viernes, 21 de marzo de 2008

La región sumergida

Tabajara Ruas­
Emecé. Novela de 347 páginas. Edición 2006.­
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Parodia proviene del griego y significa en forma literal “poema irrespetuoso”. La definición calza como anillo al dedo a esta novela divertida y militante que Tabajara Ruas (1942), escritor y cineasta gaúcho, escribió hace tres décadas durante su exilio en Buenos Aires y Copenhagüe. Hace dos años la reimprimió Emecé en la cresta de una saludable ola: las editoriales argentinas han comenzado por fin a divulgar literatura brasileña.
Ruas parodia (con fines políticos) la novela negra. Su detective se llama Cid Espigao y atiende en la fea Porto Alegre. Es más pobre que Columbo y casi tan ridículo como Poirot, aunque tiene la integridad de Marlowe. A pesar de su ropa chillona y su bigotito negro, intenta ser duro como manda la tradición. Se esfuerza para que lo tomen por una persona seria -luce cierto aire de tonto- con una profesión seria. Consiguió recuperar del empeño su Smith and Wesson 38 del especial pero su Fiat 600 languidece en el taller. No le falta coraje. Sus enemigos se llevarán una sorpresa.
El libro, muy bien trabajado, hierve con situaciones típicas del género; he ahí su encanto. Una dama aristocrática acude al despacho de Espigao. Lo contrata para que rastree a su hijo, un chico de familia poderosa metido en cosas raras. Sergio aparece y vuelve a esfumarse. Se perpetran crímenes espantosos. Encontrar a alguien no es broma, en el Brasil de los dictadores militares y la insurgencia izquierdista. Espigao se baña en las aguas más fétidas con la mayor inocencia, pero las desdichas lo va templando como al mejor acero.
Un evidente deseo de denuncia sociopolítica agita La región sumergida. Sin embargo, el autor nunca aturde con soflamas. La trama es cómica al principio, conmovedora en el medio y comprometida hacia el final. Una grata sorpresa, en síntesis.­

Guillermo Belcore­
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CALIFICACION: Bueno­

PD: Este libro ya llegó a las mesas de saldos. Hoy lo vi en la calle Corrientes y me apresuré a transcribir la crítica. No te lo pierdas. Por nueve o diez pesos te llevas una obra muy entretenida.­

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