huella del crimen esas lacras resultan encantadoras. En efecto, el tiempo obra milagros.
Un diario de Buenos Aires publicó La huella del crimen por entregas en 1877, según el modelo del folletín francés. Ahora, para júbilo de nuestro acerbo cultural, el sello Adriana Hidalgo la rescata del olvido. Su autor es Luis V. Varela (Raúl Waleis es un anagrama), típico hombre orquesta de la Generación del Ochenta. La edición viene enriquecida con notas y postfacio de Román Setton y dos ditirambos de amigos de Varela. El propósito del autor, según se explica, fue “coadyuvar a la educación moral de las mujeres y dilucidar algunos puntos de la ciencia jurídica”.
El libro narra el crimen de una joven y hermosa baronesa en los bosques de Boulogne. Varela, que en se declara discípulo de Emile Gaboriau, ha querido forjar una novela parisina. Investiga el crimen un podenco de buena casta, el comisario Andrés L’Archiduc, El Lince. Su admirable perspicacia, su lógica de acero prefiguran a Sherlock Holmes. Combina el método deductivo con la acción directa. La suave intriga se va transformando en denuncia social. Varela tenía una sana vocación reformista.
Como pintura de época, la novela también es atractiva. Descubrimos que hay nobles que participaron en la insurrección comunista, que el tétano se prevenía arrojando agua helada sobre una herida y que los porteños de fines del siglo XIX usaban una deliciosa muletilla del habla caribeña actual: “¿Cómo así?”.
Guillermo Belcore
Guillermo Belcore
Calificación: Bueno
6 comentarios:
Hola, siempre le leo porque me parece interesante su bitácora, en esta oportunidad quería rescatar que la editora Adriana Hidalgo parece que hace una buena labor, al menos cuando escucho un libro de ella parecen atrayentes, sería una suerte que se internacionalizara para obtener libros de su grupo editorial y corrobar lo que creo. Saludos.
Mario.
Estimado Mario:
Voy a escribir a la editorial, para hablarles de tu inquietud.
Un abrazo
G.B.
buenas noches, Guiasterion
estoy leyendo Christine Falls de Benjamin Black: excelente. una novela negra de las mejores: escalofríos, y sintaxis exquisita.
Querida Gabrielaa:
Sì, estimada, es una gran novela. George Steiner, nada menos, sentenció que Banville es el mejor estilista de la anglosfera. ¿La esta leyendo en inglés? Si es así, aprovecho para confesarle que admiró (y envidio) ese dominio de la lengua de Shakespeare que usted tiene.
Un abrazo
G.B.
PD: En este blog hay una reseña de "El secreto de Christine". Me pregunto si sería un abuso pedirle, Gabrielaa, unas poquitas lineas. Es decir, que enriquezca el comentario con su opinión cuando concluya la novela.
ah, Steiner. hace unos días leí The Portage to San Cristobal of A.H. que creo es su única obra de ficción: tremebundo. excelente.
Querida Gabrielaa:
Sí, es un gran libro. La exposición de la "realpolitik" de cada uno de los Estados involucrados en el asunto es brillante. ¿Y qué me dice de los discursos de A.H. y sus captores al final del libro? ¿No les parece extraordinarios?
He tratado de imitar a Steiner en un punto: todo esfuerzo crítico debe tender a la excelencia. Esa es mi premisa, aunque obviamente el resultado que he logrado dista años luz del maestro. Por lo que sé, Steiner ha publicado cuatro libros de ficción. Yo he leído dos. La novela (la única que compuso) que usted menciona y un volumen de cuentos (Año del señor, 1961) que no está, quizás, a la altura de lo que vino después.
Gabrielaa, usted me ha iluminado. En Eterna Cadencia me permiten escribir una columna quincenal que se titula "Reelecturas". Creo que la próxima versará sobre "El traslado a San Cristobal de A.H.". Allí, la espero para que sume alguno de sus agudos comentarios.
Un abrazo
G.B.
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