Diario de un lector apasionado XVI
Llegó, ¡por fin! A fines de agosto, arrellanado en una reposera del Recanto Hotel de Fox de Iguazu, en una tardecita con treinta grados de temperatura y mientras parloteaba en el árbol vecino el magnífico boyero cacique (foto), tropecé con la Gran Novela del Año, esa súbita aparición en el firmamento literario que, desde me dedico a la glosa profesional, nunca falta a la cita y me deslumbra por su originalidad, potencia estética y sabiduría. Estoy leyendo Contraluz del colosal Thomas Pynchon. Lo acompaño con el insuperable café brasileño, leche en xícara (¡qué bonita palabra!), pan de chocolate y queso (no tan delicioso como los quesos argentinos).
Contraluz, en realidad, data de 2006, pero recién este invierno boreal nos la acerca Tusquet. Voy por la página trescientos, por lo que estos garabatos tienen carácter provisional. Estoy fascinado. Si la obra no extravía su camino, deberé definirla como una de los mejores que he leído en mi vida. Es un Pynchon auténtico, es decir el producto de una inteligencia prodigiosa, una curiosidad insaciable y un finísimo sentido del humor. Mientras el sol escarlata (dicen que por la suspensión en el aire de partículas ferrosas) se hunde en la espesura, arribo a una conclusión temeraria: si el Borges más juguetón se hubiese animado a las novelas oceánicas, escribiría como Pynchon. Un alarde de erudición, un estilo sublime y la convicción de que la realidad entera no es otra cosa que una infinita biblioteca.
Contraluz tiene más de mil trescientas páginas. Nos obliga a replantear nuestra relación con la Alta Literatura. Es un texto para ser saboreado, no tragado. Slow reading. Me propuse leer entre cincuenta y ochenta páginas por día, nunca más. Incluso lo alternaré con otras lecturas. Que me esperen en La Prensa. No quiero perderme detalle, amigos, de una empresa con un ambición descomunal que en sus dos primeros capítulos ya ha parodiado, con desopilante eficacia, las novelas de detectives y de aventuras, las tramas del Salvaje Oeste, el folletín, a Poe y a Lovecraft. ¡Este tipo es increíble!, me escucha decir mi mujer a cada rato.
Contraluz desarrolla una trama caótica. Las peripecias de Los Chicos del Azar, una pandilla caricaturesca que se recorre el planeta en un dirigible alimentado con hidrógeno, parece ser el hilo dorado. Pero hay abundantes ramificaciones. Transcurre a fines del siglo XIX y -según he leído- llega hasta la Primera Guerra Mundial. Los personajes son fascinantes (obsérvense los nombres): el fotógrafo Merle Rideout, El profesor Heino Vanderjuice, el magnate Sacarsdale Vibe, el anarquista dinamitero Webb Traverse y sus hijos rebeldes, el investigador Lew Basnight, Pugnax, el perro sabio. Proliferan los puros objetos verbales (la traducción es excelente) y las invectivas anticapitalistas. ¡Se trata de la Gran Parodia Socialista! Pero atención: el pleno goce de la obra de Pynchon -como Borges decía de Kafka- puede anteceder a toda interpretación y no depende de ella.
Contraluz es un libro caro, pero realmente vale la pena. Al fin y al cabo, por qué debemos contentarnos con obras mediocres cuando el Arte más exquisito nos convoca a gritos. Es lo que he aprendido en más de tres décadas de lector voraz y asistemático. A no perder el tiempo. Como dicen por aquí, en esta lengüita del Brasil, “mono viejo no sube a palo podrido”.
Guillermo Belcore
4 comentarios:
Supongo que "El arcoiris de gravedad" será una cuenta saldada; si no, cuando termines con "Contraluz", corré a leer aquel libro. Saludos!
Este señor es increíble, no hay página que no tenga un deleite. Voy por la 600, saboreándolo como dices. También pensé en mechar otras lecturas, pero es dificil, no veo el momento de sentarme y disfrutar como pocas veces lo he hecho. Saludos!
Cuán dichoso sería yo si los dioses me concedieran la gracia de practicar una "slow reading" de 80 páginas por día... las ocupaciones de la vida diaria solo me permiten practicar un alocado "fast reading" de 25 a 30 páginas por día...que triste lo mío.
Bueno, perdón por el off topic y felicitaciones por el blog.
Saludos.
Hola Guillermo. Como estas? Nuevamente por aquí.
Aunque en este momento estoy por la mitad de 22/11/63 y todavia me espera "El adversario" de Carrere, cada tanto me meto en el blog y sigo leyendo reseñas.
La verdad es que tus palabras sobre "Contraluz" de Pynchon, me "cebaron" para salir a buscarlo.
Pero la verdad es que me da cierto temor. El año pasado leí de Pynchon "La subasta del lote 49" y la verdad, es que se me hizo denso y no entendí nada.
Por eso, mi temor de comprarme un libro de 1000 paginas.
Ojala me equivoque y le dé una nueva posibilidad.
Más ahora que con el inminente estreno de "Vicio propio" adaptado por Paul T. Anderson, quizas se venga una "pynchonmania".
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