Emecé. Ensayo de literatura, 326 páginas. Edición 2009. Precio aproximado: 60 pesos.
El pájaro tiene su nido, la araña su tela, el hombre la amistad, escribió William Blake. Este libro demuestra que tan agradable sentimiento puede edificarse sobre una afinidad intelectual. Y que puede sobrevivir a las mezquindades del ego y de las creencias. Leopoldo Lugones, Horacio Quiroga, Ezequiel Martínez Estrada, Luis Franco y Samuel Glusberg fundaron en los años veinte una singular cofradía que -con sus idas y vueltas- se prolongo hasta la muerte. Compartieron una sensibilidad y una estética modernista; los unió el desdén hacia los filisteos y hacia Manuel Gálvez.
Horacio Tarcus (Buenos Aires, 1955) evoca a ese fiero quinteto de la República de los Libros. El historiador reunió ciento setenta y nueve piezas de la correspondencia que intercambiaron durante cinco décadas. Ochenta y ocho son las que el catamarqueño Franco envió a Glusberg, un editor crucial. Las cartas están vivas, palpitan. Dan cuenta de la necesidad de establecer un socialismo libertario o bien de obtener un puñado de pesos a toda costa. Veneran a Lugones, el patriarca del grupo, reservando al nacionalismo y al padre Castellani la apropiación de sus espantosos errores. Queda claro aquí, que el vehemente Don Leopoldo, a pesar de todo, nunca fue una bestia antisemita. Conviene buscarlo, dicho sea de paso, en aquellos lugares de su obra no maculados de polémica, como sugería Borges.
¡Qué maravilla es el género epistolar! Puede que la prosa suene algo pomposa, que se cultive en exceso el floripondio, pero el valor artístico es innegable. También es cautivante comprobar cómo se van filtrando al papel la locura y la Historia. Allí nos deleita Quiroga, el místico alucinado, pontificando sobre la virtud de la reclusión en la selva. Allá, Martínez Estrada, desengañado, se lamenta por una pésima costumbre que comparten Juan Perón y Fidel Castro: "la cacería del cajetilla de las letras". Gran trabajo de Tarcus, pues, con un prólogo acorde con la eminencia de aquella hermandad.
Guillermo Belcore
Publicado hoy en el suplemento de Cultura de La Prensa.
Calificación: Bueno
PD: Tengo para mí que la amistad intelectual es una bendición. Este blog me ha permitido, a Dios gracias, ampliar esa esfera de los afectos, que proviene de un afición compartida: el amor a los libros.
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