miércoles, 1 de julio de 2009

Cuentos orientales

Marguerite Yourcenar­
Punto de lectura. Cuentos, 171 páginas. Edición de bolsillo, 2009.­
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Fundada en 1634 por el cardenal Richelieu, la Academia Francesa de Letras demoró hasta 1980 para incorporar a una mujer a sus filas. Marguerite Yourcenar (1903-1987) merecía sobradamente ese galardón. Esta bellísima colección de cuentos testimonia la excelencia de su prosa, la profundidad de sus ideas, su sutileza psicológica y su erudición universal.
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Cuentos orientales se publicó por primera vez en 1938. Un sorbo de felicidad para una Europa que se deslizaba hacia la catástrofe. Más tarde, Yourcenar le añadió al libro un relato que explora la meditación de un ignoto colega de Rembrandt sobre la fealdad del género humano (La tristeza de Cornelius Berg). Los otros textos reinterpretan baladas balcánicas del Medioevo, supersticiones de la Grecia actual, una fábula taoísta, un mito hindú. También se completan los huecos de una admirable novela japonesa del siglo XI. Todas las escrituras son realmente hermosas de leer.­
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Una de las gemas del libro se titula Cómo se salvó Wang-Fo. Narra la historia de un anciano pintor que erraba, junto a su discípulo, por los caminos del reino de Han. Amaba la imagen de las cosas y no las cosas en sí mismas, y ningún objeto del mundo le parecía digno de ser adquirido a no ser pinceles, cuencos de laca y rollos de seda o de papel de arroz. El emperador lo condena al suplicio y a la muerte por haberle revelado que el mundo es peor que el arte: “no es más que un amasijo de manchas confusas, lanzadas al vacío por un pintor insensato, borradas sin cesar por nuestras lágrimas”. El Maestro Celeste, empero, le concede unas horas para que concluya una tela. Wang-Fo se salva y se pierde en el interior de su obra. Escapa navegando en la barca y en las olas que acaba de pintar. Sin el arte, dijo Nietzsche, la vida nos aplastaría
Guillermo Belcore
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­Publicado en los suplementos de Cultura de La Prensa y La Capital de Mar del Plata.

Calificación: Muy bueno­
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­­PD: Yourcenar escribió una novela imprescindible del siglo XX: Memorias de Adriano. Hay pasajes en estos cuentos que están a la altura de aquella joya. Recomiendo con toda convicción su lectura.­

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