jueves, 27 de febrero de 2020

Justicia

Justicia

Friedrich Durrenmatt

Tusquets. Edición 2013. 215 páginas.


Inversamente proporcional a la opulencia y estabilidad de la admirable Suiza es su producción literaria. Casi nada ha llegado hasta nosotros. Carl Jung y Robert Walser en el siglo XX; y ahora Lukas Bärfuss, a quien le hemos elogiado dos novelas en este blog (1). Compárese esa indigencia creativa con la exuberancia de una Irlanda, muy pobre hasta anteayer.

Por ello, es una gratísima novedad el descubrimiento de un novelista suizo de fuste (al calor de la liquidación de inventarios de Tusquets en Buenos Aires, una de las maravillas del último año). Así pues, aquí venimos a recomendar, con todo entusiasmo, Justicia de Fiedrich Dürrenmatt (Konolfingen, 1921-1990).

El texto fue entregado por primera vez a la imprenta en 1985. El autor explica que le llevó casi treinta años completarlo. La trama es una obra de relojería en tres actos, los tres en rigurosa primera persona.

Los dos primeros redondean la confesión de un intento de asesinato; un abogado defensor, un borrachín especializado en putas y luego en pleitos campesinos, se sincera (¿o no?) con el fiscal. El epílogo es obra del editor de las dos primeras partes; nos revela -en un giro inusitado- las verdaderas motivaciones de otro homicidio, el que enloqueció al abogado dipsómano, el núcleo incandescente de la novela.

El drama se desarrolla en Zurich. De camino al aeropuerto con un ministro inglés que vuelve a casa, el consejero cantonal Isaac Kohler ordena detener su coche frente al restaurante Du Théatre. Irrumpe en la sala repleta de comensales y acribilla a balazos al profesor Adolf Wintler, "uno de esos charlatanes humanistas que pueblan la universidad suiza". El legislador, un hombre rico y culto, sigue su camino y a la noche va a la Opera donde es detenido por la policía sin ofrecer resistencia. La pistola homicida nunca será encontrada.

El acto deja estupefacto a un país entero que, sin embargo, agradece la interrupción de la monotonía cotidiana; todo cambio resulta bienvenido en la república alpina. Kohler es procesado y condenado en primera instancia. Nunca confesó qué lo había impulsado a disparar. Ya en una prisión que es modelo de pulcritud como todo lo helvético, contrata a un abogado novato para que explore la posibilidad de su inocencia. Con tortuosas indagaciones, el doctor Felix Spät logrará que el sibilino consejero salga en libertad. Pero una crisis de conciencia hunde al letrado en la desesperación; sabe que fue usado por un avezado jugador de billar y, para colmo, una cadena de muertes causan sus maniobras. Herr Spät, el narrador de dos tercios del libro, planea ajustar cuentas con Kohler cuando regrese de sus vacaciones en el extranjero, en nombre de un principio no-humano: está ebrio de Justicia.


SUIZA, LA FEA



Además de pretender cautivar al lector con una historia enrevesada, personajes bien tallados y la degradación de una personalidad, la novela tiene una clara finalidad crítica. Allí d
onde nosotros vemos orden, prosperidad y una notable civilización política, el literato denuncia materialismo hueco, hipocresía y un aplastante tedio. En Suiza, se establece, "las máximas pillerías sólo pueden realizarse, y se realizan, legalmente"“.


En efecto, si esta novela pretende ser algo, es una poderosa denuncia social. Durrenmatt arroja una sonda a muchas brazas de profundidad para explorar el alma de su Patria. Le desagrada profundamente lo que ve a su alrededor, como ocurría con Onetti. La reprobación siempre es despiadada. 


El autor se esfuerza por convencernos de que Suiza es un horrible nido de filisteos, que ha prosperado gracias a las miserias del mundo, vendiendo a la Humanidad desde lasquenetes hasta secreto bancario. Traza la genealogía de la mayor fortuna de su país en ese afán de destrucción de ídolos.


En tren de encontrar parecidos, uno podría conjeturar que el estilo con párrafos bien cargados, el clima de farsa, la aparición de personajes deformes, el repudio a la burguesía, emparentan la novela con la producción de Günther Grass.


De todos modos, la especulación metafísica sobre el acto de matar y sus consecuencias sociales y éticas es lo que convierte el texto en una gran novela. Una espléndida sorpresa, con un giro al final que nos obliga a repensar todo el asunto. Vale la pena.

Guillermo Belcore


Calificación: Muy bueno


(1) http://labibliotecadeasterion.blogspot.com/2018/05/halcon.html

https://labibliotecadeasterion.blogspot.com/2009/11/cien-dias.html

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