Phil Baker
Editorial Cántaro. Ensayo de 289 páginas. Edición 2006. Precio aproximado: 35 pesos
¿Qué tienen en común Oscar Wilde y los soldados coloniales franceses? ¿Hemingway y los poetas malditos? ¿Strindberg y Van Gogh? Todos han sucumbido al embrujo del hada de ojos verdes, revela este ensayo muy bien escrito, respaldado por una impresionante bibliografía, con generosidad ilustrado y de esmerada presentación.
El periodista Phil Baker ha urdido un apasionante y minucioso retrato del frenesí por una hierba que se usaba desde antaño con fines medicinales. El ajenjo arrastra una mala reputación. Lo vinculamos con la bohemia de la Belle Epoque, con el París donde bullían todos los vicios. Aún hoy se afirma que tiene propiedades alucinógenas. Varios tangos lo mentaron, recuerda en el prólogo Eduardo Berti. Sus víctimas lucen una pálida aureola alrededor, gente que desperdicia la vida y que la vida los desperdicia a ellos.
¿Qué es el ajenjo? Tal como lo conocemos nació como tónico en Suiza y se transformó en una de las bebidas alcohólicas más fuertes jamás preparadas, con ritual propio. Abunda -notó Roland Barthes- en metonimias de todo tipo. No sólo ha simbolizado el decadentismo francés. La perversidad siempre aparece en escena cuando se habla de este licor, resalta Baker quien, por fortuna, ramificó su investigación en los vicios de una época y las desdichas de sus celebridades, como el ocultista Aleister Crowley (1875-1947), a quien Inglaterra lo tachó de ser “el hombre más pervertido del mundo”.
¿Por qué fascina el ajenjo? Lo sublime nos subyuga, notaba Richard Klein. ¿Y qué es lo sublime? Una categoría estética que incluye una experiencia negativa, un shock, una intimidación de muerte, la contemplación del abismo. Por eso fumamos y abusamos de alimentos pesados. Por eso, al parecer, el diablo verde ha regresado. Una curiosidad aterradora: ajenjo en ruso se dice chernobyl.
Guillermo Belcore
Calificación: Muy Bueno
POSTDATA: He hallado en este libro frases deliciosas. Transcribo dos:
* Con vino, poesía o virtud tu eliges. Pero embriágate.
* ¿Cómo puedes beber agua?. Los peces han estado fornicando allí (W. Fields).
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