Tusquets. Novela, 220 páginas. Edición: 2008. Precio aproximado: 55 pesos.
Ernst Jünger (Heidelberg 1895-1998), uno de los mejores escritores del siglo XX, cultivó el simbolismo por la misma razón que Luis de Góngora: para confundir a los inquisidores. Uno se estremece pensando en lo que debe haber sentido el ciudadano decente cuando esta escritura llegó a sus manos, con su repudio audaz "a la ralea reprobada por toda la eternidad que se deleita horriblemente con la profanación de la dignidad y la libertad humana''.
El narrador es un botánico que sobrevive a la devastación de La Marina, comarca europea que no puede sino ser Alemania. Se funden tiempos y lugares distintos. La prosa exquisita va engarzando ideas como piedras preciosas en el metal. El Guardabosque Mayor es el hacedor del caos. Se trata, naturalmente, de Adolf Hitler. Hay dos nobles osados (sólo dos), militares enviciados, bravísimos campesinos, sacerdotes lúcidos pero etéreos, chusma de taberna. La trama resulta profética. En la espesura funciona una barraca de desolladores que anticipa los abominables campos de exterminio. Jünger, con su típico y refinado desdén, profetizó a sus compatriotas la hora de la catástrofe. El fuego y la ignominia purificaron los dos países, el fantástico y el tremendamente real.
Guillermo Belcore
3 comentarios:
Es aceptable, pero de ninguna manera "la mejor". Si se trata de comparar otros trabajos de Jünger, me quedo con "Tempestades de acero", un diario de la primera guerra escrito en el mismo frente de combate (Wittgenstein no era el único demente que escribía en un pozo y bajo balas sibilantes). O unos ensayos -que son la versión conceptual de esos diarios- como "Fuego y Movimiento". En algún momento de su vida decidió irse a vivir al campo y dicen que logró una de las mayores colecciones de mariposas de Alemania. No descansaba. En mesa de saldos se consiguen unas conversaciones sabrosas con (creo) Julien Hervier. Tuvo su época de "modernismo reaccionario", pero nunca simpatizó con el nazismo.
Estimado amigo:
Estoy de acuerdo. El mejor Jünger hay que buscarlo en "Tempestades de acero", un exquisito relato de la ética y la práctica de las trincheras. No he leído nada mejor sobre la Primera Guerra Mundial. Las memorias de Jünger (me temo que sólo conclui dos de sus tomos) también me impresionaron gratamente.
Muchas gracias por el aporte
G.B.
No sé si este libro es el mejor de Jünger pero, sin duda, es el más sencillo y auténtico que escribió. Se lee con fluidez, la misma con la que lo escribió (en sus Diarios de la Segunda Guerra Mundial nos muestra su proceso creativo). Es un libro que siempre tuvo en gran estima el propio Jünger, y puede servir de introducción perfecta a sus maravillosos Diarios y a ensayos tan luminosos como "La Emboscadura" o "El Libro del Reloj de Arena". Siempre felicito a los que animan la lectura de las obras de Ernst Jünger, un escritor con el que me sentí inmediatamente identificado y al que vuelvo siempre.
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