Beatriz Viterbo - 138 páginas. Cuentos. Edición 2010. Precio aproximado: 50 pesos
Una profunda tristeza transmite el autor de esta peculiar colección de cuentos. Tristeza por vivir bajo un régimen caduco que reduce a las personas a números para controlarlas mejor. Tristeza por los días y días marcados por una ración de prisionero. Tristeza de quien se harta de ser razonable en un sistema envilecido.
Un sello boutique trajo a la Argentina a un buen exponente de la nueva camada cubana. Antonio José Ponte (Matanzas, 1964) se ha ganado el pan como ingeniero hidráulico, guionista de cine y profesor de literatura. Vive en Madrid desde 2006; los seis cuentos del volumen se ciñen al pequeño espacio de crítica que el castrismo al parecer tolera al literato profesional: registran las tremendas carencias materiales (como los apagones y la escasez de alimentos) y denuncian el paternalismo del Estado desde la perspectiva del asocial. Suponemos que Ponte ha cultivado con destreza la elipsis, por la misma razón de que Góngora retorcía el lenguaje; para confundir a la censura. Estamos ante una prosa muy rica y sugerente, hemingwayniana por momentos, incluso con un desfachatado fulgor poético. Como aquí: "En el blanco de Rusia de la piel de ella encontró un triángulo oscuro y en el triángulo oscuro una entrada. Durante un buen rato, ella lo llamo como si estuviera lejos. ¿De dónde vendrá uno cuando se viene?, preguntó al techo un rato más tarde".
El cuento que da nombre al libro retrata a un historiador caído en desgracia. Viniendo narra una vuelta desganada a Cuba después de estudiar cinco años en Rusia, donde había más libertad. En el frío del malecón delata la miseria generalizada. Una tirada del libro de los cambios llega a una sabia conclusión: "Quien descubre que todo es una gran habitación donde los cambios consisten solamente en giros, sufre una gran tristeza".
Guillermo Belcore
Publicado en el Suplemento de Cultura del diario La Prensa
Calificación: Bueno
PD: He pescado una entrevista muy inteligente que la profesora Teresa Basile le hizo a Ponte. Pinchá acá para leerla.
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