Marcelo Figueras
Editorial Alfaguara. Ensayo (?) de 276 páginas, publicado en 2007. Precio aproximado: 40 pesos.
El título promete sabrosas aventuras. ¿Acaso el autor visitó Irak o Somalia? ¿Investigó las fauces del narcotráfico? Nada de eso. Fue contratado para escribir un texto por día para un blog de México que procura convertirse en el nexo entre la Galaxia Gutenberg y la Galaxia Google. A esto llaman hoy peligro.
Marcelo Figueras es uno de los mejores críticos de cine de la Argentina. También es un guionista muy exitoso y publicó cuatro novelas, ninguna -hasta donde sabemos- le ha asegurado inmortalidad. Se supone que la fatigosa obligación de escribir todos los días algo interesante e ingenioso explica que vaya de la genialidad a la facilonería o el engreimiento moral con harta frecuencia. Todos tenemos días malos.
La recopilación se rige por una regla de acero. Cuando el narrador despliega su vasta erudición o cuando reflexiona sobre una película, un libro o un tema musical se torna muy interesante. Cuando se distrae hablando de sí mismo confirma que el blog es en su abrumadora mayoría un impúdico ejercicio de vanidad. Si un virus informático incendiara esa maleza que sofoca Internet la humanidad no sería mucho más pobre. Somos espectáculo o espectadores en la era de la cultura de masas, pero francamente a quién le interesa que Figueras haya comenzado a coquetear este año con los principios del zen. Resulta revelador, por lo demás, que sentencie que “ser escritor implica por definición estar enfrentado al Discurso Unico”.
Alguna vez habrá que redefinir el concepto de libro. El vocablo, creemos, designa la intención de un yo artístico por crear algo memorable. El mero rejunte de textos que, a lo sumo, aspiran a ser publicados en una revista no debería ser llamado así. Algún ocurrente inventará el neologismo.
Guillermo Belcore
CALIFICACION: Regular
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