Qiu Xialong
Tusquets. Novela policial, 299 páginas. Edición 2014.
No es del todo cierto que el arte sea el paraíso de la libertad; la Alta Literatura tiene sus reglas. Por ejemplo, decirlo todo es ser aburrido (Voltaire, dixit). O los procedimientos oblicuos suelen ser más eficaces (lo estableció Borges). Obviamente, las dos premisas no se aplican en todos los casos, pero aquí queda en evidencia su valor. El profesor Qiu Xialong (Shanghai, 1953) ha querido denunciar la corrupción rampante que caracteriza al “socialismo con características chinas”, al tiempo que buscó rendir homenaje a esos valientes ciudadanos de Internet que se arriesgan a denunciarlo. Ese afán por el mensaje terminó ajando el relato policial.
En lo que podría ser su último caso, el inspector jefe Chen Cao investiga el supuesto suicidio de un pez gordo del Municipio de Shanghai, caído en desgracia por sus chanchullos en el mercado inmobiliario. La pesquisa atraviesa un campo minado, un colega de Chen es asesinado en el transcurso de la misma. Sin buscarlo, el detective-poeta se ve inmerso en una sórdida cuestión de Estado: ha llegado a un punto crítico la lucha de poder entre las dos facciones hegemónicas del Partido Comunista Chino. La verdad se esfuma como una anguila en el arrozal.
Es este último aspecto lo más interesante del libro. Qiu pinta un fresco muy realista de la China actual, de su régimen tan bizantino como feudal, así como de las transformaciones sociales que se rigen por el más crudo materialismo. Ese modelo autoritario con altísimo costo humano, que ensancha hasta la estratósfera las diferencias de clases, no parece un rival de talla para la democracia occidental, el menos malo de los sistemas de gobierno. La trama, por otra parte, está infestada de proverbios, bellas expresiones, elementos exóticos (desde la gastronomía a los rituales budistas) y poemas antiguos, estragados por una traducción sin gracia.
Guillermo Belcore
Publicado en el Suplemento de Cultura del diario La Prensa de este fin de semana.
Calificación: Regular
PD: La crítica diarista ha hecho picadillo este libro, incluso por malas razones. Leí a un insensato de suplemento dominical que se preguntaba cómo puede criticar al régimen chino alguien que vive en un país tan corrupto como Estados Unidos. No me pareció tan mala la novela, diré en su defensa. Es más, creo que resulta de utilidad para todo aquel lector, inexperto, que busque una mirada honesta de lo que es la China de hoy, en particular el siniestro "socialismo con características chinas".
1 comentario:
Esta muy buena la critica, yo desconosco el texto pero parece interesante la trama que cuenta ya que no da muchos detalles pero cuenta lo mas imortante.
Soy Agustina Lopardo, de 4to año del Colegio Santa Clara de Asis. Año 2016
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