miércoles, 23 de julio de 2014

Azar

El diccionario de Asterión XV


Azar (según Jünger):

Sust. Com. Movimiento vacilante, a través del tiempo y del espacio, que en cualquier momento puede hundirte en la nada. Un segundo antes, un metro más allá, eso es lo decisivo. El azar provoca una desagradable sensación en el hombre. Esa sensación de ser portador de valores, de ser único, y sin embargo no ser más que una hormiga que, al borde del camino, aplasta la distraída bota de un gigante.

Palabras más, palabras menos, este párrafo luminoso lo escribió Ernst Jünger, uno de los autores imprescindibles del siglo XX. Quintaesencia del pensamiento conservador elegante y lúcido, el artista lo incluyó en la nouvelle El teniente Sturm (el domingo aparece la reseña en este blog después de ser publicada en La Prensa) que nos lleva a los parapetos de Flandes de casi cien años atrás, cuando la Europa enloquecida se desangraba en la I Guerra Mundial. Esa sensación de caminar sobre la fina capa de hielo que cubre un río turbulento era lógica en las trincheras del Ejército alemán, “donde la muerte era tan corriente como el fogonazo de los disparos“. Pero el hombre contemporáneo -hablo en nombre propio- no ha podido desembarazarse del miedo al azar, que puede tener rostros tan abominables como los de un colapso económico, una enfermedad degenerativa o un depredador urbano, de esos que matan por dinero. El hombre no es libre -sentenció Borges- el destino acecha entre las sombras.
G.B.

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