martes, 3 de mayo de 2011

La Viena de fin de siglo

Carl Schorske
Siglo Veintiuno. Ensayo de arte e historia. 375 páginas

A cada época su arte, al arte su libertad.
Lema del movimiento ‘La secesión’

Este ensayo -publicado por primera vez en 1980- es un clásico. Vale decir, su exquisita erudición no ha sido superada y siempre encontrará nuevos lectores. Articula varios textos con los que Carl Schorske, catedrático de Princeton y eminencia de lo que se conoce como “estudios culturales”, honró la American Historical Review. Se examina uno de esos raros momentos de la humanidad donde la excelencia se concentra en área geográfica limitada, en unas pocas manzanas de una gran ciudad, como en la Atenas de Pericles o la Florencia renacentista. La Viena finisecular no sólo puso hitos en la historia del pensamiento, también funcionó -al decir de uno de sus poetas- “como un mundo de juguete en donde el mundo de verdad hacía sus prácticas” para la desintegración política y social de Europa.

Schorske describe un impresionante trabajo de destrucción creativa. Identifica a los geniales hijos díscolos del liberalismo clásico, a aquéllos que, aun sin quererlo, sentaron las bases de su descomposición. "Moderno" sonaba como un grito de guerra. Los siete capítulos se interesan en la literatura, la planificación urbana, las artes plásticas, la música, el psicoanálisis, el arte de la política. Nos acercan a Sigmund Freud, “el adivinador de acertijos que encontró en la historia de Edipo la llave para abrir el alma humana”. Reivindican a dos escritores emblemáticos, Arthur Schnitzler y Hugo von Hofmannsthal. Siguen las huellas de dos arquitectos importantes y de tres dirigentes que hicieron época (dos antisemitas, uno sionista). Un ensayo está dedicado al pintor Gustav Klimt. El último al expresionismo y a la genialidad de Oskar Kokoschka y Arnold Schoenberg.

En Viena, por cierto, se refinó la noción del artista moderno como un ser “condenado a recrear su propio universo”. Fue uno de los caldos de cultivo más fértiles de “la cultura ahistórica” que caracterizó al siglo XX. La cultura posnietzscheana, sostiene Schorske, se caracteriza por su heterogeneidad y fragmentación que impide la aplicación de cualquier categoría amplia, premisa unificadora o principio de coherencia. Es imposible encontrar características comunes en la cultura pluralizada posnietzscheana, advierte el catedrático a los hacedores de cartografías inútiles.

Si como crítico literario Schorske no resulta muy inspirador, como historiador de las ideas es magnífico, incluso al aplicar categorías psicológicas a una suerte de rebeldía generacional en el arte y la política. El libro se lee con placer y provecho. Esclarece el trascendental legado austríaco.

Guillermo Belcore

Calificación: Muy bueno

PD:
La lectura de esta obra podría acompañarse con tres piezas dodecafónicas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Señor Belcore:
Acabo de salir de una exposición de (Chagall)que se denomina'Poeta con Alas De Pintor'.¡Excelente!
La muestra me llamó la atención porque una vez usted, lo había mensionado,y entoces tuve la oportunidad de conocerlo un poco sobre el artista.
Una vez más gracias por sus recomiendaciones.
Mi cuadro preferido fue 'Los Amantes.

Anónimo dijo...

¡Buenas noches!
Retribuindo a su gentileza con referencia a la música en cuestión,le sugiero a (Handel Sarabande)para un día como éste frio ,y melancólico.
Para que no se le olvide la buena música.
¡Las cosas buenas uno nunca se olvida!
Salut