Adriana Hidalgo Editora. Novela, 167 páginas. Edición 2009.
Joao Gilberto Noll (Porto Alegre 1946) es un titán. Pertenece a la estirpe de los creadores de poéticas. En sus obras, el estilo es el rey; y la anécdota, un siervo fiel. Emplea un procedimiento que denomina teatro de la aparición: los personajes irrumpen de la nada y de súbito desaparecen hacia la nada, como si fuesen almas en pena. Se busca amputarle al lector la capacidad de previsión; en efecto, uno nunca adivina para que lado va a salir el tiro. Es -como César Aira- un orfebre de la escena. Da a la trama el recorrido del sueño, de la conversación en el bar, de la asociación libre del psicoanálisis. El protagonista de sus libros -admite Noll- es siempre el mismo: un hombre solo, escandalosamente libre de las urgencias del mundo, hecho de pequeñas necesidades casi siempre contrariadas. El lector se rinde ante el magnetismo del lenguaje.
A cielo abierto -escribió un diario paulista- califica a Noll como “el Samuel Beckett brasileño”. Se narra en primera persona. Un muchacho lleva a su hermano enfermo ante la presencia de su padre, famoso general, esperando sólo algunas monedas para las medicinas. Termina de uniforme, reclutado en condición de soldado para una guerra que ni nombre tiene. Deserta y se oculta en un vagabundear que lo llevará al crimen y al exilio. El tiempo y el lugar son inciertos, pero se filtra el sensualismo tropical. Hay profusión de sangre, excrementos, esperma, vómitos, naturaleza. La cadencia de la prosa se convierte en música; el fluir de la conciencia es hipnótico. Incluso asoma la filosofía. Noll se pronuncia a favor de la secta de los providencialistas: “cada cosa ocurre a su manera y lo mejor es una resignación fugaz de esas que no dejan mancha de rencor”.
Ha notado la profesora argentina Florencia Garramuño que la estética de Noll tiene una rara y espléndida eficacia: refirma que “aun con las esquirlas de un mundo destrozado, con los abyectos harapos de una vida dañada, todavía puede construirse arte“.
Este comentario se publica en el suplemento de Cultura del diario La Prensa el domingo 26 de julio.
PD: Oliverio Coelho entrevistó a Noll para la revista Ñ. Podés leerlo en:
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