Editorial Alfaguara. Novela de 345 páginas. Precio aproximado: 40 pesos
Es lamentable que esta novela sabrosa desembarque en la Argentina doce años después de haber sido publicada. Es comprensible que se reimprima ahora. Meses atrás Hollywood compró los derechos para convertirla en una película.
Laura Restrepo (Bogotá, 1950) reinventó bajo el sol del Caribe la guerra eterna entre Montescos y Capuletos. Con ritmo de bolero y en medio de parrandas colosales, exhumó la maldición de los Atridas. La trama se ocupa de una guerra de clanes (los Barragán versus los Monsalve), un ciclo interminable de represalias, las sangrientas zetas, ese momento preciso y ritual en que se permite ir a cobrarse a un muerto. Por detrás de ese decorado de hampones rústicos o líricos, machismo agreste, sicarios, lujo canalla, negocios torcidos y el vecindario como coro (en Latinoamérica no hay pelea privada que no se vuelva pública), circula la peor lacra de Colombia: el narcotráfico. Mafias folclóricas se extinguen abriendo paso al imperio de la cocaína. Entre más billetes más balas. La autora, fogueada en el periodismo de trinchera, aclara que se trata de una ficción basada en hechos reales.
Restrepo forjó este libro bajo la sombra sofocante de Gabriel García Márquez. Tiene hebras de realismo mágico del bueno, aunque no en todo su esplendor. Hay una tía muda que lee sueños ajenos; una leprosa clarividente; un criminalazo amarillo con traza de orangután que se excita destrozando autos de lujo.
El recurso de la aparente oralidad es admirable. Van entretejiéndose los puntos de vista de las gentes sencillas. Confunden leyenda y realidad, pero la conciencia íntegra, ¡ay de nosotros!, sólo se manifiesta en El Bacán, un gigante ciego que odia la violencia, los atropellos, las trampas y la ostentación.
Guillermo Belcore
No hay comentarios:
Publicar un comentario