Henning Mankell
Tusquets. 453 páginas. Novela policial. Edición 2008
El malhumorado inspector Kurt Wallander ha cumplido sesenta años. Se mudó al campo, adoptó un perro y Linda lo convirtió en abuelo. Padece diabetes, amnesia temporal y estrés. Una sensación de senectud se ha adueñado de él. Una seguidilla de malas nuevas ensanchan su
amargura y soledad, pero continuará trabajando en la comisaría de la pequeña Ystad por un tiempo más. Para colmo, tropieza con otra tarea de Hércules. Desapareció su consuegro, un
capitán de fragata retirado, que se había obsesionado con los submarinos rusos y con Olof Palme, el primer ministro de Suecia asesinado en 1986. Espectros viles de la guerra fría deberán ser conjurados. Nada es lo que parece.
Después de la mediocre novela El chino, Henning Mankell (Estocolmo 1948) arroja al ruedo nuevamente al iracundo y tozudo investigador, acaso por última vez. El hombre inquieto condensa lo mejor del personalísimo universo Wallander que, por cierto, ha cautivado a varios idiomas europeos. La obra seduce por su trama, por la delicada alternancia entre el caso criminal y las desdichas del decrépito policía, por su visión razonada del mundo. Para los habitantes de la caótica Argentina, el libro tiene el encanto adicional del exotismo. La historia transcurre en un país políticamente correcto donde se cena a las seis, las lluvias y nevadas son intensas y recias, y el Estado funciona con admirable eficacia.
La intriga está bien lograda. Cada vez que suena el teléfono, algo sorprendente ha ocurrido. Hay escenas de gran fuerza dramática y notables retratos psicológicos. El tiempo va y viene. Es posible que Mankell haya alcanzado aquí su plenitud narrativa. No pierde ocasión, naturalmente, de espetarnos su cita del Eclesiastés favorita: “hay un tiempo para vivir y un tiempo para morir”.
Guillermo Belcore
Publicado en los Suplementos de Cultura de La Prensa y La Capital de Mar del Plata
Calificación: Muy bueno
PD: Sin dudas, el mejor libro de Mankell que he leído. En este blog se encuentran otras dos reseñas del sueco:
PD II: Recomiendo con toda convicción complementar la lectura de esta novela policial con el goce de la película (también sueca) Criaturas de la noche. Vampiros. Es un film excelente que ha recibido cincuenta y seis premios internacionales. He percibido algunos elementos comunes: la falta de prisas para narrar, el expresionismo en primer plano, el papel en la trama del crudo clima nórdico. Dos joyas, en síntesis.
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