Seix Barral. Ensayo, 195 páginas. Precio aproximado: 40 pesos. Edición 2008
Desde el prólogo, esta exquisita colección de ensayos resulta muy estimulante. En primer lugar, por su calidad expresiva. Siempre es placentero tropezar con un vocabulario rico y una prosa forjada con esmero. Rodolfo Rabanal apuesta al poder la belleza, asistido por la convicción de que “sólo lo propio determina un estilo, aunque sea el resultado de un millón de influencias”. La reflexión, por ello, se esmalta con momentos, sensaciones y experiencias. Los textos tienen el ánimo del relato, explica.
El segundo agrado deviene del ingenio con que se tratan los problemas literarios y los asuntos de actualidad, sea la espléndida decadencia de Venecia o bien los perturbadores ombligos al aire (¿Venus umbilicalis?). La citas siempre suenan oportunas; la mirada del escritor es perspicaz. Estamos ante un volumen que, sin duda, ha ubicado a Jorge Luis Borges como norte. Cultiva Rabanal una ambición borgeana para abordar la cultura universal y las referencias clásicas sin renunciar al tono liviano y espumoso. El planteo, de fondo, es exigente pero casi nunca aburre. Otra saludable certeza del autor es que los detalles legitiman la salud de un libro.
En cuanto a la temática, abre el fuego una revisión (¡una más!) del Alighieri. Rabanal se interesa no sólo en el poeta incomparable y el defensor tenaz de la lengua vulgar. Entre decorados venecianos y de la eterna Roma, conjetura también sobre los pecados y aficiones del marido terreno de Gemma Donati que le dio cuatro hijos y un matrimonio que no hizo historia. El segundo escrito tiene un tinte de nostalgia; evoca un mundo antiguo (¿concluyó en 1989?) en el que se escribían cartas manuscritas y la gente conversaba durante horas enteras. Sigue un monólogo ameno sobre el oficio de escribir y los gustos del público. Rabanal se lamenta de que la noción de tolerancia -indispensable en la convivencia social- se aplique a la mala literatura. ¡Toleramos hoy cada esperpento!
Guillermo Belcore
Publicado en el suplemento cultural del diario La Prensa
Calificación: Bueno
Postdata: Amable lector como habrás descubierto no soy muy afecto al cajón de sastre, empero este volumen logró seducirme. Postulo como De Quincey que el estilo tiene valor absoluto, es la encarnación del pensamiento.
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