miércoles, 23 de julio de 2008

El enigma del sufrimiento

Santiago Kovadloff­
Emecé. Ensayo de filosofía, 283 páginas. Precio aproximado: 45 pesos.

Fernando Savater comparó la literatura con una gran farmacia: ambas ofrecen remedios para todos los males. Como su título lo índica, este libro aborda un misterio humano por excelencia con el fin de destilar ideas para tratar el dolor sin dejarse consumir por el padecimiento. Hacer de lo perdido, un patrimonio. Convertir el fango del infortunio en el oro de la sabiduría vital. No todos pueden lograrlo, se aclara.

Santiago Kovadloff (Buenos Aires, 1942) nos persuade en las primeras treinta páginas que para sufrir hemos nacido. Mas aun, el dolor -al que designa como El Intruso- es el que nos vuelve plenamente humanos. Cuando la razón lo transforma en sufrimiento cumple una doble misión: desbarata la altivez del Ego y permite que el destino sea tomado en las manos de quien no deja nunca de estar a su merced. En el resto de la obra, el autor eslabona escenarios y protagonistas históricos que le permiten desarrollar la tesis. Transita de la Torre de Babel a las Madres de la Plaza de Mayo, sin ningún oportunismo. Indaga a Caín, Abelardo y Eloísa, Descartes y Montaigne. Se demora en una estación inevitable: desentrañar al bíblico Job. Hay un excelente elogio de la tristeza y una reivindicación de cierta erótica de la vejez. ¡Las huellas del tiempo son la lepra de nuestra época!, denuncia Kovadloff indignado.

La obra es densa, redundante, con relámpagos de lucidez y magníficas digresiones. Es lo que se espera, pues, de un aceptable ensayo de filosofía. A quien le fatigue navegar por la ética, la ontología y la metafísica no debería acercarse. Kovadloff es un buen glosador de textos sublimes y un pensador con fe, lo que da a su palabra un valor trascendente. Creer es amar, nos ilumina.­

Guillermo Belcore­

Publicado en el Suplemento Cultural del diario La Prensa

Calificación: Bueno

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