viernes, 21 de febrero de 2020

Zoografías. Literatura animal


Compilación Mariano García

Adriana Hidalgo editora. 

590 páginas

¿No escriben crítica literaria los burros?
 Heinrich Heine
La ciencia estima que hay sobre la Tierra 7,7 millones de especies animales, pero sólo un 12 por ciento han sido catalogadas. Algunos creen que, aún en el siglo XXI y en plena extinción global, nos aguardan sorpresas extraordinarias en los abismos oceánicos y en las selvas tropicales (¿el megaterio en la cuenca amazónica?).
También nos esperan bestias maravillosas en las páginas de la Alta Literatura. El catedrático, traductor e investigador del Conicet Mariano García (1971) revela cientos de ellas en un volumen que aquí venimos a recomendar: Zoografías. Literatura animal, de Adriana Hidalgo editora, un sello nacional que se ha especializado en magníficas antologías.
Ha recopilado García cuentos, poemas y fragmentos de novelas y ensayos de Occidente que atañen a esos seres con garras, alas, antenas o tentáculos, que la humanidad se ha obsesionado en martirizar. La pesadilla del animal es el ser humano, escribió Schopenhauer.
En boca de un oso, Heinrich Heine despotrica contra el supuesto dueño de la creación: "...¡Los derechos del hombre! ¿Quién se los ha concedido? Nunca la naturaleza, ella no es tan antinatural... Lleváis en alto la cabeza aunque en ella se arrastran bajos pensamientos... ¡Hijos míos! Guardaos de esos abortos lampiños. ¡Hijas mías! ¡No confiéis en ningún monstruo que lleve pantalones!"". Greta Thunberg no lo hubiera dicho mejor.
La selección de textos se ha efectuado con sabiduría y buen gusto, pero privilegiando los que ya no pagan derechos de autor. Desde Homero a Hebe Uhart, autora de la casa. ¿Por eso no está el tigre, sanguinario y hermoso, de Jorge Luis Borges? ¿Una antología sin nuestro mejor escritor? Olvido bestial. Pero aparece el otro gran cuentista de la Argentina: Antonio Di Benedetto. Felino de indias (1978) narra las peripecias de un gato y un lorito sobre el espinazo de la cordillera de los Andes, después de la muerte del mercader español que los llevaba en su séquito. Delicia de cuento.

MAESTRO DE LECTURAS

El método del fragmento tiene otras virtudes: ilustra y causa apetito. Verbigracia: después de concluir Conejo de George Eliot, el lector común siente que no puede dejar de leer algún día la novela Middlemarch, "uno de los mayores logros en el género de Inglaterra", nos dice una de las oportunas "Biografías" añadidas al final.
El profesor García obra pues como maestro de lecturas. Nos permite descubrir, entre otras gemas raras, que la más abyecta traición de la literatura argentina (y por partida doble) la ha confesado Lucio V Mansilla en el capítulo 62 de Una excursión a los indios ranqueles. Es imperdonable que le haya regalado su perro Brasil al indio maula Ramón.
Despide la selección cierto aroma a francofilia. Las Memorias de un cocodrilo de Emile Gigault de la Bédolliere son sublimes, al punto de la relectura. Las páginas de Honoré de Balzac sobre el raro amor de un hombre y una pantera en el Sahara nos colocan ante la terrible evidencia de la decadencia literaria de Francia. Los grandes novelistas hay que buscarlos en el siglo XXI no ya en París, sino en Nueva York, Los Angeles o donde sea que se haya escondido Thomas Pynchon.
Esperamos un segundo volumen con la presencia animal en la literatura de nuestra época. A guisa de aperitivo, Mariano García añadió un apéndice con sugerencias bibliográficas y complementos teóricos.

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