Eterna cadencia. Ensayo de literatura. 236 páginas. Edición 2009.
Este ensayo no es para todos. Que quede claro de entrada. Es sólo para el lector erudito, que guste navegar en ese mar de los sargazos que es la filosofía francesa. Jacques Ranciere -un típico tardo marxista parisino- parte en busca de la esencia de la literatura y encalla sobre conclusiones confusas y difusas. Casi siempre se echa de menos un poco de claridad anglosajona. Pero la travesía es magnífica. Nos salen al paso los grandes de verdad: Volatire, Hegel, Flaubert, Mallarmé, Proust. Ellos, no el glosador, justifican el libro.
La pesada maquinaria de Rancière trabaja con la Historia. Comenta la evolución de la palabra literatura en las Bellas Letras de Francia. Describe un cambio de paradigma: el paso de un sistema de representación a otro donde el eje radica en la expresión. Juega a ser el conciliador entre el arte por el arte y arte como gesto social. Explora otra tirantez: la de la palabra y su espíritu. Celebra que la literatura sea un arte escéptico, incómodo con sí mismo. Recoge las esquirlas de la explosión romántica del siglo XIX. Alude a Borges. Como explorador de una tercera vía, empero, el libro es irrelevante. Concluye que la metáfora (el ejemplo es Proust) obra como puente entre dos poéticas contradictorias: la de la narración de los acontecimientos y la del despliegue del símbolo. Chocolate por la noticia. Si no lo hiciera, no sería metáfora.
Si bien Rancière no avanza un palmo en la resolución de la interminable querella entre los guardianes del arte y sus demitificadores, aporta algunos conceptos interesantes. Por ejemplo, define a la novela como "la anarquía del genero". Y al pasar rebaja al marxismo a la categoría ficcional de "desdoblamiento poético de todas las cosas". Con estos espléndidos juegos verbales se ha forjado, pues, un ensayo que se había publicado por primera vez en 1998. Acaso se asemeje a la Torre Eiffel: vano pero bello y de grandiosa estructura.
Guillermo Belcore
Publicado en los suplementos de cultura de La Prensa y La Capital de Mar del Plata, el domingo 22 de noviermbre.
Calificación: Regular
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