lunes, 1 de octubre de 2012

Un día de éstos

Proyecto Diez Mil Cuentos


Argumento número veintinueve


Un día de éstos (1962)
Gabriel García Márquez
En Todos lo cuentos. Mondadori.

Don Aurelio Escovar, dentista sin título y buen madrugador, abrió su gabinete pobre a las seis. Después de las ocho, la voz destemplada de su hijo de once años lo sacó de una abstracción. El alcalde quiere que la saque una muela. Don Aurelio manda a decir que no está. La autoridad (militar) responde que si no le saca la muela le pega un tiro. El odontólogo le advierte al visitante, que trae ojos marchitos de noches de desesperación, que tiene que ser sin anestesia. Hay un absceso. Al alcalde se le llenaron los ojos de lágrimas y se aferró a las barras de la silla descargando toda la fuerza en los pies, pero no soltó ni un suspiro. “Aquí nos paga veinte muertes, teniente”, dijo Don Aurelio al concluir, con amarga ternura. Recomienda reposo y buches de agua de sal. “¿A quien le paso la cuenta, a usted o al municipio?”, pregunta. “Es la misma vaina”, contesta el alcalde.

PD: Este relato de tres páginas, altamente sugeridor, demuestra que El Gabo no es sólo realismo mágico. Me encantó el procedimiento oblicuo para denunciar la barbarie militar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Claro, mientras utilizaba procedimientos oblicuos para denunciar la barbarie militar, utilizaba otros muy directos para alcahuetearla: un cortesano más del regimen castrista.